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El vestuario estaba completamente vacío. No había ni un alma por los alrededores. La luz tenue hacia que se viera un poco aterrador, pero la morocha no se detuvo. Caminó hasta llegar a los banquillos y abrió la boca para llamarla... Pero se detuvo. Cómo debía llamarla? No sabía su nombre y no tenia un apodo para ella. Que le decía?
De pronto unas manos tocando su espalda la hicieron salir de sus pensamientos. Las manos sujetaron sus hombros impidiendo que esta se girara y un dulce aroma a vainilla invadió el lugar.
-Eres tú?- preguntó Flor sin ni siquiera intentar volverse. Ella sabía que era la chica, pero quería comprobarlo.
-Llegaste tarde- susurró muy cerca de su oreja.
El aliento caliente de era chocó contra la piel de la morocha, haciéndola estremecerse.
-Tienes una hermosa voz- dijo Flor analizándola. Era ronca pero  a la ve suave, lo que hacía que sonara extremadamente sexy
-Lo sé-
-Es lo único lindo que tienes?- dijo Flor con un tono juguetón
-No lo sé, supongo que eso tendrás que descubrirlo tú-
Flor no la veía, pero se podía imaginar aquellos labios tan perfectos curvados formando la más sensual sonrisa.
-Sabía que vendrías...-
-Te tienes mucha fe, no?-
- No, simplemente sé cuando algo me pertenece... Y vos, Florencia, me perteneces desde el primer día en que te vi-
Flor suspiró tratando de controlar sus nervios. Todo era mucho para ella. El lugar, la oscuridad, la curiosidad por conocer su rostro, su voz excitante y sobre todo ese aroma. Ese aroma que la embriagaba de lo cerca que estaban.
-Me vas a dejar ver tu cara?- dijo Flor con un tono un tanto suplicante
-Aún quieres sentir?-
-Sentir qué?-
Flor no pudo decir ni una palabra cuando sintió un pañuelo rodear su cara y tapar sus ojos. Su primer instinto fue alejarlo, pero las manos de la chica la detuvieron
-Shh, quieta. Confía en mí- susurró nuevamente en su oído, acercándose más a ella.
Ahora prácticamente la abrazaba por la espalda. Flor podía sentir los pechos de esta contra su cuerpo, y por primera vez sintió deseo de tocarla.
-Qué... Qué me vas a hacer?- dijo con la respiración entrecortada
-Nada que vos no desees-
Flor relajó su cuerpo, dejando que la chica terminara de amarrar aquel pañuelo, que por cierto tenía su aroma, en sus ojos.
Segundos después pudo percatarse de como la chica se movía a su alrededor.
-Dónde te metiste?- dijo Flor tratando de buscarla con las manos, debido a que no veía absolutamente nada
-Justo aquí- susurró la chica haciendo temblar a Flor al darse cuenta de donde estaba.
La chica estaba justo frente a ella, con su rostro muy cerca del suyo. De repente sintió la mirada intensa de la otra sobre sus labios. Iba a besarla, lo sabía.
-Estás segura de que quieres sentir?- dijo con un tono un tanto insinuante
Flor suspiró tratando de controlarse. Sentía su cuerpo hervir y sus labios deseaban ser tocados por los de la chica.
-Me vas a besar ahora o...?- dijo Flor y no pudo terminar su frase, debido a que sus palabras fueron amordazadas por la boca de la otra chica. Dios, sabía tan bien. Flor se perdió en aquel dulce sabor de aquellos gruesos labios. Eran únicos. Ese beso era único.
Nunca antes se había sentido así, tan excitada, tan entregada. No sabia si era por el hecho de que le excitaba que fuera una mujer, pero sin duda lo que esta chica le hacia sentir no lo había conseguido nunca nadie.
Las manos de Flor se dirigieron hacia el rostro de la chica. Trató de moldear su cara y tener una idea de cómo era. Las manos de la colorada se enredaron en el pelo de Flor, halandola un poco más hacia ella. Haciéndola gemir
-Dios, besarte se siente mil veces mejor de lo que había imaginado- confesó la chica de voz ronca antes de volver a besarla
Flor gemía en su boca, y sus lenguas ya habían entrado en una danza frenética que no tenia descripción. No querían separarse, no lo iba a hacer.
Las manos de la chica comenzaron a explorar el cuerpo de Flor, tocando su cadera y muy pronto bajado por sus muslos. Flor temblaba ante el contacto.
De a poco se dejó llevar y las manos de la chica ya se encontraban bajó la falda de Florencia.
Dejaba suaves caricias, pero fue subiéndolas en dirección a la zona más intima del cuerpo de la morocha, la cual al ver su intención la detuvo en seco.
-No, así no- dijo temerosa, sacando sus manos y alejándose un poco
Flor esperaba que esta se enojara o quisiera volver a propasarse, pero no fue así. La chica simplemente acarició su mejilla
-Perdón, es que... No sabes cuanto tiempo deseé poder hacer esto-
Flor solo sonrió
-Ahora si me vas a dejar ver quién eres?-
De pronto sintió un leve beso en sus labios
-Te amo- susurró la colorada contra ellos antes de salir del vestuario y dejar a una han hipnotizada Florencia a su merced

Jazmín /Flozmín💓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora