Los comienzos

23 1 0
                                    

Habían pasado casi 3000 años desde la ultima gran guerra en la que la Gran Alianza formada por los elfos, los enanos, los elfos oscuros y los humanos habían vencido a las fuerzas del Rey Demonio. Después de esta victoria la Alianza se disolvió y sus miembros se repartieron los territorios recuperados tras la guerra. Los elfos y los elfos oscuros en la Gran Alameda, los enanos en el escarpado Mons Magnus y los humanos en la gran llanura donde establecieron el Imperio. Los vencidos, las fuerzas del mal como los duendes, orcos y demás seres de sombras fueron exiliados a la Región Olvidada, un páramo inerte, sin vida.

El Imperio desde su formación se encargo de mantener la paz entre los distintos pueblo y asegurarse de mantener a raya a las fuerzas del mal en la Región Olvidada. Con el tiempo el Imperio gano gran poder e influencia pero este mismo fue el que lo llevo a una terrible guerra civil que casi lo hace desaparecer. Los vencedores de esta guerra para evitar que algo así volviera a ocurrir permitió la formación de la Iglesia, una forma de unir a todos los habitantes del Imperio. la Iglesia estableció su sede en Ciudad Enlace, una ciudad costera en el sur de la llanura que tuvo una gran expansión gracias a la Iglesia. Gracias al enorme poder acumulado por la Iglesia esta ciudad aunque teóricamente seguía bajo el control de el emperador, Ciudad Enlace en la practica constituía un estado independiente

En los últimos años una nueva amenaza contra el Imperio había aparecido, los bárbaros de los pueblos de las llanuras del norte se habían rebelado contra el emperador varios años atrás y mantenían algunas escaramuzas contra las ciudades del Imperio, pese a sus pocos logros esta vez se hallaban camino a la capital Imperial

- Debemos pedir refuerzos a ciudad Enlace, que envíen a los caballeros sagrados

- No podemos depender de ellos, el ejército imperial podrá defender la capital

- La mayor parte del ejército está en el sur defendiendo la ciudad de Astigi de los bárbaros, nunca llegaría a tiempo.

- La guardia de la ciudad podrá ganar algo de tiempo

  Todos los grandes generales del imperio, reunidos en una sala, planeando la que para muchos sería imposible defensa de la capital con un puñado de soldados de la guardia de la ciudad. De repente las puertas se abrieron de golpe por dos imponentes soldados que dieron paso a un hombre de mediana edad, de ojos azules, pelo marrón y de tez morena, estaba vestido con una armadura de color oro y llevaba un bastón con un rubí enjoyado en él y en su cabeza una corona de rubíes y diamantes bañada en oro. Ante el asombro de todos en la sala hablo con una potente voz  

- ¿Y bien cuál es el plan? Tenía una sonrisa en la cara y parecía emocionado

-Majestad ¿qué hace aquí? Debería estar en sus aposentos, seguro - Dijo uno de los generales boquiabierto

-Creo que ya tengo edad para irme a la cama a la hora que quiera ¿no? - Respondió sonriendo al que le había hablado - Ademas como representante del Imperio no puedo esconderme como un crio cada vez que haya problemas. Si hay hombres que van a dar la vida por mi lo mínimo que puedo hacer es apoyarles

Uno de los generales, el que parecía más mayor se adelantó, diciendo:

- Majestad el grueso del ejercito esta combatiendo en Astigi contra los bárbaros tardarían 3 días en llegar hasta aquí, solo contamos con la guardia de la ciudad y un puñado de guardias Imperiales para la defensa - Dijo con el rostro serio - Le voy a ser sincero si me lo permite - Tras la confirmación del emperador continuo - Llevo toda mi vida sirviendo al Imperio y nunca he visto una batalla mas complicada que esta

- No tenemos el apoyo de la Academia Mágica - Pregunto uno de los mas jóvenes - Con ellos podríamos conseguir un victoria segura

- El director Founrier ha dicho que no mandara a sus alumnos al combate pero que aun así enviara algo de apoyo

El emperador que había estado escuchando en silencio intervino

- Conseguiremos resistir hasta que lleguen los refuerzos, el Imperio no caerá. Si es necesario iré yo mismo a la primera linea

- Majestad nunca le permitiríamos que hiciera semejante estupidez - Dijo uno de los generales allí presentes

- Puede ser pero en Emperador soy yo y tomare mis propias decisiones - Dijo con el rostro serio - Preparad las defensas - Dijo antes de marcharse de nuevo dejando a todos boquiabiertos

Tras unos segundos de desconcierto tras la marcha del Emperador, la sala se volvió un caos de nuevo con todo el mundo emocionado con el discurso que acababan de escuchar

EdengardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora