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Viendo su pequeño reflejo en las paredes frías de una cerveza de vidrio oscuro, descubrió que le repugnaba su situación ¿Pero cuál era está espontánea situación? ¿Por qué le hacía sentir tan incómodo con sí mismo? Este hombre se daba cuenta de todo lo que antes de estar intoxicado no pensaba, entonces se concentraba bastante en sus pensamientos. Sus ideas se oían claras en sus oídos sordos al ambiente externo.

¿Quién sabrá qué sucede en su cabeza? ¿Por qué su frente se dirige al suelo y sus ojos entre cerrados se convierten en una figura de pensamiento melancólico? Un suspiro profundo que estremece al hombre de la otra mesa, sale de su estrecho pecho, contraído por una agonía indecifrable. Pero le sigo observando, le analizó sus manos tiradas sobre sus rodillas. Encorvada su espalda retuerce sus labios, alguna ansiedad interna le obliga a expulsarla en esos minuciosos movimientos extraños. Seguro yo quería hablarle y preguntarle, sin embargo, callé, me silencié, sentí que no tenía la autoridad, tampoco los consejos justos para su estado, lo más sensato era quedar enmudecido.

Ya no tocaban sus labios la boca de la botella que tanto esperaba que la succionara, se estacionaba en su mente. Hubo unos segundos eternos donde sus ojos se cerraron, como que la luz no permitía la concentración y decidido buscaba la oscuridad total. En su reflejo se veía la soledad, no encontraba algún ser que le rondará su existencia. Ignoraba las personas con las que se comunicaba, sus conocidos, sus familiares, buscaba la soledad, adicto a ella, más que al contenido de la botella.

Sorpresa, ingrata sorpresa, abriendo sus ojos y más despierto por el shock, reconoció aquella cara de la botella oscura, quién lo diría, antes no lo pensó, estaba ajeno a su ser. Al principio su imagen le parecía familiar, pero negaba toda identificación. Al último momento, queriando no haber llegado a él, se dió cuenta de su gran equivocación. Dentro de él se decía : "soy yo, cómo no lo ví antes ¿En qué he perdido mi tiempo? Se suponía debía estar consiente, esto es la realidad ¿A caso soy un sueño de algún Dios dormilón? ¿Soy el fruto de un computador de una generación ultra desarrollada? No, así no es! No lo soy. Soy simple, éste ser que se asoma tan discreto y desconocido es nada más y nada menos que el mismísimo hombre que ha escrito ésto. Te maldigo, hombre reflexivo. Preguntas mucho, nunca debiste descubrirme, soy tu otra parte, tan escondida y desapercibida, jamás debiste preguntarte sobre ti, te darías cuenta de mi existencia. Ahora sufre, has visto tu lado miserable. Si, sígueme viendo en la botella, estaré siempre desde ahora en adelante latente en tus ojos. No olvidarás, no tendrás oportunidad de escaparte de mi, pues si lo haces, escaparas de ti mismo y créeme, no tienes a nadie más que a éste error de tu pensamiento. Ha sido una falla darte cuenta, que quien te veía desde hace unos minutos y te analizaba, eras tú mismo, hombre miserable.

Antologías propias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora