Caled: Un Amor Infernal

|7|Segunda prueba: Auditiva y visual

Al día siguiente durante el funeral, Amanda estaba sentada al lado de su padre. El cura continuaba la ceremonia con normalidad, pero sus palabras  fueron reemplazadas por unos susurros en su oído izquierdo, estos se fueron volviendo cada vez más claros hasta que pudo entenderlo por completo:

¡Matalos matalos, matalos!

Amanda, asustada por esa voz profunda, observó a su alrededor, pero todo estaba normal, todos escuchaban atentos la palabra del cura. De repente vio el fantasma de su tío parado al lado de su propio ataúd, su ropa era la misma, tenía un aspecto repulsivo ya que de sus oídos y ojos salían gusanos. Él la observaba con atención, levantó su dedo para señalarla.

—¡Matalos ya !—le gritó fuertemente, provocándole que se tapara los oídos

—¿Estas bien hija?—le preguntó su padre al ver que estaba asustada.

Ella al escuchar su voz, trato de calmarse

—Si—le afirmó—. Sólo estoy un poco aturdida por todo esto—le dijo refiriéndose al entierro.

Ella dirigió su vista hacia el mismo lugar donde estaba el espectro de su tío, pero ya hacia desparecido. Caled, se encontraba detrás de un árbol observándola. Esta prueba iba ser más fuerte, no sólo porque tendría que ver este tipo de espectros, sino que también podría escuchar sus lamentos y penas. Sonríó al recordar la muerte de Fernando, él se le había aparecido en el asiento del conductor con su aspecto humano mientras esté manejaba, Fernando casi se estrelló por el susto, pero lo hizo cuando caled tomó su verdadera forma. Fernando tuvo un paro cardíaco en ese instante.

Cuando la ceremonia finalizó. Todos regresaron a sus respectivas rutinas. Durante el regreso a su casa, Amanda no dejaba de escuchar murmullos de varios voces al mismo tiempo. Su padre detuvo el auto cuando el semáforo se puso en rojo, cuando lo hizo un espectro de una mujer con un cuchillo apareció en la calle a pocos metros de ellos. Ella corrió a toda velocidad hacia el auto donde iban Amanda y su padre. Ella al ver la acción de la mujer, gritó del susto cerrando los ojos por impulso.

—¡Te mataré maldita perra!—escuchó decir una voz femenina frente a ella.

Amanda comenzaba a temblar del miedo, abrió los ojos, pero lo que se encontró fue a la misma mujer respirando cerca de su boca, sus ojos eran de un rojo intenso, tenía una sonrisa macabra que podría aullentar a cualquier persona. Ella no resistió al ver tal escena, comenzó a gritar como loca en el auto. Su padre preocupado se acercó a ella para calmarla.

—¿Estas bien hija ?—le preguntó preocupado  cuando la vio más tranquila.

—Si, papá estoy bien—le respondió ella tartamudeando.

Cuando su padre le preguntó porque había gritado de esa manera, ella le mintió con lo primero que se le vino a la mente.

—Es que ayer en la escuela miramos una película de terror y no se porque se me vino algunas escenas en mi mente, y por eso me asusté—le respondíó ella tratando de convencerlo—. Sólo necesito descansar—agregó finalmente.

Su padre extrañado por lo que había pasado, decidió conducir hasta llegar a su casa. Durante los pocos kilómetros que faltaban las voces continuaban atormentandola. Cuando llegaron fue directo a su habitación, se acostó sobre la cama y se tapó con su almohada para tratar de no escuchar más esos murmullos.Poco después, escuchó unos quejidos en su habitación. Con miedo tomó el valor para averiguar su origen. Buscó con la mirada algo o alguien y lo que vio la dejó paralizada. Cinco espectros estaban frente a ella, diciéndole frases que no tenían sentido para ella.

Amanda se preguntaba porque le estaba pasando todo eso «Acaso me estoy volviendo loca igual que mi madre» interrogó mentalmente.