El Es La Muerte (Homosexual)

CAPITULO 7

Un hombre alto con porte elegante entró a aquel enorme salón de fiesta, observaba cada rincón del lugar, los colores de la loza y paredes al igual que las mesas entre otros detalles más, eran color madera obscura, café caoba y chocolate los cuales eran perdidos por las luces rosas, violetas, azules y naranjas de los focos. En medio del salón un enorme carrusel. El atuendo de la mayoría de los presentes era parecido a la época victoriana contándolo a el también.

Llevaba puesta una camina blanca que era cubierta por un chaleco negro con botones plateados y un frac que llegaba hasta sus rodillas del mismo color con detalles dorados que empezaban desde los hombros hasta donde terminaba la prenda al igual que en la parte de las muñecas e iban hacia arriba terminando hasta la apertura de los botones, en lugar de una corbata era una tela de seda blanca con una piedra preciosa negra parecido a un anillo en medio que sostenía de aquel nudo, un pantalón ni muy pegado ni muy suelto negro con zapatos del mismo color, su cabello castaño corto pero con dos rulos que empezaban del lado y altura de la sien llegándole hasta los hombros los cuales a partir de la mitad el castaño iba desapareciendo hasta hacerse rubio al llegar a la punta. En el rostro llevaba una mascara completa de dos colores, la mitad blanca y la otra mitad negra con detalles en ambos lados, en la parte blanca eran una linda decoración con líneas negras y en la parte negra era líneas doradas con los labios del mismo color.
Mientras caminaba a paso lento un hombre de quizá unos 38 años vistiendo todo de negro y con antifaz que daba a la mitad de la cara le ofreció una copa con Martini siendo recibido con gusto dando un asentimiento en forma de dar las gracias y justo en ese momento choco con alguien más pero no de manera agresiva en donde uno o los dos caían al suelo, esta fue de manera leve, normal.

-Disculpe - dijo la persona siguiendo su camino y el hombre alto giro su rostro para verle y al hacerlo su corazón se aceleró. Era el. Nunca olvidaría ese tatuaje
Llevaba una camisa negra muy elegante solo que esta la abertura era en la espalda con forma de V en la cual del lado derecho estaban los botones parecidos al cristal, un pantalón pegado y guantes, ambas cosas de cuero negro, y los zapatos del mismo color.

En la abertura se dejaba ver aquel tatuaje en casi toda la espina dorsal de una rosa blanca cubierta de sangre. Caminó a aquel hombre y al alcanzarlo posó su mano en el hombro impidiéndole seguir su camino por lo que el contrario giro su rostro y cuerpo para mirar a la persona que le detenía y cruzaron miradas.

Sin duda alguna eres tú, mi preciosa rosa. Pensó el hombre alto.

-¿Sucede algo? - preguntó el joven mas bajo.

-Nada en realidad. Solo me preguntaba si gustas acompañarme a tomar una copa - y levanto la que tenía en mano, el otro solo sonrió, sonrisa que no se pudo ver debido a aquella mascara que cubría su rostro completo, era una mascara que llegaba a la mitad de la cara y la otra mitad era cubierta por detalles colgando parecidos a los que usaban las mujeres árabes.

-¿Y como se supone que usted tomara ese Martini? Si su mascara no tiene abertura algún - se burlo.

-Puedo levantar un poco la mascara para beberlo. - la sonrisa aquel joven no desaparecía.
-Esta bien, vallamos al bar - y ambos hombres se fueron.

☆☆☆

-Y dime, hermoso ¿Cuál es tu nombre? - pregunto el mas alto.

-Como usted me dice hermoso si no ah visto mi rostro.

-No pero puedo imaginarlo y eres hermoso.

-Eso es tonto. - se rio.

-Bueno pero esta tontería es cierta. Y bien ¿responderás a mi pregunta?

-Mmm - fingió pensarlo - no. - negó divertido - Esta es una fiesta de mascaras y es precisamente para ocultar una identidad.