Caled: Un Amor Infernal

|10|El sello

Cuando terminó el beso Amanda le pidió que le explicará todo. Ambos se sentaron en la orillas de la cama.

—Todo esto se parece mucho a lo que Alex expuso en la clase—le mencionó Amanda.

—Lo es—le respondió Caled.

—¿Qué es lo que  quieres exactamente de mi ?—interrogó ella con curiosidad.

—Necesito que aceptes ser mi alma gemela que me ames tal como soy —le contestó tomando sus manos contra las suyas—. También deberás dominar tres pruebas: la primera es visual; la segunda es auditiva y visual y la tercera te la explicaré después—le explicó—. Por los momentos ya has dominado la primera prueba—le mencionó.

—¿Amarte? ¿Dominar tres pruebas?—comentó Amanda confundida, su corazón comenzaba a latir con rapidez y un cosquislleo aparecidos a unas mariposas se instalaron en su estómago.

—Si, asi como te lo he explicado. En cada prueba que domines tu amor por mi crecerá en tu interior sin poder detenerlo, es por eso que puedes sentir cosquilleos en el estómago parecidos a los que sienten los humanos cuando están enamorandose—le aclaró Caled.

Amada trataba de comprender lo que él le explicaba. Todo esto era algo increíble de creer.

—¿Estas seguro que yo soy tu alma gemela?—le preguntó Amanda incrédula—. No me considero un ser puro o perfecto para ser tal cosa —le mencionó seriamente.

Caled que todavía no soltaba su mano le sonrió.

—Los demonios no necesitamos un alma pura sino una corrompida y  tú tienes una perfecta que complementa a la mía —le respondió—. Además Sé que eres mi alma gemela porque cada vez que estoy cerca de ti, mi corazón a latir con fuerza y mi marca sólo se torna roja y dolorosa cuando estamos cerca—agregó.

Ella asintió con la cabeza indicando que comprendía lo que decía, Amanda se había dado cuenta que lo que mencionó tenía sentido,  su alma estaba corrompida por los actos que había hecho.

—¿Tienes habilidades o poderes sobrenatural?—le preguntó con curiosidad.

Él sonrió por su pregunta.

—Tengo algunas entre ella puedo ingresar a los sueños de las personas para conocer sus más íntimos secretos —le respondió con sus ojos rojos.

—¿Conoces los míos?—le preguntó bajando su mirada.

Él tomó su quijada para que lo viera a los ojos.

—Si, los conozcos todos, sólo que pude conocerlos cuando dominaste la primera prueba—le respondió— .Se sobre el romance con tu tío y el secreto que le has guardado a tu padre sobre lo que verdaderamente sucedió, ese día cuando discutiste con tu madre—le menciono Caled mirandola fijamente—. Conozco tus fantasias, sueños, tus más oscuro y placenteros deseos, y sé que  me deseas en estos momentos ¿no es así ?—finalizó besándola apasionadamente.

Ella quedó sorprendida por su respuesta, era extraño que alguien conociera sus secretos; sin embargo, se dejó llevar por el  beso, con la respiración agitada y la excitación al máximo Amanda se alejó un poco de él para decirle algo.

—Entonces ya no tiene caso seguir fingiendo ser una chica buena y timida—le dijo Amanda con una sonrisa de maldad—. Te deseo Caled, hazme tuya—le pidió besándolo de nuevo.

Él, en un rápido movimiento se colocó sobre ella, abrió sus piernas para acomodarse entre ellas, donde comenzó a desnudarla y a besar cada parte de su cuerpo. Él se quitó la última prenda que tenía puesta, donde su anatomía masculina que le proporcionaba su cuerpo humano era visible ante los ojos lleno de lujuria de Amanda.  Ingresó lentamente en su interior, al principio fue doloroso para él, ya que era su primera vez en ese un cuerpo humano. Tuvo que controlar sus instintos demoníacos para que no salieran y asustarán a Amanda.

—¿Estas bien?—le preguntó Amanda preocupada.

Caled le explicó lo que pasaba.

—No te límites por mi, toma tu forma demoníaca. Yo estaré bien—le aseguró ella. Caled, le hizo caso, dejó salir  su verdadera identidad, la mitad de su rostro de tornó negro como el mismo Carbon, sus brazos tenían manchas oscuras donde se dibujaban una especie de  escritura en forma de tatuajes, su abdomen también se oscureció un poco. Ella lo observaba con atención, por alguna razón no tuvo miedo—.¿Esta es tu verdadera forma?—le preguntó ella acariciando su rostro, donde la piel oscurecida era rasposa y dura.

—Si —le afirmó Caled.

—Eres muy bello y perfecto —le dijo Amanda besándolo de inmediato.

El sabor a azufre que salía del cuerpo de Caled no le importó en lo absoluto, al contrario Amanda le fascinaba ese olor. Para Caled sus palabras y acciones de parte de Amanda lo hice feliz, continuó embistiendola con pasión mientras besaba sus pezones los cuales se tornaron firmes. Cuando todo terminó, Caled se recostó a su lado, la miró a los ojos para decirle algo importante.

—Existe un sello  entre el demonio y ser elegido, que solo se puede romper con un acto carnal como lo que acabamos de hacer —le explicó—.Ahora que el sello se ha roto me permite compartir mis  poderes contigo —le mencionó—. Pero sólo podrás utilizarlo cuando cumplas con las tres  pruebas y las domines por completo —añadió—. Te recuerdo que solo has dominado una, todavía te falta dominar la segunda—le dijo Caled.

Amada, se colocó sobre él besando su cuello.

—Lo sé, pero antes de dominar la segunda prueba, hay que divertirnos un poco más ¿No crees?—le dijo mordiéndose su labio inferior.

Sus ojos reflejaban un brillo de lujuria que a Caled le gustaba.