15: Confesión [2]

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[Este capítulo es algo diferente a los demás, espero que os guste <3]

A Momo le gustaba escribir. Le apasionaba plasmar todas las ideas e historias que recorrían en su cabeza en un trozo de papel. Así que decidió que haría los mismo con sus sentimientos hacia Kyouka Jirou.

Plasmó en un papel (este adornada con pequeñas notas musicales) todo lo que sentía hacia la pelimorada. Cómo se sentía, lo importante que era para ella, lo mucho que la apreciaba...lo mucho que le gustaba.

Cuando acabó (comprobando que en esta estuviera todo perfecto) la guardó en un sobre blanco y lo cerró con delicadeza. El corazón de la morena latía cada vez más rápido.

Había quedado con un Jirou en un pequeño parque en la ciudad, este tenía un gran lago donde nadaban algunos patos y habían numerosos bancos pintados de rojo.

Tenía la carta en el bolso, notaba que le sudaban las manos y estaba cada vez más nerviosa.

—YaoMomo.

Yaoyorozu se giró para verla. Jirou tenía una sonrisa dibujada en el rostro mientras enrollaba de forma nerviosa el enchufe de su lóbulo.

—Buenos días.

Momo le devolvió la sonrisa y respiro hondo. Estaba decidida de lo que iba ha hacer. Tal vez era una locura, tal vez era mejor decírselo ella misma, pero...pensó que una carta era la mejor opción.

—¿Por qué has dicho que quedemos aquí?

El rostro de Jirou estaba algo enrojecido, miraba el parque con una mueca de fascinación.

—Toma.

Momo sacó la carta de su bolso y se la entregó a la pelimorada la cual miraba el sobre sorprendida sin saber exactamente que era.

—¿Qué es?

Momo retiró la carta al darse cuenta de que se lo tenía que decir en persona. Darle una carta no permitiría a Yaoyorozu expresar bien lo que sentía.

—Me gustas Kyouka.

El corazón de Jirou latía con velocidad, no sabía si estaba soñando.

—Te he hecho una carta...pero pensé que era mejor decírtelo en persona...entiendo si no sientes lo mismo que yo...espero que podamos seguir siendo amigas.

Momo sonrió dulcemente colocando una mano en su corazón.

Jirou se había quedado sin palabras y sintió como sus ojos se humedecían, se humedecían de la felicidad que sentía en ese momento. La chica de la que Jirou siempre había estado enamorada sentía lo mismo que ella. La pelimorada había pensado que eso solo pasaba en las películas.

—Kyouka...

Jirou se abalanzó hacia los labios de Momo besándola con todo el cariño que sentía. Este fue correspondido de la misma manera.

La música de los latidos de tu corazón | MomoJirouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora