La travesía de dos corazones rotos tras descubrir que el amor no sólo es rosa, ni sus emociones están en blanco y negro.
Todos tienen un sentimiento de molestia a Chloe y están felices al ver como su corazón se rompe tras su rechazo por Adrien. Luka...
"Se siente como si el cuento de hadas hubiese acabado Tenía muchas ganas de estas páginas para comenzar Con un Érase una vez como todas las canciones de cuna; Debería haberlo sabido mejor"
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—¿¡Por qué ella!?— gritaba llena de lágrimas viendo a la azabache con coraje detrás de su amado.— Ni siquiera te conoce.— intentaba acercarse agresivamente a ella, sin embargo el rubio la mantenía alejada. Maldita sea.— Adrien ¡Dime!— exigió con veneno. Su visión estaba cristalizada.— ¿Por qué no pude ser yo? Yo... siempre estuve ahí para ti, siempre. Cada noche que necesitaste hablar con alguien... ¡Fui yo, no ella!— sus pulmones se comprimían por cada palabra que decía. Buscaba algún consuelo en la mirada confundida de su amado. Nada.
—Chloe; este no es el mejor lugar.
¡¿Era en serio?! La que se supone era su mejor amiga de la infancia y además su "confidente" estaba destrozada y al muy cobarde sólo le importaba que estuviera haciendo un "teatrito" en medio del patio de la escuela. La escupió molesta.
—Tú no eres Adrien.— bramaba sintiendo su alma derrumbarse.— Adrien jamás preferiría lo convencional.— apuntó a Marinette.— antes...
Y todo el colegio observaba la pelea. Baile de fin de año. Chloe había llevado su mejor vestido, entallando su perfecta figura con un maquillaje que hacía que sus ojos deslumbraran entre las miradas del resto. Era una chica sumamente atractiva, y esa noche ella resplandecía aún más; como una estrella que simplemente no se podía ignora.
[Se había comprado ese vestido únicamente para conquistarlo, se había arreglado para él]
—Ahg, hasta que al fin alguien hace sufrir a Chloe.— escuchó Luka decir entre la multitud de estudiantes que observaban divertidos la escena.
—Adrien jamás se iba fijar en alguien como ella.— murmuró alguien más.
Luka sólo encogía sus hombros y continuaba viendo la escena. Suspiró pesadamente; a penas podía soportar las ganas de correr e ir a ayudarle a esa rubia para convencer a Marinette de que no estuviera con Adrien.
Fue un maldito idiota al no haberse fijado en todos los suspiros empedernidos que al azabache soltaba cada que mencionaban a ese sujeto. Y es que, siendo sincero, no culpaba a Adrien de haberse enamorado de Marinette; ella sin duda era una chica hermosa, con un carácter exquisito y una sonrisa simplemente gloriosa. Lo trajo como loco, como un gran loco.
Pero ¿por qué Adrien? Ese chico ya lo tenía todo. Su vida había sido en opulencia ¿Cuando es que se habían vuelto tan cercanos? ¿Es que acaso Marinette se fijó en lo que aparenta ser ese sujeto? ¿Acaso de verdad se querían? Quería imaginar que todo esto era un sueño. Justo cuando más apegado se sentía a Marinette, justo cuando creyó que...
