—No me gusta esa chica, y lo sabías.
—Pero papá, ella es lo mejor que me ha pasado, él único que tiene un problema eres tú.
Ese día había quedado con sus amigos, Momo Yaoyorozu traía puestas unas gafas de sol (algo poco común en ella) y fue a buscar a Jirou a su casa con una sonrisa en sus labios.
—Seguro que están alegres por la noticia— dijo Jirou emocionada.
—Claro— sonrió leve la morena agarrando su mano.
—¿Ocurre algo? Estamos en invierno ¿Por qué llevas unas gafas de sol?
—No es nada...dicen que más tarde hará Sol por los cambios de temperatura— dijo está desviando la mirada.
—Me estás mintiendo...— suspiró la pelimorada.
—Lo siento Jirou...
Ella se quitó las gafas de sol dejando ver un gran moratón en su ojo derecho, Momo agachó la mirada.
—YaoMomo...¿Quién te ha hecho esto?— las palabras de la pelimorada estaban llenas de rabia.
—No importa, vámonos, porfavor...
—Claro que importa, Momo— Jirou la miró a los ojos colocando ambas manos en sus mejillas.
—Fue mi padre...le dije que había aceptado tu propuesta...— sus ojos comenzaron a acumular pequeñas lágrimas—Él...pensó que todo sería una simple fase...y quería que me casara con algún multimillonario.
Jirou apartó las manos de sus mejillas y apretó los puños totalmente enfadada. Momo no se merecía eso, no se merecía nada malo.
La pelimorada dio media vuelta dirigiendose a la gran mansión de los Yaoyorozu.
—¡Jirou!
Kyouka ignoró su llamada y siguió su camino, justo en ese momento el padre de la morena salía de allí con varios maletines. Él al verla se la quedó mirando para después mirar a su hija la cual estaba detrás de ella.
—¿¡Cómo has podido pegar a tu propia hija?! Ella es lo mejor que me ha pasado en este mundo, es amable, es generosa, ella siempre quiere ayudar a los demás, no se merece nada malo. No la mereces ¡No se merecía que la pegaras! Ella ni nadie— Jirou escupió esas palabras con rabia.
—Tu no puedes decirme cómo educar a mi propia hija, solo cometió un error al decirte que sí, y recibió sus consecuencias.
—Aquí el único que ha cometido un error eres tú, no sabes educar a tu hija, solo piensas en dinero. Te aseguro que no la volverás a pegar nunca más.
—¿Tú me lo vas a impedir? Mocosa de clase baja— dijo él con una risa elevando la voz.
Yaoyorozu la cual había estado callada mirando la escena con la mirada fija en el suelo se acercó hacia su padre.
—Yo te lo voy a impedir. Soy más fuerte, más inteligente y más valiente que tú, estoy harta de tus normas y de tu dinero. Mamá sabrá esto— Momo le miraba con seriedad—Y nunca vuelvas a chillar a mi prometida.
Él apretó los puños y miró a su hija.
—¿Y qué harás sin mi dinero?
—Viviré mi vida y dejaré de ser una niña rica, dejaré de seguir tus normas.
Jirou agarró su mano dándole todo el apoyo posible. Más tarde su madre llegó, la cual al enterarse de todo abrazó a su hija con fuerza y habló seriamente con su marido.
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La música de los latidos de tu corazón | MomoJirou
RomanceJirou hacía que los latidos perfectamente sincronizados de Momo se descontrolaran. Momo hacía que la música de Jirou desapareciera, dejando solo una canción dentro de su corazón con la morena de protagonista. [Pequeños momentos de Momo y Kyouka]