Capítulo 1

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Mansión Uchiha

   El día se esfumó dando paso a la noche, y con ello, la desesperación del líder del clan Uchiha. No era fácil cuidar a un bebé, cuando la incertidumbre lo estaba minando.

Con pesar, salió al jardín a esperar a su esposa, quien se estaba demorando mucho para realizar un simple recorrido por el Distrito Uchiha. ¿Qué la estaría atrasando?

Las dudas en la mente de Fugaku empezaron a brotar una tras otra, así que optó por respirar y mecer a su pequeño hijo hasta dormirlo en sus brazos, y varios minutos después, la vio brincar la barda. Una costumbre muy arraigada cuando alguno de los dos tenía prisa por entrar.

—¿Y bien, Mikoto? —dijo Fugaku muy apresurado—¿Sabes quién es la elegida para el pequeño Sasuke? ¿Es del clan Uchiha?

—Calma, Fugaku, solo deja que descanse un poco. El usar así mis ojos es agotador —respondió mirando a su esposo con las perlas rojas de sus ojos, acompañadas de un pequeño matiz rosa en las aspas que era más visible por la noche—. Mi Sharingan me guío por la aldea, pero no dentro del clan, sino a un clan menor perteneciente a Konoha, al clan Haruno.

—¿Qué? ¿El clan Haruno, pero estás segura? —La incredulidad sobrepasaba las palabras en forma de una confesión hecha por su esposa. —No se había visto un caso así desde...

—Lo sé, Fugaku, lo sé. —Dejándole ver que su descubrimiento le causaba tristeza y miedo. —Pero lo vi claramente. No puedo equivocarme, y tú, bien lo sabes.

—¿Entonces, lo viste?

—Sí, existe un hilo que está uniendo a nuestro pequeño Sasuke con Sakura, quien no es más grande que nuestro hijo.

—Ya veo —dijo Fugaku en forma reflexiva—, sé de quién hablas. Es la hermosa bebé con cabellos rosas y unos lindos ojos verdes.

—¿Estás decepcionado, querido? Sé que no fue como Itachi, puesto que es claro que él estará unido a Izumi Uchiha, quien es del clan.

—No, ella es su destino —afirmó con seriedad—. Lo que resta es hacer que esa niña se convierta en alguien fuerte y de gran valor para nuestro clan y la aldea. Buscaré una reunión con los padres lo más pronto posible.

—¿Y qué hay del otro asunto?

Fugaku suavizó su expresión antes de continuar. —No lo veo mal, todo lo contrario, mis hijos siempre han sido perfilados a realizar cosas grandiosas. Es su destino.

Mikoto se mostró aliviada por la actitud de su esposo. La tranquilidad se esparció en todo su ser y le regaló una sonrisa. —Está bien, querido, me alegra mucho que pienses así, por un momento tuve miedo de que...

—¿Qué rechazaría la idea? —soltando una sonora carcajada, algo muy extraño en él; mientras le entregaba al pequeño Sasuke a su madre, no sin antes echarle un ojo a su segundo hijo—. Él tiene garantizada su felicidad. ¿Por qué no habría de estar feliz?

—Fugaku —susurró transmitiéndole todo el amor que le profesaba a él y sus hijos con solo pronunciar su nombre con aquella delicadeza que solo Mikoto podría hacer.

—Ahora debemos descansar—musitó, mientras sorprendía a su esposa tomándola en sus brazos.

—¿¡Fugaku!? ¿¡Qué haces!?

—Procurando a mi esposa —finalizó su diálogo para disponerse a entrar a su casa.

°*°*°*°

Casa Haruno

Kizashi y Mebuki Haruno se encontraban frente a Fugaku, mientras platicaban o mejor dicho negociaban con él. No podría existir otra manera de poder nombrar a su conversación.

Su Destino | SasuSakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora