CAPITULO 1

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El hombre mayor dejó caer unos papeles sobre la mesa de madera color negra, el muchacho bajo la mirada la cual antes estaba puesta sobre su jefe siendo la razón del no saber porque había sido llamado, llevó una mano sobre dichos papeles y tomo de estos dando una última mirada a su mayor para otra vez ponerla en las hojas que yacían en sus manos, vio que eran los datos de un hombre y la foto de este mismo en la esquina del papel, levantando la mirada arqueó una ceja sin entender porque se le era mostrado.

-¿Y esto? – Preguntó el hermoso muchacho.

-Es uno de los que se infiltraron a nuestra bodega de armas, fue el quien robó 100 de estas y que fue entregadas a una mafia enemiga que llegó aquí hace 3 meses.

-¿Porque me dices esto a mi?

-Porque quiero que seas tu quien valla a..

-Hay no, eso si que no – interrumpió – yo ya hice mi trabajo que no tiene ni si quiera tres días que termine y ¿vienes a decirme que debo hacer más? Me dijiste que después de mi ultimo trabajo me tomaría un descanso de un mes.

-Oh vamos, sabes cuanto te gusta hacer esto, infiltrarte a lugares, hacerte pasar por alguien, seducirlas, tener sexo con tu victima, quitar la información o la mercancía, matarlas... además, este joven es guapo hay que admitirlo.

-Cállate me estas tentando. Pero ¿porque no mandas a uno de tus gatos? O a una de tus mujeres, oh mejor aun, a tu hijo, se vería bastante atractivo si se viste de mujer, sería una mujer caliente -sonrío con picardía levantando ambas cejas.

-Sabes que no hay mejor que tu, mi hijo aun es muy torpe para este trabajo de infiltración y es un pésimo actor, mis mujeres están en otros negocios ahora además de que el tipo tiene preferencias por los hombres -Diciendo esto ultimo el muchacho se vio realmente interesado ya que el objetivo actual era un hombre bastante guapo y atractivo por lo que tomó asiento en la silla que estaba enfrente de la mesa y cruzo sus piernas.

-Ósea que si voy esta vez ¿no tendré que hacerme pasar por una mujer? – El mayor negó – Oh… me interesa pero dime exactamente que es lo que quieres porque el que solo valla lo seduzca y después lo mate porque el fue uno de los que se infiltró en la bodega y te quitó tus preciadas armas no es muy convincente.

-Muy listo mi preciado muchacho, como lo dijiste, no quiero verlo muerto porque sea posible ladrón de mis armas, quiero que lo seduzcas, que hagas a que te tenga confianza, que lo tengas comiendo de la palma de tu mano, si el realmente fue uno de los que se infiltro y trabaja para la mafia que llegó seria muy útil que el te cuente donde se esconden, quien y de donde viene esa mafia, que te haga aliado de ellos, y seas un infiltrado, de esta manera sería mas fácil acabar con todos ellos, además de que no solo robaron armas, también robaron las drogas que estamos traficando y dejaron libres a la mayoría de mujeres y hombres que teníamos para vender o prostituir en la caverna, me están haciendo un caos y desorden.

-Valla señor, ¿y a usted desde cuando le importa el orden ah?-dijo socarrón – porque que yo sepa usted es quien provoca eso.

-Por eso mismo, porque debo ser yo quien lo provoque. También están provocando a que algunos de los hombres con poder dejen de ir y comprar mercancía, si esto sigue así no solo serán estos hombres si no que también otras mafias, de seguir así acabaran con nosotros y nosotros somos la mafia Rusa, conocida por ser la mafia mas peligrosa y temida por ser la mas sádica.

-Muy bien, me convenciste, dame una copia de los datos de tipo. Por todo esto que me dijiste entonces el no debió ser el único en robar y hacer todo este caos solo debe haber tenido cómplices.

-Tal como dices, no fue el único, habían mas infiltrados pero el fue el único al que se le pudo notar el rostro, a los demás que se le vio iban con la cabeza inclinada y llevaban sudaderas con gorra negra. Aun no entiendo como entraron.

El joven muchacho había escuchado todo atentamente, cada palabra, cada detalle, parecía pensar y analizarlo bien, ciertamente era extraño, eso solo significaba una sola cosa.

-Tu gente, deben haber algunos que te están traicionando y de esta manera se les hizo mas fácil entrar, uno de tus gatos debió facilitarles todo y quizá no sea solo uno o dos ni tres, deben haber mas.

El líder Ruso pareció pensarlo, claramente se sentía un estúpido al no habérsele ocurrido eso, ciertamente el muchacho tenia razón, en esos momentos el no podía confiar en nadie al no saber quien o quienes podrían ser.

-Ya habrá tiempo de pensar, es mejor que mantengamos todo en secreto, dame las copias que debo de encargarme de alguien que traje, mas tarde me encargare de descubrir quienes son, sabes que siempre descubro todo. – y esbozo una sonrisa que fue acompañada por el mayor.

El hombre saco dos carpetas una roja y la otra color negra de entre sus cajones entregándosela a su amigo, este gustoso las recibió sabiendo que no solo recibía la carpeta de los datos de hombre si no que el personaje que tomaría esta vez, abrió la carpeta negra y vio el nombre que esta vez llevaría y casi se ahogaba con su propia saliva por la risa que le causó aquel nombre que a el le causaba gracia.

-¿Enserio? ¿Reinaldo? Oye no, con eso podrían decirme Gaynaldo.

-Bueno no todo siempre es bonito, cariño. – Dice dándole un guiño.

-Eres tan gay, deberías llamarte Reinaldo y así te apodaríamos como Gaynaldo. – Bromeo y ambos rieron.

El joven se levanto de la silla dándose media vuelta para caminar a la puerta y paso su mano derecha por la perilla para abrirla pero se detuvo sin quitar su mano.
-Por cierto Nikolai... – Se volteo un poco ladeando la cabeza para verlo por el rabillo de sus ojos – dile de mi parte a tu hijo Aleksandr que no se resista, que tarde o temprano lo tendré en mi cama gimiendo mi nombre – Dijo lo suficientemente alto para que este le oyera sonriendo divertido al ver la reacción de su jefe.

-Eres un cabrón Mikhail, deja a mi hijo, al pobre lo estas confundiendo y haces a que se comporte como muchachita quinceañera enamorada, me lo entorpeces más de lo que ya esta. – fingió indignación para luego esbozar una sonrisa divertida, Nikolai se dirigió rápidamente al sofá tomo uno de los cojines y se lo aventó a Mikhail y este solo rio aun más saliendo de la oficina.

Nikolai no era un tipo con mas de 40 años, a pesar de su edad se veía joven, como de unos 30 años, estaba muy bien conservado, el hombre era muy guapo y elegante, muy alto pero no mas que su hijo, el media 190, su cabello canoso bien cortado dando un toque como si de un albino se tratase, el tipo tenía heterocromía por lo que sus ojos son uno verde y el otro color miel, el líder tenia una personalidad bastante rara, de diario a diario con Mikhail y su hijo Aleksandr era bastante raro por no decir payaso, decía muchas tonterías y los hacía reír hasta más no poder pero con sus subordinados o colegas era bastante serio, calculador e irradia seguridad a cada palabra que decía, cuando habían enfrentamientos contra mafias enemigas el realmente daba miedo, sus ojos se volvían obscuros y se volvía todo un sádico.

Su hijo Aleksandr de 22 años también era un tipo bastante guapo con ojos verdes y cabello castaño casi rubio, una piel blanca como la de su padre que el gustaba broncear, con un cuerpo realmente envidiable, tan bien formado, con unos abdominales bien trabajados sin parecer exagerados y unos brazos que desearías que te rodearan y nunca te soltara, sus pompis redondas y levantadas, no eran tan grandes como las que poseía Mikhail pero al menos eran realmente buenas, su altura era simplemente perfecta: 198, era más alto que su padre y que Mikhail, también de la mayoría de los subordinados que trabajaban para Nikolai y algunos alcanzaban los dos metros de alto, digno de un Ruso, a pesar de su apariencia de chico malo, Aleksandr en realidad era todo un pan de miel para ser hijo y futuro líder de la mafia Rusa pero en hora de enfrentamiento a fuego o puño se ponía en un papel que hasta el mismo desconocía una vez que pasaba todo.

Y Mikhail de 24 años con cabello rubio casi blanco con pestañas largas y cejas del mismo color de su cabello, no era hijo o colega del líder, el era otro que trabajaba para Nikolai pero eso no significaba que estaba al mismo nivel que los demás, el ahí tenía más derechos que cualquiera hasta parecía que más que el propio hijo pero eso no significaba que el sería el siguiente líder si Nikolai moría, pero sí si algo le pasaba a Aleksandr. El joven Ruso era tan inteligente y fuerte que a su edad era impresionante todo lo que podía hacer, podía ir sin problema el únicamente en hacer una sola misión y salir exitoso, si el mismo quisiera podría acabar con toda una mafia el solo, y todo eso podría el mismo, un joven de estatura de 178, cuerpo delgado y de apariencia frágil, ¿Por qué era tan fuerte? Realmente nadie sabía excepto Nikolai, Aleksandr, subordinados que murieron en el pasado y uno que aun sigue vivo, el era el claro ejemplo que las apariencias si engañan.


Sus pasos se dirigían a su habitación de aquella enorme mansión pero se vieron detenidos cuando observo a uno de sus hombres, aprovecharía para preguntarle por la muchacha que había traído consigo, a la que había dejado olvidada por 3 días seguramente toda sucia y olorosa a orina, cuando el hombre vio a su jefe se dirigió a el sin pensarlo dos veces.

-¿Donde esta ella? – Preguntó

-En los calabozos, señor. – Dijo mientras tenía la mirada al suelo que de vez en cuando la levantaba para mirarlo. Mikhail hizo una mueca mirando en ningún lugar en especifico.

-Llévala a que la bañen, ordena a las sirvientas que la pongan hermosa, espero que la hayan alimentado, la quiero lista dentro de una hora y media, después la llevan a la sala de tortura subterránea. – Ordenó para después irse ahora si a su habitación, al llegar dejó su saco sobre el perchero, sacándose los zapatos con sus propios pies y así dejarse caer sobre su cama. No iba a ducharse, no ahorita, el estaba limpio aunque no por mucho ya que en una hora y media quizá su camisa estaría manchada de sangre, puso alarma para dentro de una hora, veinte minutos y se durmió.



El Es La Muerte (Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora