Algo me atrae, o más bien, me aleja de donde quiero ir. No puedo poner resistencia a esta energía; es como si mi cuerpo no quisiera oponerse a ella.
Siento que caigo, cuando en realidad, estoy estancada hace tiempo en el mismo maldito lugar.
Me siento ahogada, cuando todo lo que hay a mi alrededor es aire puro. ¿Por qué?
Una oscuridad infinita me rodea, se mete por mis poros y me invade. Soledad. Eso es. A pesar de que hay tanta gente en el mundo...
Nuevamente esa fuerza irresistible me arrastra. No puedo correr, es como si tuviera los pies atados a un bloque de cemento y me tiraran al medio de Mar. Caigo infinitamente, y sé que lo único que puede salvarme soy yo. ¿Pero cómo? Si soy tan insignificante...
Por un rato, me dejo llevar por el imán de los problemas. Cuando puedo, me zafo, pero siempre me vuelve a encontrar y a llevar. Así somos los polos opuestos: nos atraemos, nos necesitamos. Nos obligamos a estar uno pegado al otro, aunque alguno de los dos no quiera.
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Poemas y divagaciones
De TodoAlgunos poemas y divagaciones de madrugada. Puede que algunos escritos sean nuevas ediciones de cosas viejas.