26. ¿Una Promesa?

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Por unos segundos, creí haber escuchado mal, e incluso que mi mente ya me jugaba bromas por el poco alcohol que había consumido, pero no.

El iba totalmente en serio.

Trague grueso cuando me di cuenta de que todos los presentes voltearon hacia nosotros con los Ojos apunto de salir de sus cuencas.

¿Estaria bien aceptar?

Me estaba mareando, ridículo, lo se, pero vamos ¡Lo soltó así de repente!

— ¿Uh? — Relamió sus labios viéndome tentativamente, mis ojos se dirigieron automáticamente a su piercing, maldita sea...¡Eso era trampa!

  —  Mnnh...y-yo...este..¿.p-po-

  — Olvídalo, Me dirás la respuesta al salir de aquí, no quiero que sea en frente de estos metiches.

les dio una mirada asesina que posiblemente en las películas de ficción tendría rayos láser  asesinos que mataría a todos en ese instante, gracias a la Virgen Ramona no es así, si no me quedaría sin mejor amiga y un posible futuro novio en la cárcel.

suspire de manera pesada y coloque mi cabeza en el hueco de su cuello, senti su brazo deslizarse por mi cintura engañánchandome a el, podría quedarme dormida en ese momento. Me estaba sorprendiendo la calma que este hombre me transmitía.



Andy Miller 



Mierda.

¿¡Que acabas de soltar Andrew Miller?!

  — Se mi novia

de verdad, me quería sumergir en el agua y no salir en...nunca.

pero no me iba a arrepentir, ni retirar lo que dije. Me quedaría firme, fingiendo que todo era planeado cuando en realidad, lo solté de golpe.

al verla dudar <O Mas bien, irse del mundo>    comencé a dudar de mi, ¿diría que no?

después de todo, le dije que contestara mas tarde. Lo mas posible es que mente este vuelta un desastre y no pronunciar "Pato" en este momento, 

al sentir su respiración caliente en mi cuello, sentí esa necesidad de tenerla mas cerca, asi que la acerque a mi. 

¿Que haría sin esta pelirroja?

la separe de mi, para apreciar su rostro. Sus ojos estaban brillantes y tanto sus mejillas como sus labios, estaban teñidas de un rosa casi rojo, la tonalidad perfecta entre ambos.

ignorando a todos a mi al rededor,  tome su mentón obligandola a mirarme a los ojos, le sonreí antes de dejar un pico en sus labios, y digo pico por que si hago algo mas seria demasiado incomodo para ambos.



escuche otro de los tantos suspiros que se han vuelto costumbre de ella, eso solo hizo que mi sonrisa se ampliara mas.

el ambiente para cualquier persona se volvería realmente incomodo, pero entre nosotros; era perfecto.

lo sabia por que aprendí a leerla con la mirada durante este tiempo, era tan divertido darme cuenta de cuando no podía aguantar verme sin camiseta, y he de admitir que empece a dejar de usarla en casa solo por que me encanta su reacción.

  — ¿Quieres Ir a casa?  — Susurro en mi oído, erizando los vellos de mi cuerpo, justo en ese momento Jean llamo para ir por el pastel.

  — Creo que prefiero el pastel... — Reí, la verdad prefería cualquier cosa que volver a casa para recibir un posible "No" de su parte... y yo no seria capaz de aguantar eso.

El Chico De Ojos AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora