Poemas y divagaciones

Muñeca rota

Hace tiempo el polvo cubre mi rostro de tela.

Mis labios cosidos no pueden hablar. Mis ojos pintados no pueden ver.

Mis manos rotas no pueden sujetar cosas. Mis pies descalzos y amorfos no me pueden transportar de un lado a otro.

Sola, me dejo caer en el olvido. Sé que ya no veré más la superficie,
ni el árbol desde la ventana de su habitación.

Han sacado el columpio hecho de ramas y una soga.
El tiempo pasó, y con él, todo lo que alguna vez fui y conocí;

todo lo que amé como puede amar un juguete.

Cierro mis ojos ciegos. Lanzo un suspiro sordo, inexistente, y me hundo.