"Pasamos una etapa donde no sabíamos lo que nos esperaba, me aleje de ti pensando que era lo mejor, me fui lleno de problemas y complicaciones, y te deje heridas que aún en día, no puedo curar, pero desde que te conocí, supe lo que en verdad es amar sin importar nada, simplemente seguir insistiendo hasta el final, pero la historia aún no tiene un final, ¿o si? Sin tan sólo hubiera sabido que no volverías, jamás habría soltado tu cálida mano."
Una nueva vida, muchas veces deseamos eso, volver a vivir la vida desde el comienzo y así evitar ciertos acontecimientos que nos hacen miserable en el presente, grandes errores de los cuales nos arrepentimos, pero la vida no de esa forma, uno siempre quedará con los recuerdos y cicatrices que fácilmente se muestran en los momentos menos inesperados.
Aquel lugar no era como lo recordaba, su mente le jugaba una mala pasada pero sin importar eso, siguió el camino por donde se suponía debía ir, y por más que lo odiará, le era completamente imposible no llamar la atención por donde fuera, todos giraban y literalmente alzaban la mirada para verle, ¿cómo no? Si se trataba del chico nuevo, y es que sus rasgos eran muy llamativos, sobretodo su altura y su rostro, con ellos y por donde pasaba, los comentarios eran los mismos de siempre, siempre fijándose en como era, sin darse el tiempo de conocerlo de verdad, hecho que él odiaba con toda su alma.
—¿Señor Wu, es usted? —Si no fuera porque había puesto en pausa la música que oía a través de los audífonos, le hubiera sido imposible al alto muchacho escuchar el llamo a su persona, por tanto giró y observo a un hombre, vestido formal, de edad notoriamente mayor y bajo.
—Si, así es. —Asintió tras eso y se terminó de quitar los auriculares, para observar la sonrisa de concilio del mayor, quien se inclino ante él y luego le hizo un ademán para que le acompañará.
—Soy el profesor Kang, tu profesor de curso, así que ven y acompáñame al salón de clases, te presentaré con tus compañeros. —Informo el señor adelantando sus pasos, y el chico no hizo más que seguirle en silencio, no había necesidad de decir algo más cuando ya estaba camino al salón de su último año de preparatoria, la última obligación que tenía antes de cumplir sus 18 años y finalmente liberarse de todo.
Todo paso rápido, la presentación fue un asco, como los comentarios de quienes serían sus compañeros por ese año, algo que el chico ni siquiera podía soportar, era como recordar todos aquellos acontecimientos que quería quitar para siempre de su vida, ¿por qué la vida lo seguía golpeando así? Simplemente debía ser paciente, ya no quedaba nada para poder ser dueño de su propia vida y alejarse de todo, ser una nueva persona, alguien que nadie reconociera e iniciará todo aquello con lo que un día soñó.
—
El recreo no era más que un espacio para descansar ligeramente de las obligaciones escolares, y ellos lo sabían mejor que nadie, sobretodo el más alto de todos ellos, quien yacía totalmente recostado contra el césped del patio trasero de la escuela, suspirando y mirando al cielo mientras su mano sobaba por sobre su estómago.
—Idiota, no debiste competir contra mí, sabías que ibas a perder y ahora me debes mi dinero. —El comentario llegó directo a su oído, haciendo que aquel chico de castaños cabellos bufara repentinamente.
—ChanYeol, un día dejarás de ser tan glotón y de seguir buscándole pelea a JongDae con todo. —El nombrado sólo terminó sentándose y cruzando sus brazos en una postura molesta, maldiciendo por lo bajo y haciendo reír a todo el grupo.
—Baekkie, Chen siempre se sale con la suya y tú siempre lo defiendes, la traición hermano. —El más alto apuntó directamente a uno de los chicos más bajos en altura, para luego ver como el chico de nombre "Chen" le terminaba sacando la lengua y hacer que ChanYeol se enojara mucho más, adoptando una posición de ataque pero en ese preciso momento, los dos mayores del grupo se pararon en frente del par.
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Fate ( KrisYeol )
Fiksi PenggemarSólo un idiota se enamora, un idiota comete miles de errores, un idiota aprende a vivir su vida a causa de los recuerdos y heridas que el destino se encarga de hacerte, pero sin embargo, el idiota que lees, es el que te amará más que nadie.