Soñador

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No sé escribir por profesión.
Que el poeta sonría, tal como si supiera lo que es una sonrisa.
Haga una mueca de dolor con forma risueña.
Destruya su imagen lóbrega para dar una luz ambigua, dudosa de sí misma y perdiéndose como se van los suspiros.
El poeta que ya no mire el mundo, que hable, que se interese, que no escriba, que no desee en lo mínimo sufrir, ni captar en sus sesos el llanto del infante herido.
Poeta, canta y salta de alegría, aplaude al destino y no le escupas, ósculos sonoros al futuro.
Ama lo que no pudiste ni quisiste, ama lo que odiaste, amar a lo que se resiste ser amado.
Confía, como si en otro tiempo no te hubieran fallado, ama al que te falló.
Apalca el orgullo, deja el escepticismo, abandona el relativismo, convencete de que tu nihilismo es innecesario.
Poeta, ten sentido de vida, ten ilusión y fé, esperanza y espera, si, olvida el desespero, arrancate la angustia
Poeta, llenate, disminuye tú vacío , ocúpate, hazte responsable, destruye aquel pusilánime que es huésped de tu corazón.
Y poeta, acompaña, busca luz, deja acompañarte, no camines más, apártate del mundo de las sombras y los ecos por la soledad, porque así, odiado poeta, sabrás que tienes la paz.
Cuando hagas esto o creas que lo hagas, es por qué sueñas, pero si da el caso extremo de que no despiertes, entonces tus restos sepultados están siendo rondados por un par de cuervos más callados que tú.

Antologías propias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora