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Y ahí estaba, recostada en el patio de mi casa, con lágrimas brotando segundo a segundo, estaba en un silencio abrumador, contando cada una de las estrellas frente a mis ojos.
No sabía que hacer, que pensar o simplemente como enfrentar la situación.

Mi teléfono vibró y leí un mensaje de Fran diciendo que me quedara en la casa, que él estaba con Nico y Leo e iba a hablar con ambos para entender la situación.

Me sentí mal por dejar a Leo en el parque sólo, pero no supe como reaccionar, solo huí sin mirar atrás.
Tapé mis ojos con mi brazo y trate de evitar las lágrimas que amenazaban con salir nuevamente.

Sentí a alguien caminando hasta mi posición, sentarse a mi lado y comenzó a acariciar mi cabeza.

-Hola Fran- dije sin destapar mis ojos.

-¿Cómo estás?.

-No se...

-Nico me con...- tuve que interrumpirlo.

-Porfa, no quiero saber de él por un tiempo- dicho esto, mi hermano sólo asintió en silencio.

-¿Te puedo decir algo?.

-Si.

-No estoy del lado de ninguno, no me voy a meter en esto, pero Nico esta agotado mentalmente y vos también, realmente pienso que se necesitan el uno al otro en esto, que necesitan hablar y aclarar todo- me quede en completo silencio, sin respuesta.

Tal vez algunas veces lo necesito, pero ¿y si todo lo que dijo es verdad?, ¿Qué hago, quedarme o alejarme?.

Suspiré.

-Tengo miedo- dije sentandome en mi lugar.

-¿De qué?.

-De la verdad.

Las ganas de llorar aparecieron una vez más y, esta vez, no las retuve sólo las deje salir. Fran me abrazó y me repetía que todo iba a estar bien, que no tuviera miedo.

-Pase lo que pase, siempre voy a estar para vos- me separe de sus brazos y lo miré con una mueca, él solo me seco las lágrimas y me llevó a dentro de la casa.

Un rato después, mis padres llegaron, los saludé, comenté que iba a estar en mi habitación viendo películas y solo asistieron. Me retuve a contarles lo pasado el día de hoy, estaban muy felices y no era el momento indicado para hablar del tema. Cerré la puerta de mi habitación y apoye mi espalda sobre esta. Sentía que mi vida se estaba tomando un camino totalmente distinto a lo que yo había planeado. Caminé hasta mi cama y me senté en ella, comencé a buscar una película para ver pero fui interrumpida por unos golpes en la puerta. Fran entró con cosas dulces en sus manos y una sonrisa de lado.

-¿Hay espacio para uno más?- me preguntó con la ilusión de niño pequeño, asentí y me moví un poco al costado, dejandole un espacio para que se acomodase.

-Siempre hay lugar para vos imbecil y más si traes comida- le dije entre risas.

-¿Me aceptaste sólo por la comida verdad?.

-Sep.

Ambos empezamos a reír sin control, luego de eso me pidió el control y eligió la película. Terminamos viendo Deadpool como todas las noches que veíamos películas juntos. Al terminar de verla, él se fue a su habitación y yo me acomodé para dormir. No tuve mucho problema para conciliar el sueño, después de todo lo sucedido hoy, estaba agotada.

Comencé a entrecerrar los ojos cuando sentí unos golpes en mi ventana. Me levanté asustada y me asomé por esta, dejándome ver en el patio trasero su delgado cuerpo, sus pelos rubios moviéndose al compas del viento y sus ojos verdes mirando hacia mi dirección. Hizo una seña con su mano para que bajase hasta donde se encontraba, al principio dude pero baje lo más rápido que pude hasta llegar a su punto y quedar frente a frente.

Una Chica NO Tan ComunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora