1- The fall

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Era un día como todos los otros en la academia, Tzuyu miraba a Jihyo como siempre, babeando desde el fondo de la clase, brotando de celos al notar que nunca era la única que la miraba, Jihyo como siempre hablando con sus amigas, trabajando o llevando un aviso de parte del profesor por no hacerlo, todo menos voltear y notar a Tzuyu.

-Basta Yoda, cuando se de cuenta como la miras te denunciará- dice Sana en un leve tono de burla acompañado de una pequeña risa.

-Tu cállate, que estás igual por Momo- Tzuyu estaba en lo cierto. Pero si seguían esta pequeña y amistosa pelea no iba a acabar nunca.

-Ya cállense ¿Quieren?. Quiero escuchar y quiero entender que es lo que dice el profesor si no es mucha molestia- se puede apreciar como en momentos Chaeyoung les tiene muy poca paciencia a ambas de sus amigas.

Suena el timbre y la clase llega a su fin, obligando a todos a juntar sus cosas, salir del salón y dirigirse a la cafetería donde se reunían para almorzar y entrar a la próxima clase después de veinte minutos.

-Yoda- Chaeyoung intenta llamar la atención de la Taiwanesa.

-¿Que?- Dice en un tono molesto por el apodo que había usado su amiga.

Sana suelta una pequeña risa. Sabían cuanto le molestaba que la comparen con aquel personaje tan extraño.

-Basta- la morena empuja levemente a Sana optando por golpear su hombro -¿Pasa algo Chae?-

-Estaba hablando con Mina y...-

-Espera... ¿Desde cuando hablas con Mina?- interrumpió Sana que al parecer estaba perdida en la conversación.

Ambas la miraron con una cara de confusión mezclada con extrañamiento. Sana no estaba bromeando, de verdad no sabía. A veces parece que ni está cuando hablan las cosas.

-¿De verdad Sana?- Ya estaban acostumbradas, pero igual sentían que necesitaban confirmar que no era broma. -¿Dónde estuviste estas últimas semanas? Chae hablando con Mina todos los días... saliendo la mayoría de las noches... contándonos prácticamente todo... ¿No? ¿Nada?- Se rindió y volvió su vista a Chaeyoung cuando la japonesa negó con su cabeza.

Como si no hubiera pasado nada siguieron hablando, en algún momento recordaría las cosas. No es que tuviera amnesia o algo por el estilo. Solo es demasiado distraída y tarda en llegarle la información a veces.

-Bueno, como decía. Estaba hablando con Mina y no se en que momento pero llegamos a hablar de su hermana... ya sabes, Jihyo.- de repente la conversación se tornó más interesante para Tzuyu. -Al parecer no está saliendo con nadie.- definitivamente era más que interesante.

-Mhm, ya veo- intentó no mostrar interés. Nunca lo conseguía ya que sus amigas sabían todo.

-Uff, de repente no te interesa saber que la chica que te gusta desde prácticamente siempre no está interesada en nadie. Ni tú te la crees Tzu... ni Sana se la cree.- Chaeyoung miró rápidamente a la última, quien aún estaba intentando abrir un yogurt y luego volvió su mirada a Tzuyu. Tenía un punto.

Finalmente terminó el tiempo del almuerzo que les daba la institución. Debían volver a sus respectivos salones, no sin antes tirar sus sobras para dejar las bandejas en sus lugares. Aún quedaba pure de papas en la de Tzuyu, por lo que debía ir a desecharla.

En el camino a los cestos de basura a Sana se le ocurrió la brillante idea de hacer la broma del cable en el suelo. Chaeyoung nunca caía, en cambio Tzuyu siempre por lo que fue su víctima.

Miró al suelo cuando su gran amiga le indicó que tenga cuidado, mala idea, muy mala idea. Mientras no mantenía su vista en el camino alguien chocó con ella haciendo que caiga sin hacerse daño.

Tzuyu estaba muy enojada y preparada para pelear con cualquiera que sea quien la halla tirado, pero al levantar la mirada se encontró con Jihyo y con todo su pecho cubierto de pure de papas.

-Ay no, lo siento tanto. Por dios que torpe que soy, de verdad lo siento, lo siento mucho - en tan poco tiempo Jihyo soltó tantas disculpas. Estiró su mano para intentar ayudar a Tzuyu a levantarse del suelo.

Esta fue su primer interacción. Después de estudiar juntas por casi toda su secundaria, por fin le hablaba directamente a ella. Tzuyu nunca creyó que ocurriría, creyó que como estaban a principios de su último año escolar tan solo pasaría el tiempo. Pero no fue como lo imaginó, no estaba esperando esto, no supo cómo reaccionar.

Sin soltar una palabra logró acceder a tomar su mano, dejando que ayude a levantarla del suelo. Oh por dios, ¿Cómo es que alguien puede tener una mano tan suave? Le pareció una verdadera injusticia el hecho de que solo hayan sido unos segundos de su agarre.

Lentamente levantó su mirada hacia la cara de Jihyo. Estaba perfectamente despeinada, un mechón de su castaño cabello caía en su rostro. Sus labios, sus carnosos y perfectos labios. Su perfecta piel con tan solo un poco de maquillaje. Y sus ojos, oh por dios sus malditos ojos, tan profundos, tan marrones, tan pequeñamente grandes.

Lo que para Tzuyu fue una eternidad fueron tan solo sesenta segundos. Un minuto en el que pudo apreciar tan de carca su piel, su rostro, y su perfume, su delicioso y poderoso perfume.

No quería exagerar pero sin dudarlo, Park Jihyo era la chica perfecta.

"La chica perfecta"- jitzu [en pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora