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Los incesantes timbrazos hicieron que me despertara algo malhumorada, odiaba ese tipo de despertares tan bruscos. Cogí mi móvil y vi la hora que era...

T/n – Joder las 11 a.m, ¡¿dormí por 10 horas?! Nunca había dormido tanto...

Me levanté de la cama con pereza y me diriGí desganada a abrir la puerta, donde vi a Tae, a Sun Hee y a un tierno chico de cabellera rubia.

 Me levanté de la cama con pereza y me diriGí desganada a abrir la puerta, donde vi a Tae,  a Sun Hee y a un tierno chico de cabellera rubia

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(Imaginen que su cabello es más rubio y no tan anaranjado xd)

Sun Hee – Buenos días dormilona.

T/n – Los buenos serán para ti. – Hice una mueca y rasqué mi ojo con pereza.

Sun Hee – No seas tan quejica, bueno, este es Jimin, Jimin, esta es T/n.

Jimin – Encantado de conocerte. – Muestra un dulce sonrias junto a una reverencia.

T/n – El gusto es mío Jimin, pasad, pasad, esto es un absoluto desastre, muchas gracias por ayudarme chicos. ~

Sun Hee – No será para tanto... – cerró la boca en cuanto vio todas aquellas cajas apiladas, papeles tirados y más cosas sin sentido esparcidas por todo el lugar. – Ehhh...pues si que es un desastre...

T/n – Os lo dije, me voy a vestir y bajo a ayudaro. – Después de unos cuantos minutos bajo con algo cómodo y empezamos a limpiar todo aquel desastre.

Pasaron aproximadamente 3h desde que habíamos empezado a mover cajas de un lado para otro, desempacar, colocar, limpiar... en fin, acabamos los cuatro tirados en el suelo con las respiraciones entrecoradas intentando recuperar el aliento después de aquel arduo trabajo.

T/n–  muchísimas gracias chicos, venga, os voy a invitar a todos a comer algo, os lo merecéis.

Gritaron de felicidad y salimos los cuatro platicando de diversos temas mientras a la vez discutíamos amablemente a que restaurante iríamos. Cuando llegamos a un semáforo en rojo para los transeúntes nos detuvimos en seco y esperamos para poder pasar, antes de que el semáforo cambiara su color un perro de pequeño tamaño, pelo rizo y castaño corrió hacia la carretera y se paró en seco cuando vio un coche acercarse a toda velocidad; por puro instinto corrí hacia allí y lo cogí quitándolo de ahí lo más rápido que mis piernas me lo permitieran, cuando conseguí llegar a la otra acera doble mi pie de mala manera haciendome tropezar y golpear mi espalda contra un banco, el golpe fue directo en la columna lo que me ocasionó un dolor que hizo que perdiera el sentido.

Enamorada de un idolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora