🌻Capítulo 1🌻

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"Me gustaría que

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"Me gustaría que..."

Narrador omnisciente

Eran aproximadamente las 08:00 A.M cuando el sol empezaba a colarse por las ventanas de la casa.
Los ligeros rayos de sol empezaban a iluminar sutilmente una cama matrimonial.

La noche anterior había sido realmente activa, por lo que la habitación estaba repleta de ropa en el suelo.

Calzoncillos por aquí, camisetas por allá, pantalones por ahí...

Poco se daba este escenario desde hace un año.

Su pequeño bebé ya no era tan pequeño, había aprendido a caminar y pronunciar unas pocas palabras. A veces, Hideki lloraba por dormir con ellos o se aparecía en medio de la noche.

—Mmmm... —Se quejó Kaneki— ¿Por qué te hice caso en comprar esas cortinas? —Agregó bajito empezando a incorporarse pesadamente en la cama.

Su espalda dolía, y su trasero era un infierno. Un año sin sexo fue terriblemente horrible para el trasero de Kaneki. Se sentía virgen de nuevo.

—Vuelve aquí —Hide había estado fingiendo todo este tiempo el estar dormido. Por lo que, con su brazo, rodeó el cuerpo de su amado peliblanco para hacer que se acostara de nuevo a su lado— Mmmm... Buenos días amor —Susurró cuando ya lo tenía en sus brazos de nuevo.

—Buenos días —Depositó un lindo beso en su mejilla mientras acariciaba la otra— ¿Domiste bien?

Hide movió su cabeza en señal de afirmación, dejando un caminito de besos en su cuello.

—Hide... Debemos levantarnos... Ya lo hicimos mucho anoche...—Trató de parar los besos del mencionado, pero solo logró extender su cabeza hacía atrás, dándole más lugar donde besar.

Era inútil. Si Hide lo llamaba para tal acto en la mañana, siempre cedería a él. Abriría sus piernas para él y dejaría que llene su interior de su exquisites blanquecina.

—Vamos a darnos una ducha —Propuso Hide cargándolo en sus brazos.

Aprovecharía el tiempo que sus dos hermosos hijos dormían, para atender a su amado esposo peliblanco.

Su amor aumentó para ambos desde que se casaron. Pasaban cada momento juntos y disfrutaban de su pequeña familia.
Hideki era una hermosa miniatura de Hide, muy risueño y llorón con sus padres. Había crecido maravillosamente.

Zay ya era una niña de seis años. Había adoptado cualidades y costumbres que la hacían parecerse cada día más a su madre. Era una niña muy buena y hermosa.

—¿Tenés prácticas hoy? —Preguntó Kaneki ya metido en la tina con él.

—Si, pero solo unas horas, volveré antes y saldremos a cenar —Enterró su nariz en su cuello de forma tierna dándole besos, mientras su mano derecha se paseaba por el abdómen de Kaneki— ¿Te parece, cielo?

A L W A Y S [HideKane]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora