Abrianna se quedó mirando a Sebastián más que enfadada, aparte de que le había quitado el buen humor, le hizo sentir horrible. Quería desaparecer de ahí lo más pronto posible, en su mente solo podía hacerse la misma pregunta, ¿por qué ella?
Ella solo era una chica que había llegado de intercambio a estudiar, no a relacionarse con nadie para tener conflictos. Ella no le había faltado al respeto a nadie desde un principio, no hizo nada mas que portarse amable. Pero claro, si llegaba alguien como Sebastián para decirle que hacer, se iba a defender.
En la puerta principal, Óscar y Sebastián se encontraron cara a cara, dándose una mirada de arriba a abajo sin decir ni una palabra. Óscar lo ignoró por completo siguiéndose derecho, cuando vio a Abrianna corrió hacia ella, aún con la mirada de Sebastián en él.
"¿Dónde estabas? Dijiste que solo saldrías un momento" le dijo Óscar al llegar a su lado.
Abrianna hecho un vistazo por encima del hombro del chico para ver si Sebastián seguía ahí viéndolos, al no verlo por ninguna parte, miró a Óscar de nuevo.
"Oh, me encontré con tu amigo, el de pelo rojo..."
"¿Michael?"
"Michael, él mismo. Nos quedamos platicando un rato, nada relevante" se encogió de hombros "¿Me estabas buscando?"
"Pues si" dijo riéndose en voz alta "Prometí que no ibas a estar sola en ningún momento, es lo que estoy haciendo"
Ambos rieron casi al unisono y se miraron por un rato, Abrianna le dedicó una sonrisa un poco coqueta y él solo le dio media de la suya, era muy galán.
Algo dentro de ellos se empezó a sentir, tal vez era el efecto del alcohol por parte de Óscar o las mariposas y nervios por parte de Abrianna, pero se sentía cierta conexión.
"Bailemos, anda" le dijo Abrianna tomándolo de la mano y llevándolo dentro de la casa dispuesta a pasarla bien, iba a recuperar su noche.
Óscar no se negó y la siguió, soltando risas hasta llegar a donde todos bailaban, o sea el centro del living con un poco más de espacio.
Me Niego de Ozuna, Reik y Wisin estaba sonando por los altavoces de la casa. A Abrianna le dio un poco de gracia, cómo es que en Norte América se escuchaba la música latina, seguro había más latinos aparte de Villalobos y ella.
Óscar le puso las manos en las caderas mientra ella las movía de un lado a otro al ritmo de la canción, cantando sin preocupación. Recargó sus manos en los hombros de él sin parar de bailar.
"Te sabes muy bien la canción, ¿no?" le dijo acercándola a él cada vez más.
"Me encanta esta canción" dijo mientras cantaba a la par de la canción.
Es que me niego a perderte,
A más nunca verte,
Me niego a aceptar que lo nuestro ya se acabó,
Y es que me niego a perderte,
A más nunca verte,
Me niego a aceptar que lo nuestro ya se acabó.
Ambos se miraban con cierta intensidad, moviéndose a la par de la música. Óscar estaba un poco perdido por el alcohol, pero sobre todo por los intensos ojos de Abrianna sobre él.
Por el patio trasero, un disparo aturdió a la gente que estaba en la fiesta, generando un alboroto inmediato en la casa. Abrianna se refugió en Óscar cuando él la abrazó para llevársela a un lugar más seguro. Entraron a cuarto de servicio ubicado en la cocina, cerrando la puerta detrás de él.
"¿Qué fue eso? ¿Fue un disparo?" dijo Abrianna espantada al borde de lágrimas justo antes de escuchar otro disparo sordo.
"No tengo idea, pero tengo que salir a ver qué ocurre"
"¡Qué! ¿Estás loco? No puedes salir, esta muy peligroso, ¡están disparando!"
"Abrianna, es mi casa y mi fiesta, si algo le ocurre a alguien yo soy el responsable de esa persona, entiende" le dijo tomando su mano y tragando saliva duramente "Tranquila, que no me pasará nada"
Antes de tan siquiera dar un suspiro, Óscar abrió la puerta saliendo lo más rápido posible, volviendo a cerrar la puerta tras él. Abrianna se quedó ahí, sola, con angustia, pero sobre todo muerta de temor. Tomó su teléfono para hacer una llamada rápida a alguna línea de emergencia, pero para su mala suerte, no había señal en aquel cuarto.
Frustrada, lanzó su teléfono a un montón de sábanas que se encontraba en el piso, dando vueltas por la pequeña habitación. No volvió a escuchar disparos, pero escuchaba mucha gente y algunos gritos afuera, eso hizo que se espantara aún más en ese momento.
El manojo de la puerta se empezó a mover frenéticamente, Abrianna se quedó estática esperando que sea Óscar para poder saber que estaba bien, pero sus deseos fueron en vano, Sebastián apareció por la puerta mirándola detenidamente.
"¿Dónde está Óscar?" fue lo primero que dijo al poder recuperar la voz.
Sebastián al verla tan frágil y asustada se sintió un poco mal.
"Vamos, apúrate" le tomo la muñeca, pero ella velozmente se la quitó.
"¿Contigo? ¿Dónde está Óscar, Sebastián?" dijo tratando de buscar por encima del hombro de él buscando a Óscar desesperada.
En ese instante, otro disparo se escuchó por la casa, haciendo que Abrianna soltara un grito de miedo.
"Mierda" fue lo que dijo antes de tomarla por las rodillas y cargarla en su hombro de la manera más sencilla que encontró.
Abrianna le empezó a gritar y pegar en la espalda para que la soltara de una vez, no era el momento para que Sebastián andara en su modo de chico malo.
"¡Bájame idiota, quién te crees!"
Sebastián sacó las llaves de su coche del bolsillo delantero de su chaqueta de cuero, abriendo la puerta del copiloto y obligando a Abrianna a entrar al coche, poniendo el seguro para niños para que no saliera.
Rodeó el coche para llegar a la parte del piloto, encendiéndolo de prisa y manejando a gran rapidez.
"¿Qué te pasa? No puedes hacer esto así porque si, ¡se llama secuestro!"
"¿Quieres callarte de una puta vez? No es el momento"
"¡Claro que no es el momento! no es el momento de que me tomes como se te de la gana, había gente en peligro allá dentro, debemos llamarle a alguien"
"No llamaremos a nadie"
"¿Cómo dices?" preguntó Abrianna sorprendida "Sebastián la gente está en peligro, pudieron haber muerto"
Sebastián dio la vuelta para salir de la calle a la carretera.
"No es verdad"
"¿Cómo estás tan seguro de eso?" dijo masajeandose la cien con sus dedos tratando de encontrar la calma, tragando saliva fuertemente.
"Porque yo lo provoqué"
Abrianna se quedó congelada en su postura, sin mover un solo dedo. Lo miró rápidamente sorprendida de sus palabras. Él había iniciado ese incidente, pudo haber provocado un daño mayor, estaba a lado de un demente.
"¿Tú disparaste?" le dijo temerosa "¿Con un arma?"
"No se con qué más se pueda disparar" dijo él en tono burlón.
"¡No puede ser! Para ahora mismo el auto Sebastián" dijo Abrianna enojada e inquieta de estar con un enfermo mental "¡Para el auto!"
"Maldita sea, ¡mantente en paz Abrianna!"
Abrianna se quedó inmóvil por cómo fue que Sebastián le alzó la voz.
"O te va peor..."
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exposed // sv
Fanfic"Me siento en peligro contigo" "Oh cariño, estás en algo peor que eso" -EN EDICIÓN-