Sipnosis

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Niall Horan, un rubio que para él le parecía desaliñado, y nada atractivo, se le había declarado hace algunos días.

Un acto se total desfachatez, por supuesto.
Se le había declarado a él, Zayn Malik. El chico que todo el estúpido instituto temía, y daban por hecho que respiraba heterosexualidad.

Malik no se consideraba promiscuo, en realidad todas las chicas eran siempre las que llegaban a él, de manera poco disimulada, mostrando su interés en él. Por supuesto que él las llevaba a la cama y les hacia lo que ellas pedían, porque era lo que les podía dar. El sexo, en realidad, para él nunca significó nada. Aunque, claro, eso no era lo que pensaba el resto del instituto, quienes lo tenían como un psicópata, despiadado, adicto al sexo. 
Pero en su defensa, las personas solían lanzarse encima.

Ajá. Las personas.
Porque al parecer los chicos también.
Al menos eso le dejó en claro aquel rubio descarado con la carta que dejó en su casillero.

Malik no era egocéntrico. Él pensaba que era atractivo, objetivamente. No era feo, tenía las facciones de su cara en perfecta sintonía, eran admirables. Además, él cuidaba su cuerpo, para mantenerse saludable. Al menos, ya que el cigarro disminuía sus años de vida.
Y actuaba de una manera normal, es decir, nada que no haga un estudiante que odia, de verdad, tener clases en un lugar como ese.
Bueno, aceptaba que algunas veces era llamado a hablar con el estúpido director, pero era porque el maldito viejo pasaba pendiente de él. Eso parecía hacer a la gente querer lanzarse más sobre él.

Y a Malik nada le desagradaba más en el maldito mundo, que no lo dejaran tranquilo, y que vivieran caminando sobre sus huellas, absorbiendo su espacio vital. Lo odiaba, de verdad.

Aunque, claro, eso no lo sabía, el rubio desaliñado, a quien había visto algunas veces detrás de las paredes observándolo como un maldito psicópata.

Pero bueno, eso era apenas un poco más soportable que la carta que le había dejado.

¿Es que no se daba cuenta? Era obvio que él no era gay.

Y si lo fuera, bueno. Quizás buscaría algo más interesante, no a ese rubio psicópata.

Él por supuesto, que nunca en su vida iba a pensar en él de otra forma que no fuera de la manera desagradable en la que lo hacia ahora.
Le causaba asco.

Malik rió sínicamente.

En qué rayos pensaba ese tipo al mandarle esa carta.

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