》28《

130 9 0
                                    

Nos quedamos en silencio, Bea me miraba asustada, como si no supiera si seguirme o ya no. Se escucharon frenadas fuertes a algunos metros de nosotras, las cuales provocaron que mi acompañante se sobresaltara. Di una última mirada a la chica y no tuve respuesta alguna. Suspiré y me di la vuelta para adentrarme al puente.

-Ya no quiero huir- recibí una respuesta de Bea.

-¿Vas a pelear contra todos los que sean?- comenté aún de espaldas a ella.

-Si-.

Esa respuesta me hizo feliz y a la vez me provocó miedo. Un pinchazo de hizo presente en la parte de mi marca, dejándome ver qué la segunda línea estaba brillando. Miré al cielo en silencio, deteniendome en él unos segundos.

-Entonces vamos- miré a Bea y sólo asintió.

Ella empezó a caminar mientras que yo aún seguía parada en mi lugar, tomé mi mochila y saqué una de las cajas buscando alguna guía que explicase algo de mi marca.

Cuando abrí la caja, me encontré con un papel nuevamente, el cuál decía que algunas de las cosas dentro de estás serían de forma temporal hasta que aprendiera a usar correctamente el poder de mi marca concedida.

Fruncí el ceño, ya me empezaba a cansar de desconocerme, de estar desconcertada.

Para obtener lo que hubiese dentro de la caja, debía estirar mi mano apretando el papel, un poco parecido a la katana pero sin cerrar los ojos. En un abrir y cerrar de ojos, el papel se transformó en una pulsera finita de metal y supuse que debía ponerla del mismo lado que la marca.

Pésima idea.

Apenas la puse, la pulsera comenzó a cerrarse, apretando mi muñeca, y comenzó a impregnarse en mi piel. Puntadas horribles rodeaban la zona, mi respiración aumentó ante los nervios y el dolor, con mi otra mano rascaba queriendo sacarla y, de la nada, el dolor paró. En el lugar donde coloqué la pulsera, se hizo una pequeña línea morada, apenas visible.

Necesito que esto termine de una buena vez.

Respiré hondo y seguí a mi acompañante. Voy a averiguar lo que sea que signifique esta cosa nueva cuando pelee o este en peligro, como vengo descubriendo todo hasta ahora. Me puse a la par de Bea en silencio, vimos dos autos a unos diez metros de nosotras, Bea tomó mi mano fuerte y me dijo un gracias por lo bajo. Solo asentí.

Caminamos en dirección a los autos, se bajaron dos personas del primero y una sola del segundo. Mis manos empezaron a sudar de los nervios, mientras que las de Bea temblaban sin parar.

-Hombre, joven, dos armas de fuego y un arma blanca- susurró Bea describiendo a una de las tres personas que empezó a caminar en nuestra dirección.

-Se tienen que ir- nos gritó mientras caminaba- estamos despejando la zona, no pueden estar acá- frenó su paso a un metro de nosotras.

-¿Qué pasó?- pregunté.

-No te incumbe, niña- me rebajo con la mirada- ya está bajo control-.

No terminó de decir esto que se escucharon disparos de fondo, agachamos la cabeza por instinto y, cuando nos acomodamos nuevamente, lo miré con el ceño fruncido.

-¿Bajo control, eh?-.

El hombre empezó a caminar rápidamente a mi lugar, tomó mi brazo con fuerza y me acercó a él. En ningún momento corrí mi vista de la suya, no iba a mostrar debilidad ante esta persona.

-¿Por qué simplemente no se van por dónde vinieron? Están estorbando nuestro trabajo- me miró con menosprecio- así que váyanse a jugar a los investigadores privados a otro lado-.

Una Chica NO Tan ComunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora