Resident Evil: Nightmare

Capitulo 1 despertar

Resident Evil Nightmare 1

¿Qué es la ficcion?

¿Qué es el tiempo? 

¿Qué es el espacio? 

¿Qué es el miedo en sí? 

¿Por qué hago todas estas preguntas?

¿Estoy loco? 

Si piensas eso de mí, no te culpo, siéndote sincero ni siquiera yo estoy seguro de la estabilidad de mi cordura.

Nosotros como humanos le tememos a cualquier cosa, como seres vivos aunque lo neguemos somos unos egoístas que solo pensamos en nuestra propia supervivencia, es por eso que nos hemos preparado tanto. Hemos creado armas, murallas, zonas donde escondernos.

Todo porque tenemos miedo. Miedo de un futuro que no conocemos. Miedo a lo desconocido...pero un futuro que ya conocemos definitivamente sería más aterrador.

Esto me lleva a preguntar, ¿qué es el destino?

¿Una línea de acontecimientos que eran dictados por un ser supremo y que nosotros debíamos seguirlo solo porque sí?
¿Un conjunto de decisiones que han sido predecidas al igual que su resultado?
No lo sé.  Ahora bien.  ¿Todo esto cómo empezó?

Como un sueño, un simple y patético sueño. No puedo recordar exactamente que soñé, generalmente soy bueno recordando mis sueños después de unos minutos de haber despertado, pues a todos se nos olvidan en algún momento, pues en esos momentos la mente está en un estado de inactividad, toma esos recuerdos como innecesarios así que los borra, excepto las pesadillas. Ya que por miedo la mente conserva esos recuerdos para mantenernos alerta. Pero no nos desviemos con mis conocimientos de nerd que no están aquí para eso.

Recuerdo la desagradable sensación de estar cayendo. Una gran caída, como si mi cuerpo se precipitase en un abismo sin fin. Como estar siendo devorado por un agujero negro.
Sentía estar cayendo, el aire golpeaba mis mejillas hasta que todo quedó en calma, como si el aire y oxígeno se hubiesen acabado, sin embargo eso no detenía mi, al parecer, infinita caída.

Después sentí frío, un frío desagradable como el abrazo de la muerte, un frío que se filtraba en mis fosas nasales y descendía hasta mis pulmones y congelaba mi alma. Y recuerdo y a la vez olvido otro detalle. Confuso lo sé.

Recuerdo una canción. Un sonido hermoso, tal vez el más hermoso que había escuchado.  No sé si era con flauta, violín o arpa, o cualquier otro estúpido instrumento cliché. Lo único que sé, es que su sonido era hermoso  ¿Cómo lo sé si ni siquiera recuerdo dicha canción?  La respuesta no la tengo. Solo lo sé, como si mi alma tuviese grabado ese hermoso sonido y me lo recordara desde la lejanía del olvido.
Pronto ese frío tortuoso desapareció para ser reemplazado por una calidez que abrazó mi existencia con cariño.

Mi infinita caída en la oscuridad pareció detenerse. Sentí como si dos delicados brazos me atrapasen y abrazasen con el cariño que solo una madre puede hacer y luego me depositaran en un campo de suave algodón.
Cuando abrí mis ojos todas esas sensaciones desaparecieron.  Fueron llevadas por el viento del silencio a un lugar donde ya no las podía alcanzar.

Parpadeé varias veces tratando de aclarar mi vista. Estaba desorientado, mi cabeza dolía y daba vueltas sin parar. La sostuve con ambas manos, como si con esta acción conseguiría que el malestar parara. Después de unos minutos este bajó y me sentí mejor.  Me senti incómodo, bastante, mi cerebro lo analizó todo al instante y me llevó a la conclusión de que estaba sentado en algo en movimiento.

Parpadeé una vez más y confirmé lo que pensé. Me encontraba en un auto  ¿cuándo carajos me subí a un auto?
Por un momento pensé que era el auto de mi mamá, pero en cuanto más se aclaraba mi vista y mis sentidos más notaban que no era dicho automóvil.