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Los días pasaban monótonos y aburridos para Betsie. No había nada interesante en su vida que hiciera que esos días sean más llevaderos.

-¡Hey!

El saludo hizo que saltará en su lugar, levanto la vista y se sorprendió al ver a Rodrigo parado frente a ella.

-Hola- Betsie saludo un poco tímida.

La verdad es que Betsie se preguntaba el porqué el estaba ahí, fuera de su colegio, a las seis y media de la mañana, por un momento pensó en que él era familiar de algún niño o niña que ahí estudiará y que su presencia se debía a ello.

-Pensé que ya estabas adentro- Rodrigo hablo y seguido mostró sus dientes en una sonrisa.

-Am... No, de hecho siempre llego a esta hora o peor- Betsie estaba decidida a entrar a esas horas infernales sentada en un pupitre.

-Me gusta tu voz.

El comentario hizo que Betsie se sonrojara y volteara su vista a otro lado para ocultar su sonrisa.

-Estoy aquí para eso, necesito un favor y pues... Tu voz me parece ideal. ¿Podrías ayudarme?- Rodrigo casi suplico y la miraba espectante.

-¡Claro!- Betsie acepto de inmediato - hablaremos en la tarde para acordar todo.

Betsie dio media vuelta para entrar al colegio, pues ya iba tarde.

-Es que es de urgencia, te necesito ahora.

La petición de Rodrigo era demasiado para ella, no podía faltar a clases, su madre y padre la matarían si escapa del colegio, y la poco confianza que tenían en ella se perdería.

~Ridicula~

Betsie se sintió así, ridícula, sus padres ya ni siquiera confiaban en ella y ellos tal vez ni se enteren de que faltó a clases.

-Tengo que pedir permiso- volteó su mirada al chico que se apoyaba contra su carro- a la coordinadora- dijo de inmediato Betsie añadió.

-Ya lo hice.

Betsie lo miro raro, ¿Cómo pudo haberlo hecho? Pues para pedir permiso se necesitaba ser familiar de ella y saber su nombre completo. Aún así ella solo se limitó a decir un simple

-Esta bien.

...

Rodrigo miraba el perfil de la muchacha que hacía muecas cada vez que la canción pasaba, parecía disgustada, pero poco le importaba, manejaba tranquilo y sin ningún apuro. Al llegar, abrió la puerta de su local, saludo a Marcela, su secretaria y se dirigieron a la planta de arriba, Betsie estaba callada y no quería preguntar ningún detalle sobre lo que planeaba, dado el silencio de la niña Rodrigo comenzó a explicar el porqué su aparición en su colegio y el porqué a ella.

Simplemente Betsie se sintió especial por primera vez en su vida pues la buscaba para repasar su voz para ser parte de su nueva canción "Dulce amor".

-Ten la letra.
Rodrigo le extendió la letra la cual era sencilla de repasar y aprender.
-¿Te sabes alguna canción?- le pregunto a Betsie sintiéndose estupido.

-Si, creo que todo el mundo se sabe una canción.

-Una en específico, en español- Rodrigo se rió y le ofreció a Betsie a acercarse al teclado.

Betsie se acercó y noto que sus manos estaban temblando, estaba nerviosa y no le gustaba que él la mire así. El río de su tembladera y la invitó a relajarse y tomar confianza, tomo las pequeñas manos de Betsie y las sintió frías.

-Relajese, no le voy a hacer nada malo- Betsie sintió cierta calidez en las palabras del muchacho que ahora la miraba a los ojos.

- Es que tengo frío- Betsie trato de disimular su nerviosismo.

Rodrigo se quitó la chaqueta que traía puesta.

-Ten- se la extendió a Betsie.

Pero ella no la acepto, no le quería dar molestias y Rodrigo tampoco le insistió.

Repasaron hasta que se cansaron. La voz de Betsie era impresionante para Rodrigo pues alcanzaba notas tan altas que él con años de experiencia no podía. Al finalizar la última canción que Betsie estaba dispuesta a cantar a él solo le quedaba decir wow, aún así no lo dijo.

-Muy bien- fue lo único que artículo- me gusta grabar es más todo un disco contigo.

A Betsie se le subió la autoestima, quería seguir cantando pero estaba cansada y un poco ronca.
El frío se había ido de su cuerpo y ahora sentía calor, se quitó el saco y se sentó en el pequeño sofá naranja que se encontraba en la esquina del estudio.

Después de un largo silencio Rodrigo la invitó a almorzar, Betsie se negó pues tenía que ira casa y así fue, él la llevó a casa. Betsie bajo sin despedirse, dejando al muchacho fuera de sus cabales. Sin duda para Rodrigo ella era rara y le comenzaba a gustar sus pequeñas actitudes que lo sacaban de si.

Ella es BetsieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora