Shaman King (Anime 2001)

Capítulo 18: Asesinos de ultratumba

El segundo oponente de Yoh se llama Fausto VIII, un peligroso shaman según le comentaba Kalim a Silver y que si Yoh no renunciaba podría morir.

En el día de la pelea, era un día lluvioso y Anna fue a buscar un paraguas pero en el camino se encontró con Silver. Éste hablando con Anna, le pidió que Yoh debía renunciar porque podría morir porque su oponente usa la Necromancia y era un hombre muy peligroso y que si de verdad le importaba su seguridad tendría que hacer que Yoh renunciase, pero Anna se negó, si era una prueba para que él se convirtiese en el rey shaman, él aceptará y además estaba convencida de que Yoh se convertiría en el shaman mas fuerte de todos, y dicho esto se marchó.

Mientras Yoh esperaba, Manta, Hikari, Mei, Taki, Amidamaru y él conversaban sobre el oponente desconocido y además, de que Hikari le dijo al joven que si luchaba como siempre lo hacía, sería capaz de ganar. 

Poco después, el misterioso Fausto VIII apareció. Ambos se presentaron el uno al otro y Yoh y Manta pensaron que ese hombre era un poco raro. Hikari tenia un mal presentimiento ya que notaba algo raro en esa persona y fue entonces que Amidamaru apareció advirtiendo que no se confiase porque Fausto traía consigo un olor a muerte. Fausto se quitó el abrigo mostrando un esqueleto; Hikari y Mei se asustaron un poco "¿debajo del abrigo traía consigo un esqueleto?", entonces, Fausto comenzó a explicar que antes era médico y que cuando no pudo vencer a la muerte sintió una gran desolación y por eso su meta era seguir con sus investigaciones para lograr vencer por fin a la muerte, pero Manta le dijo que eso era imposible y Fausto se enfureció. Yoh intentó calmar las cosas, pero el doctor le comentó que si Manta le ayudaba le perdonaba y fue entonces cuando Fausto usa sus poderes para que muchos esqueletos salieran de la tierra.

Hikari y Mei estaban aterrorizadas al ver tantos esqueletos moviéndose como si se tratase de una película de terror. Manta es secuestrado por 2 esqueletos llevándoselo lejos de Yoh acabando colgado en una especie de cruz de piedra o huesos. Yoh quería ir a salvarle pero los esqueletos se lo impidieron y cuando Fausto fue a donde se encontraba Manta, usó sus poderes consiguiendo así introducir su mano en el interior del pequeño haciendo que este gritase del miedo. Hikari, al contemplar la escena, acabó por desmayarse, Mei la atrapó antes de que cayese al suelo, pero la escena también le afectó, pero en vez de desmayarse solo se mareó.

Yoh, consigue liberarse de los esqueletos que lo retenían, pero Fausto le acabó por lanzar una ola de miles de esqueletos enterrando a Yoh. Cuando el doctor pensó que se libró de él, Yoh, con su posesión de objetos consigue destruir a todos los esqueletos y con furia le grita a Fausto que nunca le iba a perdonar.