Capítulo 12.

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Pasaban los días y mi relación con mi tío no mejoraba pero no quería irme de casa otra vez y pasarme la vida huyendo de mis problemas por lo que decidí enfrentarlos.

El 14 de febrero fue cuando tuve mi primera oportunidad pero era San Valentín y no quería tener un recuerdo agridulce en un día que quizás en un año celebraría de nuevo. Marco y yo tuvimos que posponerlo ya que yo tenía trabajo y él también: jugaban contra el PSG.

Y cuando tuve la segunda oportunidad fue el sábado 18 de febrero. Estaba sentada en el sillón del salón viendo el partido del Betis contra el Madrid aunque muy por encima ya que estaba más bien pensando en que le iba a decir a mi tío; el partido acaba de empezar así que tenía una hora y media después esté preparada o no: le diré todo lo que tengo que decirle.

La cosa es que el destino estaba harto que procrastinara y mi tío y Claudia aparecieron por la puerta.

"Quita eso" dijo mi tío refiriéndose a la televisión

"¿Por qué?"

"Porque no quiero que sepas nada más de ese chico. Ya habéis hecho bastante"

Miré a Claudia en busca de ayuda pero ella no podía hacer nada así que cogí el toro por los cuernos y me tiré al agua, si es que algo de eso tiene sentido:

"Sabes que podría habértelo ocultado ¿verdad? ¿Acaso crees que esto es fácil para mí? Déjame decirte una cosa, abortar ha sido más duro para mí que para ti ni siquiera sé porque estás enfadado nada de esto va contigo" solté

"¿Y tus estudios también van conmigo?"

"O sea que ahora es porque me estás pagando los estudios, ¿no? Que sepas que te iba a devolver el dinero en cuanto pudiera Sr.Estados Unidos. Pero si tanto te urge recupera el dinero de este año: puedo pagármelo sola"

"Claro, irás corriendo a tu novio a que te lo pague"

"¿Crees que solo le quiero por el dinero?" dije sorprendida y ofendida

"Bueno por eso y por lo mismo que él te quiere a ti, si a eso se le puede llamar querer"

"¿Ah sí? Y ¿Por qué me "quiere" Marco? Si se puede saber" dije levantándome del sillón

"Por tu cuerpo" soltó.

Probablemente si hubiéramos estado hablando en francés hubiera tenido que hacerle frente a lo que acaba de decir mi tío yo sola pero por suerte no era así.

"¡Maurice! ¡No me puedo creer que seas tan asqueroso!" le gritó

"¿Por qué? Si es verdad"

Y justo en ese momento, como si Dios o el destino o el universo o lo que sea hubieran estado pendientes de nuestra conversación, se escuchó al comentarista gritar un gol. Un gol de Marco Asensio. Me giré hacia la televisión y vi a Marco acercándose con una sonrisa a la cámara que le enfocaba haciendo un corazón.

Y ahí, en medio de todo este caos, estaba Marco. Desafiando todo lo que acababa de afirmar mi tío.

"¿Te acaba de...?" empezó Claudia

"Dedicar un gol, sí" contesté aún con la sorpresa en la cara.

"Yo..."

"No, cállate. Estás mejor así" interrumpí a mi tío.

Me fui del salón cogiendo el abrigo y mi bolso y salí por la puerta:

"No, Maurice, no me hables"

Fue lo último que oí antes de empezar a bajar las escaleras del edificio.

Ni siquiera me molesté en coger el coche y empecé a caminar sin rumbo por las calles de Mirasierra pero seguía con los nervios a flor de piel que me nublaban cualquier rastro de pensamiento racional que pudiera llegar a tener.

Toi et moi | Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora