Capitulo 5

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Andrei POV

No volví a ver a Hernán por el resto del día. Tenía claro que había sido mal educado al dejarlo ahí, él no tenía culpa de nada, al contrario, había sido re buena onda, pero el problema era yo, siempre era yo.

—Bien chicos, ¿Vamos de nuevo?— dijo el vocal coach que estaba ensayando con nosotros, mi teléfono vibró en el bolsillo de mi pantalón, lo miré mientras iba a mi posición de nuevo, era mi papá otra vez, de seguro mamá ya le había dicho que había quedado en Rojo, ¿Contestarle o no?... Decidí ignorarlo, sabía que pasaría verguenza si le respondía y había mucha gente al rededor, prefería hacerlo cuando estuviera solo.

Can't stop the feeling volvió a sonar y empezamos otra vez. Sonreí cuando fue mi turno, el inglés se me daba mejor que el español, sentía que era mi fuerte. Ensayamos un par de veces más antes de que nos dijeran que eramos libres, iban a ser las 8 de la tarde, y si no hubiera sido por la invitación de Hernán seguiría sin comer nada. Volví a sentirme mal, algo tenía que hacer para enmendar eso, mi telefono volvió a sonar. Me despedí de mis compañeros y salí de la sala de ensayo, caminando por el pasillo.

—¿Qué quieres papá?— dije rodando los ojos mientras me colgaba el bolso al hombro, listo para oirle

—¿Un programa de talentos?. No te basta con todas las cosas que me haz hecho pasar y más encima ahora, me entero por las noticias que eres parte de un programa de talentos. ¿Estás loco?— podía verle echando humo por los oidos mientras escupía. ¿Ya había salido en la tele? Oh my god.

—Si papá. Postulé y quedé, ¿Te da miedo que el mundo conozca a tu hijo gay o qué? En realidad, ni siquiera debería importarte, ¿sabes? Creo que fuiste muy claro la última vez que nos vimos— dije frunciendo el ceño, estaba comenzando a fastidiarme

—Lo bueno es que estás usando el apellido de tu madre, no quisiera que todos preguntaran si es mi hijo el marica que se cree cantante en un programa de televisión— sus palabras fueron ese golpe bajo que siempre dolía, saber que le avergonzaba, recordar sus palabras, aquel episodio cuando supo todo era el dolor más profundo que podía sentir.
Sentí una lagrima escaparse de mi ojo, pero alcé la cabeza y reí un momento, quitándola con algo de rabia

—No te preocupes.. Nadie te va a apuntar con el dedo por tener un hijo gay, despreocupate. Tengo que irme, o se me pasa la micro— dije cortándole antes de que pudiera decir algo más.

Salí del canal sin mirar a nadie, me puse los audifonos y caminé sin rumbo, centrándome en la voz de Amy, mirando como el cielo se oscurecía. Me subí el cierre del abrigo para cubrirme la garganta, y me crucé el bolso, no era como que jamás me hubieran asaltado, pero justo ahora no era un buen momento para quedarme sin nada.

¿Por qué había que pagar el desprecio de tu padre al ser diferente? Siempre me había preguntado que tenía de malo ser gay, no estaba enfermo, no era contagioso, era cierto que había hecho un par de cosas de las que no estaba orgulloso, pero era un adolescente. Apartando eso, era una persona, sentía igual que lo haría un hetero, tenía problemas y alegrias igual que ellos; tenía sueños y metas, podía amar igual que un hetero sexual. Cerré los ojos un par de segundos viendo en mi mente la imágen de asco de mi padre al saber que era gay, sus gritos, sus maldiciones. Me había dado un par de cachetadas y había dicho que me las arreglara solo, ya no era su hijo.

Abrí los ojos y apreté los labios cuando se me quiso arrancar un sollozo. Reí de nuevo cerrando las manos en puños dentro de mis bolsillos. ¿Realmente era enfermo que tuviera una condición sexual distinta?.
Busqué en mi bolso los cigarros, no fumaba mucho porque me dañaba la garganta, pero ahora lo necesitaba con urgencia. Estaba seguro que tenía el encendedor en algún bolsillo de mi abrigo, sin embargo no podía encontrarlo. Una mano apareció a mi lado, a palma abierta ofreciendome fuego. Me asusté y retrocedí un paso quitándome el audifono mientras levantaba la vista, Hernán me miraba con culpabilidad.

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