Capítulo 1

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Bueno pues aquí el primer capítulo de este nuevo proyecto. Espero que os guste y lo disfrutéis tanto como yo escribirlo un beso enorme y ya sabéis si es de vuestro agrado me encantaría que votarais y me dejaseis un comentario.

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Me despierto sobresaltada de la pesadilla, mirando hacia un lado y el contrario esperando que no sea real, que no esté pasando ahora.

Cuando me doy cuenta que estoy en la seguridad de mi habitación respiro hondo y me relajo pero no puedo evitar que de mis ojos caiga agua cristalina al recordar que esa pesadilla fue real apenas unos meses atrás, me distraigo del hilo que está tomando mi cabeza cuando escucho que alguien llama bajito a la puerta y tras eso escucho la voz de mi hermano.

-Pasa Sebas.-le digo bajito, contestación que es formulada cuando veo que entra en la habitación con su torso desnudo y un pantalón largo suelto de Superman.

-¿Qué te pasa pequeña? ¿Una pesadilla?-me dice mientras entra en la habitación y se acuesta a mi lado en la cama abrazándome.

-Lo mismo de cada noche.-le digo con una sonrisa triste asumiendo mi trauma, aunque esté en manos de psicólogos tengo claro que esa noche no se va a borrar de mi memoria jamás.

-Mi niña no te preocupes no te pude proteger pero ya estoy aquí y te protegeré aunque me cueste la vida.-me dice mi dulce hermano con una sonrisa tranquilizadora.

Nos quedamos en silencio mirando hacia nuestros pies, los dos sabemos que eso es una verdad a medias pues el no puede estar pegado a mí las veinticuatro horas, también tiene su vida, sus obligaciones...

Aunque hemos ido todos al psicólogo mis padres y mis hermanos se culpan, aunque sobretodo mis hermanos, no se perdonan lo que me paso y aunque tanto el psicólogo como yo le hemos dicho y reiterado que ellos no podrían haber hecho nada siguen culpándose de la situación que viví.

-Si Sebas lo sé, siempre has estado para mi, siempre me has protegido y cuidado, tu y Ángel-digo con una sonrisa cogiéndole la mano dándole el apoyo que se que necesita, porque aunque sé que fue un trauma para mí y un momento nefasto de mi vida también se que lo fue para mi familia, sobre todo para Sebas y Ángel que lo vieron.

-No te protegimos lo suficiente, no te cuidamos como deberíamos haberlo hecho.-me contesta mi hermano apesadumbrado y enfurecido consigo mismo.

-Os lo he dicho un montón de veces y lo sigo manteniendo, Ángel y tú no tenéis la culpa de nada de lo que me paso ni si quiera yo que soy la principal afectada tengo la culpa así que ya basta de martirizarnos por algo que me ocurrió solo por causa de quien lo hizo.-le digo medio enfadada de que se siga echando la culpa.

-Vale pero no te enfades Pocahontas.-me dice con una sonrisa traviesa haciéndome cosquillas.

-Sebas, Sebas ya... No puedo más...-le digo mientras me retuerzo en sus brazos sin poderlo remediar, al parecer se apiada de mí y me suelta, pero sin tiempo para reaccionar pues yo hago lo mismo que estaba haciendo el minutos antes, lanzándome encima para hacerle cosquillas hasta que no pueda mas.

-Dani, Dani.... Para... Ganas, vale ganas tu pero para que me meo...-dice mi hermano sin parar de reír y aguantándose la barriga y en ese momento me apiado yo de él y paro.

-He ganado la revancha...-le digo subiendo las cejas vacilándole y riéndome de él queriendo quitar hierro al asunto anterior.

-Si pequeña has ganado como siempre.-me dice con una sonrisa de puro amor, se que yo y mi hermana Miriam somos su debilidad.- Pocahontas deberíamos de acostarnos, mañana es tu primer día de clases y te tienes que levantar temprano.-me dice a lo que le miro achinando mis ojos y mirándolo con reproche.

-¿Cómo que mi primer día de clase? Dirás nuestro primer día de clase porque por lo que yo sé tanto tu como Ángel repitieron curso así que deberías de entrar mañana en la clase de segundo de bachillerato.-le digo con enfado.

-Estas en lo correcto hermanita pero nosotros nunca vamos el primer día eso es para las chicas como tú que no os gusta faltar jamás.-me dice con una sonrisa enorme en sus labios, enseñando toda la fila de dientes perfectos que se esconde tras esta.

-En serio que os quiero pero sois gilipollas, no habéis aprendido la lección del año pasado.-le digo ahora si cabreada de verdad, tengo dos hermanos que todo lo que tienen de guapos y de coeficiente intelectual lo tienen agilipollao al aplicarlo; los profesores hicieron un claustro especial para hacerles repetir a pesar de tener todas las asignaturas aprobadas y con notas altas ¿Por qué? Se tiraron todo el año sin entrar en clase, nada mas entraban para hacer exámenes, presentar trabajos o hacer exposiciones; según ellos como los iban a suspender con todo aprobado pues ahí lo tienen, repetir un curso entero por tontos y ya van a empezar el año bien.

-Hermanita no te sulfures.-me dice el muy canalla con una sonrisa rompe bragas que si no fuera porque soy su hermana y no tengo ningún tipo de deseo carnal hacia el ya me hubiese tirado al cuello.

-Joder Sebas es que es para mataros; no entiendo vuestra posturita badboy, no la necesitáis es una pura fachada, la verdad no sé cómo se lo creen en el instituto si de buenos sois tontos.-le digo llevándome la mano a la frente mientras niego con la cabeza resignándome a que es lo que hay.

-Acabas de parecerte a mama.-me dice con una sonrisa enternecedora en los labios y antes de que pueda rechistar continua hablando.-Nena que seamos así en casa no quiere decir que nuestra manera de ser en la calle sea diferente, vivimos en un mundo que o comes o eres comido y nosotros decidimos ser la primera opción.-dijo y antes de que intentara replicar de nuevo y si he dicho intentar por que el muy... no me dejo pues antes de eso apago la luz y se acomodo en mi cama a mi lado finalizando con toda conversación que podríamos seguir manteniendo.-Bueno pequeña Pocahontas vamos a dormir que es bastante tarde y mañana va a ser un dia largo para ti, te prometo que mañana vamos a faltar a clases pero ya no mas a partir de mañana.-me dice con una sonrisa arrebatadora dándome un beso en la frente.

-Te tomo la palabra nene.-le digo acomodándome en su pecho y cerrando los ojos.

-Claro que si mi niña, promesa hecha nunca desecha.-me dice sellándolo con un beso en la coronilla de mi cabeza, haciéndome perder la consciencia casi al instante.

¡Eres mía, caprichosa! (PUBLICADA AMAZON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora