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Horas antes...
Jazmín caminaba con una sonrisa de oreja a oreja por los pasillos de la escuela.  Sonreía porque estaba feliz,  por primera vez en años podía asegurar que era una mujer feliz.
Y la única y verdadera razón de esa felicidad tenía nombre de mujer:  Florencia
Aún no creía lo que había hecho.  La había protegido,  se había arriesgado por ella.  No le había importado en ningún momento exponerse,  se la había jugado por lo que sentía...  Tanto que casi la besa delante de todos en clase.
Se mordió los labios al recordar ese momento y su corazón latió agitado.  Había estado con miles de mujeres,  pero ninguna como Flor.  Nadie se comparaba con ella.
Jaz había salido un poco más temprano para preparar todo.  Quería realmente sorprenderla,  quería hacerla la mujer más feliz del mundo,  como era ella en estos momentos.
Unas manos se aferraron a su boca,  y la halaron hacia uno de los baños.
Jazmín trató de gritar y patalear asustada.  No podía ver a su atacante,  pero notaba que era un hombre bastante fuerte.  "Otro pelotudo del fútbol haciendo bromas" Pensó irritada.
Trataba de gritar pero las manos del chico se aferraron con tan fuerza a su boca que mató cualquier intento de sonido.
El atacante la arrastró hacia un de los baños,  donde la tiró en el suelo.
-Tranquila,  si colaboras no vas a sufrir- dijo el chico con un tono para .
Jaz levantó la mirada asustada,  y al verlo no comprendió nada.  Como había imaginado era uno de los jugadores de fútbol,  pero no era de los que comúnmente se metía con ella.  Al contrario,  este chico,  Damián,  ese era su nombre...  Era generalmente amable con ella.  Por qué lo hacía?  Por qué se metía con ella ahora?
-No le mientas a la chica- otra voz se oyó desde la puerta,  la cual todavía estaba abierta
Al ver quién era Jazmín entendió todo.  Ahí con una sonrisa llena de maldad y sínica estaba nada más y nada menos que Daniel Cacavella.
-Va a sufrir y mucho- aseguró el morocho

Jazmín /Flozmín💓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora