Caled: Un Amor Infernal

Final: Parte II

Amanda abrió los ojos, cuando lo hizo se encontró en un mundo totalmente extraño: era un lugar rocoso, húmedo, cerrado, caluroso, estába cubierto de lodo y sangre.

El olor azufre era muy intenso, criaturas con piel aspera de color negro y gris con cuernos en su frente, de dos patas caminaban de un lado a otro, pero lo que llamó su atención, es que habían seres como Caled con cuerpo humano con ciertas partes de sus cuerpos oscurecidas, también habían mujeres con ese aspecto. Decidió verse a sí misma a través de las relucientes rocas que estaban frente a ella, pudo confirmar que todavía poseía su cuerpo humano, sólo que ella también tenía ese aspecto oscuro. Su ropa no era la misma con la que había muerto, sino más bien llevaba un pantalón negro y una camisa del mismo color, su cabello castaño lucía muy lacio y sedosa. Toco la parte oscurecida de su rostro y quedó fascinada por lo escalofríante que se miraba.

—Hola mi diablita, bienvenida a mi mundo—le dijo Caled apareciendo a su lado quien también conservaba su aspecto.
Amanda lo abrazó de inmediato. Estaba feliz de verlo. Tenía muchas preguntas en su cabeza las cuales le comunicó a Caled. Él le mencionó que los demonios que cumplían sus misiones podrían quedarse con el cuerpo humano que habían utilizado, obteniendo ese aspecto por siempre—.Al cumplir con nuestro misión también se nos otorga ciertos previlegios, ya que no todos tienen la valentía de pasar las tres pruebas—le informó Caled—. Tu fuiste muy valiente y me demostraste lo mucho que me amabas, gracias por hacerlo, estoy feliz de tenerte a mi lado—le dijo tomándola de la cintura .

—No tienes nada que agradecerme, Tu eres mi alma gemela. Te amo muchísimo—le respondíó con todo el amor que comenzaba a crecer en su interior —.¿Cómo es posible que un de demonio puede sentir amor?—le preguntó Amanda curiosa.

—Los demonios también tenemos la capacidad de sentir amor hacia a otro ser, sólo que esté se manifiesta de una manera más siniestra y peligrosa—le explicó Caled—. Ven te mostraré cuál será nuestro deber de ahora en adelante—le mencionó abriendo una especie de portal, la tomó de la mano para que ingresaran juntos. En pocos segundos habían regresado al mundo humano, sólo que en está ocasión en una ciudad diferente. Ambos se encontraban en medio de la calle peatonal donde la gente caminaba de prisa cada uno con sus propios problemas, una señora se le acercó a Amanda traspasando su cuerpo como un fantasma. Su cara era de sorpresa, Caled le explicó que ella podría ser visible o no, cuándo ella lo quisiera entre otras habilidades que deberia aprender, todo esto gracias a sus nuevos poderes demoníacos—.Como te mencioné, ahora que la misión finalizó hemos escalado en cuanto a nuestro trabajo dentro del infierno, por ejemplo ahora tendremos el deber de influir en los pensamientos de los humanos, con el objetivo de que ellos cometan acciones de odio, peligro o crímenes—le explicó Caled tranquilamente—. Te enseñaré como ingresar en la mente de una persona para que puedas influir en sus pensamientos—le mencionó.

Caled le enseñó a como canalizar sus poderes, cuando Amanda los dominó, quiso hacer una pequeña prueba. Observó a un hombre discutiendo con otro dentro de una cafetería, se concentró para poder ingresar a su mente, este hombre tenía sentimientos de odio en ese instante, ella en un susurro le dijo que golpeara al otro hombre, él resistió a sus susurros por unos segundos, pero después no resistió más y explotó atacando a su rival con puño cerrado.

El alborotado dentro de la cafetería llamó la atención de la gente provocando que los separaran. Caled le explicó que en ocasiones iba ser difícil que las personas siga las órdenes de que ellos le den por medio de sus pensamientos, ya que como seres humanos tenian otros sentimientos que los ayudan a controlar sus acciones. Después de recorrer la ciudad, regresaron al infierno. Amanda observó mientras caminaba que había seres mitad humanos encadenados siendo torturados. Amanda le preguntó del porque le estaba haciendo eso. Caled le explicó que ese era el castigo que ellos recibían cuando su alma gemela no cumplía las pruebas, esas eran las consecuencias que ellos pagaban. Amanda se alegró de que ella si se hubiera atrevido a cumplírlas.