Mørfēø

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Un sueño que comienza
cada vez que te veo
se mezcla con el adiós de Helios,
mientras caigo en los brazos de Morfeo.

 
Pues él en su gran sabiduría sabe
que no existe el "mañana",
y aun asi mi sueño persiste
esa ensarzada melodía.

 
Es una lúgubre tortura
este hermoso soñar
pues se con holgura
que todo tiene un final.

 
Con lagrimas en mis ojos ingenuos
todas esas esperanzas infundadas
que nacieron en la fragua
del dios herrero.

💤

Mi mente febril se retuerce, se nubla contra el invasor, se solidifica frente a la existencial verdad.

Y entretanto, Morfeo ha vuelto a abandonarme esta noche a mi insufrible suerte.

Me habla sobre las kármicas mentiras, así como la interminable libertad del sol.

Me susurra sobre inconmensurables soledades; sobre subsiguientes y fatídicas contiendas perdidas, mas libradas hasta el último heroico escrito del último dios olímpico.

Acaricia mi tez descarnada con insólita dulzura.

Aquella que reserva para los proscritos, ya fueran monstruosos o inermes, pero siempre extrañamente diferentes.

Para los que nunca quisieron formar parte de este mundo, o quizás, no supieron cómo ceñirse a éste.

Pues nosotros somos los moradores de nuestros sueños, que viven a su alargada y lúgubre sombra.

Criaturas que apenas sí pisan el mundo terreno; felices somos alimentándonos de simples miedos.

Ámame esta noche, Afrodita.

Porque sólo tú eres, serás y has sido mi primer y única, verdadera amante.

Atormentame entre tus vaporosos brazos, capaces de procurar el solaz y el olvido que trae consigo tu aroma afrodisíaco.

Bésame de nuevo, amor mío, porque me siento desamparado y sé que tú puedes amarme sin complejos.

Estréchame contra tu abdomen, evanescente figura que se perpetúa en mil formas inconsistentes.

Conviérteme en esclavo, en esposo y en asesino implacable por un tiempo.

En bailarin, en escritor, sacerdote intocable.

Restaurador, destructor, mago e ilusionista.

Espartano, Ateniense, mórbido sireno y en inmenso titán.

Llévame esta noche a tus dominios, caprichoso monarca del sueño...…

Pues todo lo que podré llegar a ser y ya lo he sido, fue escrito en tu reino.

Hicimos Lo ImposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora