Capítulo 2

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Bueno pues aquí el segundo capitulo. Espero que os guste y lo disfrutéis, mañana intentare subir otro por la espera pero no prometo nada. Un saludo y beso enorme.

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Escucho un sonido de fondo que hace que abra mis ojos con molestia, estiro la mano buscando el móvil dispuesta a apagar la alarma de este, que suena incesantemente.

-Joder Pocahontas apaga eso.-me dice mi hermano volviéndose al lado contrario tapándose la cabeza con la almohada.

-Voy, voy...-digo con mi voz somnolienta maldiciendo de nuevo mis pesadillas nocturnas que no me dejan descansar.

Sin más apago el despertador y me levanto de la cama, voy andando hacia la puerta de la habitación para salir a desayunar, cuando estoy a punto de salir por la puerta de la habitación giro mi cabeza y miro con odio a mi hermano que está ahí en mi cama estirado a sus anchas en el decimo sueño, con una sonrisa picara busco algo que le pueda arrojar dando mi vista con uno de los cojines que tengo en la cama lo cojo para lanzárselo con una sonrisa traviesa.

-Que descanses Sebas.-le suelto mientras le lanzo el cojín que aterriza en mitad de su espalda y antes de que pueda tomar represalias ya estoy saliendo de la habitación corriendo escuchando de fondo con un grito de guerra que cuando vuelva se va a vengar, venganza que acabara con un ataque de cosquillas o algo por esa línea.

-Buenos días Dani.-me dice mi hermana pequeña Miriam que me mira con la misma cara de dormida que yo.

-Buenos días enana ¿Qué tal has dormido?-le pregunto con una sonrisa enorme mientras le beso la coronilla sin que ninguna de las dos paremos nuestro trayecto hacia la cocina para tomar nuestro necesitado desayuno.

-Súper bien.-dijo con una sonrisa antes de lanzarse a las piernas de nuestra madre pidiendo un abrazo, en mi familia en general somos todos muy cariñoso y eso significa todo el día dando besos y abrazos por doquier.

-Buenos días mis niñas ¿Cómo dormisteis?-pregunto mi madre con una dulce sonrisa mientras que a mí me daba una taza con café y a mi hermana le daba una con cola cao.

-Bien mami.-contesto mi hermana feliz mientras le cogía a mi madre su taza y se sentaba en la mesa de la cocina a desayunar.

Yo le cogí la taza y con una sonrisa le bese en la mejilla y me dispuse a sentarme al lado de mi pequeña.

-Bueno mis amores me tengo que ir a trabajar, Miriam no tardes mucho en desayunar y vestirte que el autobús llegara en cuarenta minutos.-le dijo mirándola con cariño para después depositar un beso en la coronilla de Miriam.- Dani cariño espero que tengas un día genial y ya sabes si te pasa cualquier cosa o necesitas algo llámame a mi o a papa ¿Vale?-me dijo a mí con una mirada de preocupación y de suplica, se quedo ahí mirándome esperando mi respuesta y hasta que no asentí con la cabeza señalándole que lo haría no asintió complacida con una sonrisa dándome un beso en el mismo lugar que minutos antes le había dado a Miriam como despedida.-Os quiero mis princesas.

-Y nosotras mami.-dijo mi pequeña hermana antes de que mi madre saliera por la puerta como una bala.

Desayunamos las dos en silencio y cuando terminamos cada una metimos los platos y tazas utilizadas dentro del lavavajillas, para después irnos cada una a nuestras respectivas habitaciones a vestirnos. Escuche un escueto Adios Dani antes de escuchar la puerta cerrarse, eso solo quería decir que la enana llegaba tarde al autobús.

-¿Vas a tardar mucho Dani?-me pregunto mi hermano Sebas dando vueltas en mi cama sin saber en qué posición ponerse para que no le molestara la luz de mi dormitorio.

-No pesado ya me voy, solo estoy esperando a que las niñas me digan que están abajo.-le dije mirando distraída mi móvil, metiéndome en mis diferentes redes sociales, en las cuales solo utilizaba para mirar a mis amigos y leer frases nunca subia nada ni comentaba nada.

-¿Necesitas que te acompañe?-dijo esta vez incorporándose de la cama como si le hubiesen puesto brasas y se estuviese achicharrando.

-No pesado están seguro que al caer las niñas, no deben de tardar.-le dije como respuesta mirándole a los ojos y sintiendo un pequeño pinchazo dentro de mí al darme cuenta de que esa mirada no iba a desaparecer nunca.

-No me importa Dani, tardo diez minutos en estar listo.-me dijo intentando por todos los medios que no me sintiera dependiente pero sin lograrlo, en el momento que fui a contestar escuche el sonido de que me habían hablado, mirándolo vi que eran las niñas mi señal para irme.

-¡Te lo dije!-le conteste levantando el móvil y enseñándole la conversación en la que Claudia me decía que me esperaban abajo.-No te preocupes pequeño saltamontes, si quieres puedes ir a la salida a recogernos así medio instituto se morirán de envidia que uno de los gemes vienen a recogernos.-le dije subiendo y bajando mis cejas provocándole, haciendo que el soltara una carcajada inmediata.

-Anda pequeña lianta después os recojo a las tres, ahora vete antes de que esas dos decidan entrar y ya no duerma mas.-me contesto volviéndose hacia la pared con la almohada de nuevo tapando su cabeza.

-Nos vemos después nene.-le dije saliendo de mi habitación y mi casa a toda prisa.

-¡Buenas Dani!-dijo Claudia mientras se lanzaba a mis brazos.

-¿Preparada para nuestro primer día de nuestra última etapa de instituto?-dijo Estefania con una sonrisa espectacular.

-Preparadísima.-le solté mientras que las tres comenzamos a andar hacia el instituto con la única conversación de que profesores nos tocarían este año, que compañeros continuarían con nosotros en el curso... y tan concentradas íbamos en la conversación que no nos dimos cuenta hasta que llegamos a la puerta del centro, entonces fue cuando toda mi tranquilidad desapareció como por arte de magia. En mi pecho se clavo un pinchazo de incertidumbre, vergüenza y malestar porque la gente me mirase mal o con pena por lo que había pasado en el otro curso, siempre había querido pasar desapercibida y lo último que viví no me ayudaba, mis amigas intuyendo hasta que punto había llegado mi retorcidamente me tranquilizaron.

-Vamos Dani a por los dos últimos años.-me dijeron antes de cogerme de las manos entrando las tres como habíamos hecho años atrás cuando entramos por primera vez en este centro deseando vivir nuevas aventuras, lo que yo nunca imagine que algunas de esas aventuras a mi me iban a costar tanto superarlas.

¡Eres mía, caprichosa! (PUBLICADA AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora