2ºCAPITULO

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A la mañana siguiente, un jueves normal y corriente a las 6:30 de la mañana, empezó a sonar el despertador de TaeYong, el cual fue un par de segundos después apagado por la mano del joven, dándole un pequeño golpe. Se quedó mirando al techo, su cuarto estaba oscuro y la única luz que entraba era la luz del día que se colaba por las rendijas de la persiana. Se incorporó sentándose al filo de la cama, bostezando a la vez que estiraba todo su cuerpo y se levantó con cuidado de la cama, estaba todavía muy cansado y le dolía algo el cuerpo, aunque así eran todas sus mañanas y cada vez se iba acostumbrando más. Se dirigió a su pequeño baño, al lado de su cuarto, se ducho con tranquilidad pero sin tardar más de 5 minutos y salió para ponerse unos vaqueros anchos de camuflaje y una camiseta negra ajustada, con una sudadera verde militar, a juego con sus pantalones, tomó su mochila y se fue a la cocina a por una manzana, no solía desayunar mucho. Su piso era algo pequeño pero suficiente para alguien que vive solo, tenía un cuarto donde apenas cabía una cama individual de color gris, al igual que las paredes de su casa, un pequeño escritorio y un pequeño armario que estaba entre las paredes, un baño lo suficientemente grande para que hubiera una ducha, un retrete y lavabo, y una cocina de escasos metros donde estaba la vitroceramica, un microondas, un orno, una pequeña nevera, una lavadora y una mesa redonda pequeña, la cual tampoco es que la utilizara mucho, no estaba mucho por casa, se conformaba con su piso ya que tampoco tenía ni salón ni televisión, no lo necesitaba.
A las 6:45 salió de su casa, yendo a la agencia la cual estaba bastante lejos de su vivienda, como a una media hora o cuarenta y cinco minutos. Vivía en un barrio pobre, alejado del centro de la ciudad. Las casas y los edificios estaban algo mal cuidados, las pinturas de las paredes agrietadas, sucias y algunos tenían ventanas o puertas rotas, era un poco triste vivir allá, las calles estaban muy sucias y se podía ver a muy poca gente pasear por allá, por no decir nadie, pero él no se podía permitir el pagar un piso en el centro, eran muy caros y no tenía suficiente dinero para alimentarse y pagar un piso medianamente en condiciones, a lo que se acostumbró a su pequeño piso el cual llama hogar.
Las calles además de estar muy sucias por la basura, tampoco tenían vegetación, no tenían apenas árboles y los que había se estaban pudriendo. Le entristecía mucho ver las condiciones en las que se encontraba el lugar en el que vivía, así que se puso sus cascos (headset), poniéndose canciones de su grupo favorito e intentando desviar la mente de su entorno para concentrarla en la música, a lo que no se daba cuenta de que el tiempo iba corriendo y cada vez se retrasaba más e iba a llegar tarde a los ensayos de canto.

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Mientras tanto, a las 7:00 sonó el despertador de Lucas, el cual en vez de apagarlo lo pospuso 10 minutos para dormir esos minutos pedidos. Tras eso, el despertador volvió a sonar 10 minutos después y lo apagó con un simple toque. Su cuarto estaba totalmente iluminado ya que por su ventana entraba toda la luz del Sol. Era bastante extenso, tenía en medio una cama de matrimonio, con el cabecero pegado a una de las paredes, de color azul marino y blanco, con dos mesitas de noche, una a cada lado y un escritorio donde al lado tenía un mueble con divisiones, el cual tenía libros, cuadernos y algunas que otras fotografías. Al salir del cuarto se encontraba un pequeño pasillo que llevaba al baño, el cual tenía bañera, ducha, lavabo y retrete, y después se abría el pasillo en el salón, dejando ver un humilde y acogedor salón, donde había una televisión decente, encima de un gran mueble con el ruter, el wi-fi y la play, sobre el televisor había una balda con todos los juegos que tenía, ya fueran de mesa como para la play, un gran sofá y en medio de estos dos había una mesa baja de cristal y, por última, en una puerta corredera, a la izquierda, se encontraba la entrada y la cocina con todos sus electrodomésticos y, donde también estaba el comedor.
Lucas, tras quedarse unos segundos en la cama mirando fijamente el reloj, se decidió a levantarse y caminar al baño para darse un tranquilo baño, abrió la ducha esperando a que saliera caliente y llenó la bañera hasta casi el límite, se metió y se relajó, tardando 15 minutos en salir. Se puso una toalla alrededor de la cintura y, con otra, se secó el pelo, lo que no tardo mucho ya que con la fricción le fue bastante rápido. Con su pelo ya seco, va a su cuarto en busca de ropa limpia, poniéndose lo primero que se encuentra, unos pantalones de deporte grises, anchos, una camiseta blanca con la marca de Gucci en el pecho y una sudadera enteriza azul oscuro, lisa. Se dirigió a su cocina y se tomó su tiempo para desayunar unos cereales de trigo con leche. Al terminar y ver que quedaban 15 minutos para empezar los ensayos, tomó su mochila y salió de su casa con algo de prisa ya que siempre llegaba tarde, junto con TaeYong. A diferencia de este, Lucas vivía a unas pocas calles de la agencia, su barrio estaba bastante bien cuidado, todas las casas y edificios pintados y conservados correctamente, había 7 u 8 árboles por calle, las cuales tenían mucha vida ya que pasaba mucha gente y coches, con variedades de tiendas y bares, lo cual todo esto lo diferenciaba de la vida y el lugar en el que estaba TaeYong.
El chino iba mirando a toda la gente por la calle, algunas personas iban hablando por teléfono muy apresuradas, otras eran madres llevando a sus hijos al colegio... Todas estas personas diariamente pasaban por ahí, había gente que conocía ya de tanto verlas por la calle, e incluso le saludaban sin conocerse, cosa que a Lucas le alegraba un poco.

•Suceso No Planeado•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora