7. Consuelo

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“El vino a aliviarme, era idiota y eso me alegró. Hizo que olvidara, hizo que ya no me sintiera miserable, y yo se lo agradecí”
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Apenas había tenido la oportunidad de descansar, Deidara había dejado que el cansancio acumulado durante ese tiempo diera rienda suelta al abandono de su cuerpo.
Sus extremidades dolían hasta tal punto de que el sólo respirar le resultaba bastante difícil, debido a esto cuando apenas sintió manos ajenas tocar su cuerpo, el omega soltó un quejido agudo de dolor, uno que hizo retroceder a las mucamas que se tensaron con solo imaginar que el lord estuviese cerca y pudiese castigarlas por haber lastimado al chico.

- ¿Te estas quejando? Durante los ultimos dias parecias estarlo disfrutando, no tienes derecho a quejarte ahora jovencito -Tsunade fue dura, sin embargo en su propia voz podía notarse cierta preocupación.

El cuerpo del Omega presentaba hematomas en las caderas, la cintura, los brazos, los ante brazos, las muñecas e inclusive en los muslos, marcas que tenían una forma definida, podian apreciarse la forma de dedos demostrando la terrible presión que habian ejercido en esas zonas.
En esos momentos Tsunade sintió verdadera lástima por el joven, quien parecía no querer ni abrir los ojos.

Con tan solo un poco de fuerza logró que se sentará en la cama, y justo cuando apartó la rubia melena de su rostro, fue que pudo apreciar la marca que lo enlazaba con Itachi.

- Esto es malo, los Hyuga se suponía venian a concretar un pacto de alianza con los Uchiha mediante el matrimonio -De forma inesperada Naruto intervino, trayendo consigo una bata de fina y suave seda para cubrir la desnudez del joven.

- ¿Y como es que sabes tú eso, umh? -Interrogo la mujer, quien se levantó a abrir la puerta, por la cuál entraron algunos sirvientes que traían consigo la pesada tina, y tras ellos una hilera de mucamas que cargaban cubetas con agua caliente.

- ¿Quien crees que soy? Es fácil que mi amado y dulce esposo exprese sus frustraciones después de varias botellas de vino y sake. -Su sarcasmo no paso desapercibido y solo por esa vez Tsunade no lo interrogó- Lo escuché de Sasuke la anterior noche. Por lo que llegué a entender estaba molesto por que Itachi ya tenía retrasando mucho este asunto, en cualquier caso, ahora las cosas se han complicado, sabes... Creo que no debí haber permitido que trajeran a Deidara aquí -

- De nada sirve lamentarse ahora, no tenías forma de saber como terminarían las cosas -En silencio la tina se fue llenando, y ambos, Naruto y Tsunade tenian pensamientos distintos, cada uno envuelto en sus propias dudas, completamente ajenos a que Deidara habia escuchado perfectamente todo.

- Cuando este mejor... Me iré -Ambos giraron sus rostros cuando llegaron a escucharlo. El rubio parecía estar más inconciente que despierto, pero por su voz podían entender que estaba lo suficientemente consciente como para entender lo que acababa de decir- Después de un tiempo la marca se irá, no reconzco a ese estupido Alfa como mi pareja... Ugh, no me puede atar a él... -Y apenas terminado de decir eso, cayó en la inconsciencia.

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Tan solo una vez había dormido a ese nivel, y habia sido después de haberse juntado su celo y el de Sasori, en esos dos fabulos días donde no salieron de la comoda cama del Alfa, donde al despertar lo primero que vio fue el rostro del hombre al que amaba, quien burlonamente le dijo que sus amigos estaban a nada de reportarlos como desaparecidos... Podía recordar su vergüenza, la risa de su novio y el confort que sintió en ese instante en esa habitación común, en una cama donde cabían solo ellos dos en medio de una habitacion regular sin lujo...

Tiempo Atras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora