25.Piscinada.

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No dormí en toda la noche.

Lo digo no por que quisiera, si no por que me concentre en no despegarme del pecho se Andy ni un segundo.

Mi estado de animo estaba bajo, pero no lo quería demostrar, quería que la imagen que Andy se llevara a su casa fuera la de una Jules sonriente y feliz.

Y, aquella cosa horrible que tengo como conciencia me atormentaba con cosas como "Apenas Te vayas conseguirá a otra chica", "No tardara ni dos minutos en cambiarte por alguien con un buen culo" llegue a imaginar a Andy con un chico y que incluso, se verian mejor que nosotrosndos.



—Buenos días Hermosa —Sentí un beso en mi coronilla y Sonreí inconscientemente.

Me había enamorado perdidamente de aquel chico de ojos azules. Estaba perdida.

Aun no se porque trate de negar mis obvios sentimientos hacia el, si desde el primer día ya estaba prácticamente babeando por su culpa.



—Buen día —Intente verlo pero sin esperarlo, uno de mis ojos de cerro en señal de sueño, pero rápidamente lo abrí.

—¿Dormiste?

Asenti, pero levanto una ceja, señal de que no me había creído.

—Duerme, aun faltan unas horas para mediodía.



—Sus deseos son ordenes —Sonreí como pude antes de caer dormida aun en su pecho, pero no tardo mucho en levantarse y dejarme sola.

Al pasar unos minutos, sentí como si el "Sueño" fuera la realidad, "Sueño" por que bien podría ser una pesadilla.

Caminaba por las calles de una localidad desconocida para mi,  todas las casas eran mas bien Mansiones. Pero una en particular llamo mi atención, de esta venía saliendo una pareja, ambos felices, Junto con dos Niños pequeños corriendo hasta llegar a un auto.

Sonreí ante la tierna imagen de la típica familia feliz, seguía caminando inconscientemente hacia donde ellos estaban, la pareja se dio  beso, mas bien tierno.

Cuando ambos se separan, el ahora hombre era Andy, abrazando a la chica por la cintura. Sonriendo.

Desperté casi de golpe, mi subconsciente me estaba jugando bromas de mal gusto.

Apenas entre en razón, abrió la puerta  y suspire de manera pesada.

—Al fin despiertas —Dejo un casto pico en mis labios y Sonreí con la boca cerrada.

»El almuerzo esta servido, te espero en la sala.

Dicho esto, el salio de la habitación.

Mientras me terminaba de despertar, jugué con el dije en forma de mitad de estrella, pensé que tal vez eso sería lo único que podría 'conectarnos' cuando estemos lejos.

Y me pregunte "¿Lo seguirá usando después de todo?".

Esperaba Que aquella pregunta tuviera como respuesta un "Si" pero no tenía como asegurar eso.

También pense en intentar conseguir trabajo en Toronto para no tener que separarnos, La idea no parecía ser tan mala.

Luego recordé que segun lo que me dijo Abbie, El básicamente pasaría el día en una oficina y ni nos daría tiempo de vernos.

Todo estaba en mi contra.

Al finalizar con mi tiempo de "Meditaciones sobre que demonios hacer con mi vida" fui al baño para arreglarme.

El Chico De Ojos AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora