En la tarde, en las horas del sereno crepúsculo, se pueblan de tinieblas los recovecos de mis pensamientos.
Sobre un fondo de tonos ocres la silueta del templo y el cantar del siniestro Hannibal, cuyas garras se encuentran ancladas a mi piel, ansioso de ofrecer el plato principal.
En estas horas de solemne silencio vagan los pensamientos y buscan a la sombra la salida a su inquietud.
Se recuerdan las caras horrorizadas de los muertos que duermen para siempre en el vientre de ese ser infecto.
Bajan sobre las cosas de la vida la sangre de lo eterno y las especias emprenden su viaje al país de los enfermos.
También vamos cruzando lentamente el vestíbulo del D.r Hannibal, dónde más tarde dormiremos.
Que en la tarde, en las horas del despertar de Dios a salvo de las tinieblas nos encontraremos.
ESTÁS LEYENDO
Hicimos Lo Imposible
Poetry~Siento saber que fuiste la única mujer a la cual llegué a querer, la locura de tus ojos en las noches de placer que junto a mi cuerpo sentiste, el tacto de tu piel es como el arder del papel, como el fuego que mi corazón propaga por mis venas hasta...