CAPÍTULO 1:

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Unos meses antes...

Eran las siete de la mañana, todavía no había sonado el despertador, por eso yo seguía dormida. Hasta que de repente empecé a escuchar una voz, bastante familiar la verdad, aunque no conseguía reconocerla, ya que, a esas horas, yo todavía no era humana.

El sonido persistía y cada vez se hacía más pesado, pero yo todavía seguía en mis mundos, estaba soñando, pero no con un sueño cualquiera de esos en los que piensas que eres la Reina del mundo o vives en una mansión o que correr mientras te persiguen y no avanzas.

Estaba soñando que era una escritora de prestigio, que mis libros eran bestsellers en todo el país, que había miles y miles de metros de cola solo para mis lectores pudieran verme y poder hablar conmigo. Pero por desgracia, eso no ha pasado ni va a pasar, los sueños solo son imaginaciones, mentiras que nunca pasarán, simplemente son solo eso, sueños.

Repentinamente empecé a escuchar como aquella voz se acercaba cada vez más, ya empezaba a volver a la realidad y empecé a procesar las palabras, era una voz que me decía: ¡Alicia! ¡Despierta! Vas a llegar tarde al colegio.

Súbitamente mis ojos se abrieron de par en par e hice un movimiento muy brusco para levantarme de la cama lo más rápido posible, bajé las escaleras  con la mochila colgada de un hombro, cogí una tostada recién salida de la tostadora y salí rápidamente de casa.

Mientras me dirigía al colegio me encontré con una de mis mejores amigas, Valeria. Es una de las pocas amigas cultas que tengo y con ella por lo menos me siento libre y a gusto de hablar de libros y escritores. Ella siempre me ha apoyado en todas las cosas que he escrito y viceversa. Cada vez que una acaba de escribir siempre nos lo mandamos una a la otra y opinamos.

    - ¡Hola! ¿Qué tal? - soltó Valeria
      mientras se acercaba a mí.

    - Bueno... La verdad es que hoy he
      vuelto a soñar con lo de ser
      escritora y así... Cada vez que lo
      pienso me subestimo un poco la
      verdad.

   - ¡Alicia tía, tus obras son
      espectaculares, ya verás como
      algún día la gente aprenderá a
      valorar el esfuerzo de la gente que
      escribe y muy pronto llegarás muy
      lejos! Así que deja de subestimarte
      y no te rindas, porque lo mejor
      estará por llegar.

Valeria siempre sabe cómo sacarme una sonrisa, la admiro muchísimo, es una persona super optimista.

      - Gracias tía... Tu siempre sabes
        como animarme, si es que en
        realidad soy una tonta, tienes
        toda la razón. - dije con una
        sonrisa.

      - Lo sé. - dijo Valeria soltando una
        carcajada.

Después de  un rato de charla mientras nos dirigíamos al colegio, por fin llegamos, y milagrosamente, a tiempo.

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Durante la clase de ciencias, intenté sacar nuevas ideas para mi nuevo proyecto, así que empecé a escribir.

Pasaban los minutos y la mesa se llenaba de bolas de papeles inútiles, de ideas absurdas que no me gustaban ni interesaban. Me estaba desesperando bastante. Miré hacia abajo, no podía concentrarme.

De repente escuché unas palabras, así que decidí levantar la cabeza.

      - ¡Hey! ¡Alicia! ¿Estás bien?- dijo
         Valeria.

      - Bff, sí, supongo… - dije algo
        confusa.

      - Deberías de ir al baño a
        refrescarte un poco, se te ve
        estresada, tranquila.

Hice caso a mi amiga, así que me fui al baño.

Nada más llegar, no pude contenerme más las lágrimas, apoyé los brazos en el lavabo mientras me miraba en el espejo, solamente veía una persona inútil, inservible en la vida, fracasada. Intenté calmarme controlando mi respiración. Una vez relajada, me mojé la cara y me quité las lágrimas.

Inmediatamente oí como mi reloj emitía un agudo sonido, eso significaba que ya eran en punto, ya habían terminado las clases del mediodía, así que ni me molesté en subir a clase, salí directamente al patio, a que me diera un poco el aire.

Levanté la cabeza y vi como a fuera me esperaba mi amiga Valeria, tenía cara de estar preocupada, y yo, sin pensarlo mucho, me tiré a sus brazos. Las lágrimas volvieron.

¡Pum! Explosión de emociones. Todos en algún momento de nuestra vida tengamos la edad que tengamos, hemos llorado como niños pequeños, sin ningún control, hasta que la cara se nos vuelve totalmente roja. Pues este, era uno de esos momentos.

Valeria me abrazaba, mientras intentaba tranquilizarme. Y lo consiguió. Unos minutos más tarde, se separó de mí, empezamos a caminar y empezó a hablarme.

     - ¿Alicia tía, donde has estado todo
         este tiempo? Te has perdido toda
         la clase de ciencias y de mates.
         Me has dejado sola, no tenía
         pareja y he tenido que hacer los
         ejercicios yo sola- dijo haciendo
         un puchero adorable muy típico
         de ella.

     - Lo siento Vale, me he quedado
       mirando al espejo todo el rato, ya
       sabes, en mi mundo perfecto. -le
       digo a mi amiga.

Valeria se acerca más a mi y me coge de los hombros mirando justamente a los ojos, como si estuviera analizando mi mente.

      - ¿Alicia, has estado dos horas     
        mirándote al espejo? No me lo      
        puedo creer, y después soy yo la
        vanidosa -dice echando su pelo
        hacia atrás.

      - A ver Valeria, no he estado
        mirandome a mi misma de esa
        manera, he estado juzgándome
        interiormente. -Hice una pausa
        larga.

     - ¿Ah, y esta vez porque?

     - Por lo mismo de siempre, por eso
       estaba tan estresada en la clase de
       ciencias. Estaba intentando
       escribir algo pero nada me gusta,
       todo me parece una basura, si es
       que al final no voy a sacar nada
       con esto, se ve que no he nacido
       especialmente para escribir -le
       respondo cabizbaja.

     - No digas tonterías Al, yo he leido
       la mayoria de tus historias y
       relatos, y la verdad es que a mi
       me encantan, yo pagaría por ellos
       y esperaría miles y miles de días
       para comprarlos.

      - Pues tú serás la única a la que le  
        gusten mis historias…

     - Que va, ya verás como dentro de
        poco tendrás a mucha gente
        cautivada con tus historias y
        serán tus fans.

  
   - Si tu lo dices… Puede que tengas
        razón.

Hubo un momento de silencio hasta que Valeria lo rompió.

     - Al… Una última cosa.  Estoy
       segura que tendrás mucha gente
       siguiéndote y ansiosos por ser tus
       fans y que tu seas su ídolo, pero a
       pesar de eso, recuerda, yo
       siempre seré tu fan número uno.
       Siempre me tendrás a tu lado,
       para lo que quieras.

Me acerco a ella y la abrazo con todas mis fuerzas, no podría tener a una amiga mejor que Valeria. De repente, Valeria me miró a los ojos y me susurró:

    - ¿Amigas para siempre?

    - Sí, amigas para siempre.

HOY LECTORA, MAÑANA ESCRITORADonde viven las historias. Descúbrelo ahora