Capítulo I

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Is this the real life?
Is this just fantasy? 
Caught in a landslide
No escape from reality


—Bohemian Rhapsody. Queen.

El entorno emanaba una tranquilidad casi ilusoria

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El entorno emanaba una tranquilidad casi ilusoria. Holden pasó aquel rato como la mayoría de los demás días: oyendo a Tchaikovsky a lo lejos. La magnífica melodía no se apreciaba con precisa claridad, más bien, parecía que el sonido se filtraba a través de una intangible burbuja de vidrio en la que le agradaba pensar que flotaba. Tenía la impresión de que su cuerpo era tan pesado como una pluma, porque una ligera corriente de viento bastaba para guiarlo a través de aquel trayecto. Era curioso, pues experimentar tanta paz lo transportaba a los vagos días de su infancia. Particularmente a los ocho años, cuando ya era lo suficientemente grande para dormir sólo, pero su madre —que ignoraba por completo el hecho de que ya no era un bebé— le relataba un cuento y lo arrullaba para facilitarle un sueño profundo y placentero, como siempre, su madre buscaba convertir los matices oscuros de la vida en lívidos colores.

Durante los repentinos lapsos de tiempo en los que rememoraba su niñez no se sentía melancólico, no parecía que aquellas épocas hubieran resultado una absurda pérdida de tiempo para él, sin embargo, eso no significaba que la vida no se le estuviera pasando en un abrir y cerrar de ojos. Se sentía como en una estación de trenes en la que cada vagón representaba algún aspecto personal que ya debería haber chequeado, como tener un trabajo estable y quizás, darse el tiempo de conocer a alguien que le hiciera rebosar el corazón de emociones. Él, sin embargo, sentía que siempre perdía algún tren. Pronto sería su cumpleaños, lo cual le hacía reflexionar acerca de una serie de cuestiones: ¿A qué edad moriría? ¿Sería ese mismo día? ¿En tres meses, quizás? ¿Con algo de suerte llegaría a tener nietos? ¿Era todavía demasiado joven para pensar en la muerte? Probablemente, pero, ¿según quién? Hasta ese entonces, se percató de que no sólo estaba escuchando sus pensamientos, sino también el soplo de su regulada respiración.

Eventualmente perdió la serenidad. Estaba pensando conscientemente, lo que quería decir que no estaba dormido.

El Vals de las Flores comenzó a sonar. Holden despertó de golpe.

No tenía ni la más remota idea de dónde se encontraba. De no ser por aquel vaivén que lo sacudió cuando estuvo sentado, no se habría percatado de que estaba navegando en un bote de madera, a la mitad de un muelle que difícilmente tenía la capacidad de reconocer. Dedicó unos segundos a intentar sosegar sus rápidos latidos y esperó con paciencia hasta notar que recuperaba su ritmo habitual. En un intento por sostenerse de los bordes del transporte que lo conducía casi pierde el equilibro. Holden echó un vistazo a su alrededor, con una extraña sensación incrementándose en la boca de su estómago. Era rodeado por agua extraordinariamente cristalina, el horizonte era desmantelado por una espesa mata de árboles de todo tipo, cuyas hojas estaban en constante movimiento, emitiendo un singular silbido que parecía ir al compás de la pieza musical que se oía desde cualquier punto del panorama. En tierra firme había una extensa pradera que se escabullía por entre los árboles, cuyas plantas florecían y se marchitaban con increíble rapidez. El cielo era un exótico vínculo entre el día y la noche, y la estrella solar que se encontraba en su punto más alto era acompañada por una elipse de astros que cambiaban constantemente de posición alrededor del firmamento. En efecto, no había nada en ese lugar que se desarrollara con absoluta naturalidad. Era todo lo contrario.

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⏰ Última actualización: Oct 07, 2019 ⏰

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Freud, el soñador [2019]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora