Capítulo 3

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Tenía mi cabeza contra la mesita de mi pupitre. Ésta mañana granizó horrible, las calles se cubrieron de una gran capa de hielo, al parecer media escuela decidió que lo mejor era quedarse en casa, incluyendo profesores. Qué tonta, hubiera hecho lo mismo. Solo tenía dos asignaturas hoy y el profesor de la primera no llegó.

-¿Crees qué estaría mal si me voy a casa?- la voz de Lily me hizo levantar la cara.

Hablé con Lily hace apenas tres días, nos hemos llevado bien desde entonces.

-No lo creo, ve a casa, dudo que tengas problemas si lo haces. Solo mira, hay como cinco personas en el salón- la miré de forma alentadora.

-Es verdad, prefiero quedarme en cama todo el día- tomó sus cosas y se puso de píe -¿Te quedarás?- me preguntó.

-Sí, esperaré la próxima clase- suspiré estirando mis brazos.

-De acuerdo, me pones al tanto de los apuntes. Nos vemos mañana- se despidió caminado hacía la puerta.

Moví la mano en señal de despedida. Miré a mi alrededor, un par de chicas conversando, un chico en su celular y Tom mirando la ventana, no me ha hablado en toda la semana, ni siquiera para agradecer lo de la sombrilla.

El sonido de una melodía me sacó de mis pensamientos, alguien recibía una llamada. Tom se levantó rápidamente y salió del salón. No pasaron ni tres minutos cuando cruzó de nuevo la puerta, su cara tenía un ligero gesto de fastidio, se acercó a mi a pasos firmes, mi corazón se aceleró.

-¿Te gustaría venir a mi casa?- se rascó la nuca un poco incómodo.

Abrí mis ojos sorprendida. Espera ¡¿Qué?! Eso definitivamente no lo esperaba.

-Emm... yo...-no lograba articular palabra.

-La esposa de mi padre preparó un almuerzo y me pidió que invitara a un amigo- Se cruzó de brazos -Si llegó sin compañía tendré que enfrentarme a mi padre por no complacer a su querida esposa-.

-Y quieres que yo vaya- alcé mis cejas.

-Eres la única persona que se ha atrevido a hablarme en esta escuela, además dudo que tengas algo mejor qué hacer- me sonrió cínico.

Abrí la boca ofendida a punto de protestar, pero él tenía razón, apreté mis labios.

-Eso creí, ahora vámonos- tomó su mochila.

-Aún falta una clase- le dije.

-La maestra no vendrá- se acomodó su chamarra de piel.

-¿Cómo lo sabes?- le pregunté.

-Es mi vecina, esta mañana salió en bata por el correo, no tenía pinta de querer salir de casa- me respondió.

Tomé mis cosas y lo seguí, llegamos al estacionamiento, nos paramos frente a una camioneta.

-¿Tienes auto?- le pregunté.

-Sí- respondió abriéndome la puerta.

Subí y me puse el cinturón de seguridad. Tom subió al auto y arrancó, nos pusimos en camino.

-¿Y por qué el primer día te fuiste caminando?- recordé como iba bajo la lluvia.

-Mi padre me quitó las llaves- contestó secamente.

-¿Y mi sombrilla?- pregunté algo tímida.

-La perdí- sonrió burlón.

Lo miré furiosa y volteé hacia la ventanilla, hice un leve puchero.

Solamente contigo (Tom Holland y tú)Where stories live. Discover now