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Mariah's POV:

Nuevamente me encontraba en un avión, pero esta vez con destino a Roma. Habían pasado varias semanas desde que vi a Candelaria por última vez. Me había llamado hace unas horas atrás pidiéndome que viniera a Italia y por el tono de su voz parecía que era realmente urgente, así que como buena mejor amiga que soy, acá estoy.

Tuve que hablar con Neymar para decirle que tenía que viajar con urgencia y gracias a Dios, pudo hablar con Wagner y explicarle que yo tenía que venir a Italia por unas horas, ya que en cuarenta y ocho horas es el cumpleaños del brasileño y viajé ayer mismo a París para ya instalarme, conmigo viajó mi hermano y mi primo Giovanni llegaría mañana por la tarde.

Quedaban cuarenta y ocho horas, pero todavía no tengo decidido qué carajo me voy a poner. Para mi desgracia me confirmaron la asistencia de Bruna y de esas mujeres que la aman a ella y que a mí, me odian. Ya me veo pasándola mal.

Ya era de madrugada y aunque yo cargara con bastante cansancio, no dejaría a Cande sola ni loca. Aunque yo dejé a mi hermano solo en París con la familia de Neymar. Por suerte Carolina había llegado y le haría compañía a Román.

–¡MARIAH!

Y de nuevo estaban ellos con sus cámaras, corriendo de un lado a otro intentando obtener un buen ángulo mío, con miles de preguntas que casi nunca respondo. La mayoría de ellos me nombraba a Neymar, pero como no sé Italiano, no tengo la más puta idea de lo que preguntan. Se me hace gracioso y hasta me da lástima que pregunten tanto esperando a que yo responda alguna de esas.

Cuando llegué al hotel en el que Cande se hospeda pude notar la tranquilidad que había, eso sí que me sorprendió. Al entrar pregunté por ella sin que la llamaran a la habitación y como me habían reconocido, decidieron decirme en qué habitación está, aunque rara vez hacen estas cosas.

Al llegar al piso número seis busqué rápidamente el número treinta y dos, lo que me resultó gracioso porque Sebastián cuando jugaba en River tenía en su dorsal el número treinta y dos, hasta que se lo cambiaron al once. Él y Cande, cuando eran chiquitos decían que su número de la suerte era ese. En fin, toqué la puerta tres veces y esperé a que mi mejor amiga abriera.

–Soy tan buena mejor amiga que me merezco un premio –dije entrando a la habitación– Son casi las dos y media de la mañana, tengo un contrato firmado con uno de los futbolistas mejores pagos lo que implica tener un itinerario casi igual al suyo pero sin embargo pude venir

Dije tirándome a la cama mientras ella volvía a poner la traba en la puerta.

–Sí sí, lo sé –respondió Galliano acostándose a mi lado– Perdón y gracias por hacerlo

–No es nada boluda –reí– Espero que sea importante

–Créeme que lo es –dijo llevándose ambas manos a la cara–

–Bueno, acá estoy

Respondí poniéndome de pie y quitándome los zapatos que llevaba puestos ya que me resultaba un poco incómodo, también me quité la chaqueta dejándola tirada a un lado de la cama. Cuando ya me encontraba un poco más cómoda me senté en la cama.

–Ahora sí, contame –sonreí–

Ella se puso en la misma posición que yo, como "indio" y suspiró.

–¿Te acordas la última vez que estuve con Sebastián? –preguntó

–Estar tipo de hablar ¿o qué? –respondí en joda, ya que sé a que se refiere–

Por contrato • Neymar Jr Donde viven las historias. Descúbrelo ahora