Capítulo 1

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Jack:

Escuché la fastidiosa alarma del despertador y la golpeé. Pero el golpe hizo que me hiciera tirar todo lo que tenía en mi buró, levanté la cabeza para ver si efectivamente todo yacía en el suelo. Pero lo único que no estaba en el suelo era aquel anillo de mujer que desconocía el origen de cómo pudo haber llegado al bolsillo de mi saco. El anillo era en forma de copo de nieve y llevaba el grabado de una "E".

Ignoré que había visto eso y me recosté de nuevo en mi cama. No quería ir al trabajo, no quería hacer absolutamente nada, solo quería seguir en la comodidad de mi cama, sintiendo el frío de mi pijama y dormir. Solo eso, el trabajo me mataba no las mínimo doce horas sino que también las veinticuatro horas, los siete días de las semanas. Ser profesor es un oficio que siempre quise, pero ser profesor, ayudante en el ayuntamiento y tutor de una niña de doce años de edad, eso era todo un reto. Pero de cierta forma no me podía ni quería rendir, Emma es todo para mí, tengo que cuidarla por mi madre hasta que salga de su celda en la prisión de Disworks. Mientras tanto tenía que cuidar la custodia de Emma, de lo contrario tendría que ir a un orfanato, y ni mi madre ni yo queríamos ni tenemos el presupuesto suficiente para pagar la estadía.

Me senté en la cama por fin y me lleve mis palmas a los ojos, pensaba. Típico de mí, sentarme en las mañanas y discutir con mi yo interno: ¿Cuándo terminará todo esto?

No lo . Solo espero que pronto.

Caminé hacia el baño y me quite la ropa y la deje en la tapa del sanitario en lo que me daba mi usual ducha.

Sentía como el agua caliente pasaba por mi cuerpo y hacía que mis nervios en mis brazos se encendieran e hiciera que tuviera la piel de gallina.

Al terminar de darme la ducha que tanto merecía tomé la bata que estaba colgada junto a la regadera. Hoy no había nada de malo si no llegaba temprano al trabajo ya que era domingo.

Me dirigí a mi habitación y tome mis boxers negros tomé la camisa blanca y mi pantón de vestir negro.

Después de eso me dirigí a la habitación de Emma y toque a la puerta. Pero no escuché nada.

—¿Emm?— pregunté en la puerta—. ¿Estás despierta?

—Jack— escuché un quejido de su parte y supuse que la había despertado.

—Lo siento. Volveré lo más pronto posible.

—Claro...

Me dirigí a la entrada y cerré la puerta con seguro, Emma no es de las personas que pasan gente a la casa, pero si se escapa. La ventaja es que las ventanas están bloqueadas y la puerta con seguro... ¿Cómo se escaparía?

Subí a mi auto y salí rumbo a mi trabajo, necesitaba hacer mercado, ya no tenía la capacidad de tener un café en mis manos.

Enemigos EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora