Capítulo 3

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Bueno pues aquí esta el nuevo capítulo. Espero que os guste y lo disfruteis. Lo siento por la tardanza pero tengo muy poco tiempo, espero actualizar por lo menos dos veces por semana pero no prometo nada. Un saludo desde Andalucía.

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Respire hondo y me adentre con mis amigas dentro del instituto, mi mente nada más sabia repetir el mantra ¨Todo va a salir bien¨ como si eso hiciese que todo se resolviese cuando yo era bastante consciente que las cosas en la vida no eran tan sencillas y yo por desgracia había aprendido ese gran palo de una manera muy cruel.

Continuamos andando por aquellos pasillos llenos de multitud de estudiantes que a nuestro paso se volvían a mirarnos o mejor dicho, a mirarme, todos sabían lo que me había pasado aunque no se atrevían a dirigirse a mi veía como entre ellos había un cuchicheo incesante que yo me esforzaba por no darle importancia pero que inconscientemente se la daba, intente hacer como me dijo la psicóloga, no prestarle atención a mi alrededor, solo pensar en que nada de lo que me rodeaba era importante salvo yo, estaba intentando eliminar todo lo que hubiese alrededor mía de mi mente hasta que choque contra una persona que se podía confundir con un muro. Note como ese cuerpo tiraba el móvil que portaba en mi mano y a él se le caía lo mismo que a mí.

-Disculpa.-dije mientras me agachaba y cogía su móvil con manos temblorosas, por encima de mis pestañas pude apreciar a un chico guapo y atractivo a simple vista.

-No pasa nada Pocahontas.-me dijo una voz que hizo que dentro de mí se despertaran unas mariposas que quería asesinar en el momento que las sentí, me negaba a sentir de nuevo ese sentimiento falso que llaman amor, el amor destruye, el amor hace daño.

-Me llamo Daniella no Pocahontas.-dije con demasiada brusquedad por el dolor que me creaba sentir esas mariposas, mas cuando levante la cabeza y lo vi, tenía el pelo rubio, su sonrisa era electrizante, sus ojos tenían unas espesas y bonitas pestañas que terminaban de enamorar el color de su ojo, un turquesa que muchos mares envidiarían, su altura y su cara terminaban de quitar el hipo sin necesidad de un susto, eso me cabreo aun mas, como iba a intentar que ni si quiera me atrajese cuando todo él era una invitación a admirar.

-Vale ya se tu nombre pero lo siento decepcionarte, te seguiré llamando Pocahontas.-dijo con una seguridad aplastante que te demostraba lo seguro que se sentía con el mismo.

-Mi nombre es Daniella y no responderé ante otro nombre que no sea ese, ahora toma tu móvil y déjame llegar a mi clase.-le dije con una sonrisa falsa.

-Vale Pocahontas, ya nos veremos.-dijo devolviéndome mi móvil al igual que yo había hecho con él, una vez tubo el objeto que todo adolescente se muere si lo pierde, siguió su camino volviéndose alguna vez para mirarme yo sin prestar atención decidí seguir mi camino, no quería que creciera sus aires de grandeza.

Con fuerza e ira comencé a andar sin esperar a mis amigas, la verdad es que en ese momento me subía por las paredes, no a causa de aquel chico, que siendo sinceras también; sino que la culpa era exclusivamente mía por sentir aquellas mariposas, avispas o mamut dentro de mi estomago, después de todo lo que había pasado hace apenas unos meses con el que era el desgraciado de mi ex.

-Dani... ¡Espéranos!-grito Claudia con Fanny corriendo detrás de mí, seguramente se habían quedado mirándome sin entender aquel arranque tan poco común en mi después de lo que paso.

-Lo siento chicas pero ese estúpido me saco de mis casillas.-les dije sin querer prestarle más atención.-Bueno vallamos al salón de actos que seguro que ya estarán prácticamente todos allí.-finalice andando todo lo rápido que podía sin llegar a correr, llegando minutos después a nuestro destino.

Entramos en esa habitación que ya se podía ver que estaba a rebosar de gente sentada en las sillas, como había pasado cuando andábamos por los pasillos todo el mundo se giro a mirarme y comenzaron los murmullos sin cesar a los que me propuse ignorar.

-¿Vamos allí?-pregunto Fanny señalando con el dedo las sillas del final en una esquina, esperando nuestras respuestas que fueron unos asentimientos automáticos.

Llegamos allí y automáticamente nos sentamos esperando la misma conversación de cada año, el director y la junta directiva se dedicaría a recordar las normas, diría que estamos en nuestro penúltimo año de instituto y que estábamos aquí por elección propia así que nos abstuviéramos de molestar a nuestros compañeros. Nos quedamos así durante unos minutos hasta que el director comenzó a hablar de todo lo que había predicho que iba a decir, hasta que a los diez minutos de charla se escucho la puerta, todos giramos la cabeza en dirección a esta, viendo como el chico con el que me choque antes entraba en aquel aula con un aire de grandeza.

-Señor Colleman, tenga un poco de respeto por sus compañeros y llegue a su hora.-dijo el director con seriedad y autoridad.

-Solo estaba conociendo mi nuevo instituto y estudiando a mis compañeros ¿No es malo, no? Para eso venimos para estudiar y conocer.-dijo con chulería viniendo hacia donde nos encontrábamos nosotras, entonces me di cuenta que con ese estúpido seria un largo y mal año.

¡Eres mía, caprichosa! (PUBLICADA AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora