"La chica perfecta"- jitzu [en pausa]

8- Dreams

Desperté con una sensación muy rara en mi pecho, de esa angustia que te agarra cuando despiertas de un muy lindo sueño. Miré a mi reloj despertador sobre mesita a un lado de mi cama y aún era temprano, decidí esperar acostada a que pasen aquellos diez minutos que faltaban para que suene la alarma.

Se formó un leve nudo en mi garganta al pensar en lo que había soñado, pero es que parecía tan real. Ni siquiera se en que parte comenzaba el sueño. ¿Desde que me propuso venir a mi casa? ¿Desde que en realidad vino? ¿Desde que me tomo de la mano mientras estábamos acostadas en mi cama? ¿O desde que se le cayó la pulsera que llevaba en la muñeca y la olvidó en mi habitación?

Sonreí como boba al recordar esa parte del sueño, se sintió tan bien, tan... tan real. El insoportable ruido del despertador se hizo presente interrumpiendo mis pensamientos y medio dormida me levanté para apagarlo de un pequeño golpe. Me senté en mi cama, me estiré y luego froté levemente mis ojos.

Ya cuando estaba vestida y lista para salir comencé a juntar de mi escritorio las cosas que necesitaría hoy. Me detuve sorprendida y anonada al verla allí. Ahí estaba la hermosa pulsera dorada de mi sueño. El libro que sostenía en mi mano cayó al suelo pero no le presté mucha atención. Lentamente acerqué mi mano al accesorio de oro, como si cualquier movimiento en falso lo haga desaparecer.

Lo tenía en mis manos pero aún no lo podía creer. Una inmensa sonrisa se formó en mi cara. ¡Fue real! ¡LO SABÍA!... un simple sueño no se podía sentir de esa manera, eso era imposible.

¡JIHYO SI ESTUVO EN MI CASA! Todo había sido real, y yo aún estaba en shock. Aunque no podía recordar exactamente el momento en que se fue.

A ver... estábamos en mi habitación, había pasado media hora y aún seguíamos en la comodidad de mi cama, con nuestras manos entrelazadas, con un silencio cómodo y agradable, ¿Pero por qué había acabado?... ¡Una llamada!... eso, la habían llamado y se tuvo que ir, seguro porque ya era muy tarde. Recuerdo que antes de salir recorrió mi habitación para mirarla, supongo que allí se cayó su pulsera.

La tomé y la guarde en un bolsillo pequeño de mi mochila, más tarde se la entregaría.

.

La clase se hizo demasiado larga, sentía que las horas eran eternas, aunque en momentos me entretenía mirando a Jihyo o por lo menos su cabello  porque ella miraba hacia adelante. No se si me animaré a darle su accesorio, quizás ya se haya olvidado de quien soy, digo, ya pasaron como 15 horas.

El timbre por fin sonó indicando el final de la hora, me levanté y luego de guardar mis cosas salí del salón para dirigirme al baño. Al entrar todos los cubículos estaban libres, pero no me interesaba entrar a ninguno, solo quería lavar mis manos para ya irme.

La puerta principal se abrió y supuse que alguien iba a entrar a unos de los baños, así que ni siquiera me molesté en mirar. De repente sentí cómo se acercaban a mí y no pude evitar dar la vuelta para ver quien era, pero cuando lo hice ya estaba muy cerca mío. Era Jihyo, pero estaba segura de que este es otro de mis sueños despierta, así que solo haré lo que quiero.

-Hey- dijo sonriendo mientras corría el poco cabello que caía tapando mi cara, acomodándolo detrás de mi oreja.

-H-hey- me puse nerviosa por su acción y por su repentina cercanía. Pero ¿Por qué estar nerviosa? Es solo un sueño.

Hice desaparecer mi nerviosismo y muy segura posé mis manos en su cintura. Ella miró extraña ese movimiento y luego subió su mirada de mis manos a mis ojos, supuse que se iba a molestar pues aunque sea un sueño no todo sale como quiero. Pero solo sonrió.

-Creo que se me olvidó algo en tu casa.- levantó levemente sus cejas mientras me miraba y comenzaba a acariciar mi cabello.

-Si, creo que se te olvidó estudiar.-

Rió por mi comentario, supuse. -Aún tenemos varias semanas para estudiar, pero yo no hablo de eso boba, creo que se me olvidó mi brazalete en tu casa. Si no es así pues lo perdí.- dijo lo último apenada.

-No te preocupes bonita, yo lo buscaré, estoy segura que debe estar allí.- ni yo se porque no le dije que ya lo tenía yo. Supongo que no quería que se aleje, y si lo decía entonces tendría que buscarlo.

Rozó mi oreja e hizo que mi piel se erizara, lo notó y llevó sus caricias a aquella parte tan sensible en mí. Es de los sueños más lindos que tuve o que estaba teniendo, no entiendo muy bien, nunca duran tanto.

Ella sonrió y yo igual lo hice, escuchamos como se estaba por abrir la misma puerta por la que Jihyo entró. Se separó rápidamente de mí y en menos de un segundo ya estaba frente al espejo fingiendo que se acomodaba algo de su cara. Yo solo la miré extraña y me quedé en mi lugar mientras la chica que desconocía entró al baño.

Era muy extraño, en mi imaginación nunca hubiese pasado eso, en mi imaginación todo salía como yo quería, o por lo menos hasta que despertaba. Ah no ser que... nonono, esto no podía ser real. Pero mi duda era mucho más grande que mi negatividad y me pellizqué fuertemente, demasiado fuerte.

NO LO PUEDO CREER

Estaba gritando mentalmente, fue real, por segunda vez en el día, debo aprender a diferenciar. Volví a la realidad, ahora más consciente de que no es un sueño y de que seguro estaba como un tomate.

Miré a Jihyo y ella se estaba acercando con una leve sonrisa en sus labios, dejó un beso en mi mejilla y se alejó saliendo completamente del baño al mismo tiempo que la desconocida salía de su cubículo.

Esta se acercó a mí algo preocupada y comenzó a decir algo, pero yo estaba demasiado concentrada hablando conmigo misma mentalmente.

-Oye... oye... ¿Estás bien?... ¿Me escuchas?- comenzó a mover la palma de su mano frente a mi cara y eso me hizo reaccionar. -Llamando a tierra.-

Asentí varias veces con mi cabeza en señal de respuesta. -Si si si, estoy... estoy muy bien.- De repente sonreí como boba.

-Bueno, me alegro por ti, aunque pareces algo perdida. Si necesitas ayuda me avisas... me llamo Nayeon, mucho gusto.- estiro su mano en forma de saludo con una sonrisa en su cara, que lindos dientes, pensé.

-Tzuyu.- dije tomando su mano.