Alex abrió los ojos y se encontró que se hallaba en una lujosa cama de una habitación finamente decorada, a su derecha sobre una ostentosa silla dorada y roja se hallaba su ropa que evidenciaba el hecho de que se encontraba en paños menores en la cama, de un salto salió de la cama y comenzó a vestirse. De repente la puerta de la habitación fue abierta por un hombre de edad avanzada vestido de mayordomo
- Parece que se ha despertado señorito, por favor, en cuanto se encuentre decentemente vestido le están esperando para desayunar - Dicho esto y sin esperar respuesta volvió a cerrar la puerta
-Parece que hoy desayunaré bien por primera vez en mucho tiempo - Pensó sonriente Alex.
Una vez se había vestido con su capa se dirigió hacia el comedor, al llegar a las escaleras de caracol que daban a este, pudo apreciar la magnitud del tamaño real, en el comedor, el cual estaba adornado con los estandartes imperiales y en el medio de ella una larga mesa con varios asientos pero nadie sentado en ellos. Una joven vestida de sirvienta le indico que se sentara en una de la sillas cercanas a uno de los extremos.
- Orejas de gato - Observo Alex refiriéndose a la chica sirvienta - Supongo que esta zona del imperio no es extraño encontrar criaturas no-humanas y aun mas sirviendo en la corte
Mientras Alex pensaba todo esto unas grandes puertas de hierro al otro lado de la sala se abrieron lentamente dejando entrar a un séquito de caballeros protegiendo a una figura que a Alex, ya le resultaba familiar, un hombre de mediana edad, de barba y cabellos marrones. Un hombre con una extraña vestimenta anunció:
- Su Majestad el Emperador Eduard I conocido entre sus súbditos como el pacifista, señor de todo lo conocido, rey de los humanos y protector de la paz ha entrado en la sala arrodíllense ante su inigualable poder.
Todos los asistentes se apresuraron en hincar la rodilla en el suelo de mármol, todos menos Alex que presenciaba toda la escena con confusión
- ¡Insolente!¿Como osas no arrodillarte ante el gran emperador? - Increpó uno de los soldados imperiales que escoltaban al Emperador.
El ejercito imperial había llegado a la capital a la mañana siguiente del asedio bárbaro a la capital, la gente había nombrado a esa noche "La Batalla de los Pueblos" refiriéndose a los numerosos pueblos bárbaros que participaron en la batalla o también "La sangrienta noche"
- Tranquilo después de su pelea contra el Conde Vampiro tiene derecho a un mínimo de libertad ¿no crees? - El que hablaba esta vez era el emperador que con una sonrisa intentaba mediar en el conflicto - Bueno, ¿que tal está el héroe de la batalla de los pueblos? Como agradecimiento por tu valentía y destreza en el combate te invito a que desayunes conmigo y mi familia, es un derecho que miles de nobles morirían por tener - Dijo con un guiño de complicidad.
- Agradezco la información mi señor pero yo solo soy un viajero que pasaba por aquí y vi la la batalla como una oportunidad de hacer dinero y al no se un noble, no tengo interés en morir por un desayuno ( aunque no me importaría comer algo para variar )
Todos en la sala enmudecieron, un simple viajero estaba rechazando una invitación venida directamente del emperador, la sorpresa se fue convirtiendo en rabia y la rabia dio lugar a los murmullos, finalmente el mayordomo que había ido a despertar a Alex tuvo que intervenir para que el conflicto no llegara a mayores
- Que gracioso es nuestro héroe, por favor, diríjanse a los jardines y el emperador los recibirá después del desayuno - Esas palabras parecieron complacer a los asistentes ya que poco a poco fueron abandonando la sala hacia los jardines
El Emperador claramente sorprendido se sentó en una de las esquinas de la mesa una vez la multitud de nobles se había disipado. Cuando todos se habían ido apareció por una de las puertas laterales una hermosa señora, el mayordomo hizo la rutinaria presentación reconociéndola como la emperatriz.
-Su alteza, la Emperatriz María V se dispone a entrar en la sala, muéstrenle el debido respeto como señora de este gran Imperio
Esta vez Alex se apresuró a arrodillarse puedo que maravillado por su belleza
- Oh vaya así que te arrodillas ante mi pero no ante mi marido que gran descortesía ¿no crees héroe? - Pregunto con una voz angelical la emperatriz
- Creo que ha sido mas bien un acto reflejo - Respondió Alex un poco incomodo - Y por favor no me llamen héroe simplemente cumplí con mi trabajo como soldado, ademas, ¿Como iba a cobrar si mataban a mis jefes?
- Vaya un chico sincero - Se rió la emperatriz -Esta bien no te llamaré héroe pero entonces ¿Como me debo dirigir a ti? - Realmente se estaba divirtiendo con esto
- Cariño deja de burlarte de nuestro invitado, ni siquiera sabemos su nombre - Dijo el Emperador saliendo en defensa de Alex- Ademas después de sus ultimas palabras tengo curiosidad por saber cual es su objetivo aquí.
Ambos miraron a Alex que con una sonrisa respondió:
- Mi nombre es Alex, como dije vengo de una pequeña aldea, debo disculparme por mi anterior comportamiento no era mi intención ofenderos al rechazar este desayuno (aunque está delicioso ) simplemente no me interesaba, yo vine aquí al enterarme de que podía haber una batalla y en ella encontraría trabajo, por lo que me incomoda un poco que me llame héroe - Aclaró Alex
-¿Conque Alex eh? Esta bien así seras llamado, pero me falta algo... ¿Porque venias hacia aquí? Dices que escuchaste rumores de batalla y entonces te alistaste en la guardia, pero ¿porque estabas tan lejos de tu hogar Alex? - Esa pregunta del emperador hizo que Alex se moviera incomodo en la silla
- Vera emperador, digamos que vine por un motivo un tanto personal - Respondió claramente incomodo - Venia con la intención de hacer la prueba de acceso a la academia Imperial.
Un golpe seco interrumpió la conversación y una chica de unos 17 años irrumpió en la sala roja de rabia
- Imposible. Un simple campesino no podrá acceder a la academia, una academia de mas de mil años de historia reservada para los hijos de nobles y demás familias adineradas.
El mayordomo que en un principio estaba confundido por la repentina aparición de la chica rápidamente la presentó.
- Ejem... Se presenta en la sala la princesa Elisabeth I, hija del emperador Eduard I y de la emperatriz María, heredera del basto Imperio de Edengard y protect...
- Creo, Sebastian que ya le ha quedado clara su posición - Dijo mirando a Alex con superioridad - Nunca podrás entrar en la academia y seguirás haciendo lo que tu familia ha hecho durante siglos, trabajar para los poderosos
Alex se levanto de la mesa con la mirada sombría y dirigiéndose a Elisabeth dijo con una voz fría y cavernosa:
- Me da igual si eres la princesa o el mismísimo Dios, pero no voy a permitir que vuelvas a hablar de mi familia como lo supieras todo ¿entendido? En caso de que persistas en tu empeño tendré que restablecer mi honor y el de toda mi familia castigándote y créeme que nadie podrá impedírmelo.
Dicho esto se levanto de la mesa y se marcho ante la mirada incrédula de la princesa y la mirada divertida del emperador y su mujer, cuando estaba a punto de salir se dio la vuelta un segundo y dijo:
- Ah y ten claro que entraré en la academia Imperial.
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Edengard
ActionUn nuevo peligro desconocido se cierne sobre el Imperio de Edengard tras cientos de años de paz, podrá Alex evitar la guerra o ¿simplemente está destinada a ocurrir?