El Ángel Caído (Dark Home)

Aiden el encantador

Estaba nerviosa, por no decir temblando. Apreté con fuerzas las dulces flores que compre con todo mi corazón junto con un "lo siento".
Entré en la habitación azul y blanca con olor a hospital.
-Hola Logan- dije
Tuvo suerte de que sólo le hiciera venir al hospital y no al infierno.
-Hola...Eilish de verdad que lo siento...no quería hacerte enfadar...ahora ya se que no debo hacerlo jeje- fijo Aiden con el brazo escayolado mientras intentaba incorporarse.
-Logan...perdón de verdad...Y para la próxima al menos ya sabes que no debes hacerme enfadar- dije
Estuve con el todo el día hasta que le dieron el alta y volvimos a Dark home.
Una vez allí Aiden me esperaba, pero no en el buen sentido.
-Eilish...¿no te das cuenta? Casi lo matas...Estas loca- dijo muy serio.
-Déjala no fue culpa de ella fue mía por provocarla-
Esas palabras...me hicieron tanto daño que no me pude resistir y salí de allí.
"Estas loca"...de otra persona me hubiera dado igual pero...de Aiden...
Me fui a la biblioteca, no precisamente a leer sino a esconder mis dulces y amargas lágrimas bajo los libros.
Cogi Romeo y Julieta, la escepcion del amor.
Veinte minutos más tarde noté dos manos en mi espalda.
-Eilish...-
-Dejame en paz Aiden- me levanté con los ojos llorosos.
-Logan tenia razón- murmuré.
-¿Razón sobre que?-
-Sobre que solo soy un juego para ti, que no me haces caso, que no te importo. La realidad es triste pero prefiero saberlo...¿sabes por qué ? Porque no me quiero ilusionar contigo...porque no paro de pensar en otra cosa que no sea en ti...porque me gustas Aiden...Y eso no cambiará- salí de allí con una sonrisa de victoria en la cara porque al fin le he dicho oí que siento.
Lo que no me esperaba que me siguiera. Me cogio de la mano.
-Eilish...yo...no pienso eso para nada. Pienso que eres una chica fantástica y única. Pienso que no te merezco. Pienso que eres tan guapa y tan delicada que me da miedo que me rechazes- dijo Aiden.
En ese momento estaba viviendo en un cuento de hadas...lo que pasa es que no existen.
-Pues demuéstralo Aiden - dije con frialdad.
Él no se dio por perdido.
-Te recogo mañana...Y ...sí, es una cita- dijo
Vaya...no me puedo enfadar con él.
Subí a mi cuarto y no pare de pensar el él hasta las doce de la madrugada que por fin me quede dormida pensando en mil demonios...