Asedio a la Capital

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Estaba amaneciendo en la capital cuando uno de los vigías dio la voz de alarma, grandes columnas de humo se acercaban muy rápido, eso sólo podía significar una cosa: Bárbaros
El palacio real era un caos. Soldados corriendo de un lado para otro ingenieros revisando las defensas, alquimistas preparando hechizos de combate... Entre todo ese barullo una sala permanecía cerrada, en ella los grandes militares del imperio continuaban planeando la defensa
Dentro de las sala había todavía mas desorden, todo el mundo gritando intentando imponer su opinión por supuesto todo se había precipitado con la inminente llegada del ejército enemigo
- Silenciooo - Una potente voz procedente del Emperador hizo callar a todos - Llevamos aquí toda la mañana planeando una defensa que todavía sigo sin enterarme de ella ¿El plan es quedarnos discutiendo aquí o el de defendernos?
- Majestad tenemos muy pocas tropas no podremos defendernos es imposible
- Entonces ¿propones rendirnos? ¿es eso? Es cierto que tenemos pocos efectivos pero defenderemos la ciudad hasta el ultimo de nosotros, no permitiremos que esos malditos asesinos mancille el nombre del imperio
Mientras la discusión continuaba en palacio en la ciudad era un río de gente, soldados, médicos... Alex intentaba abrirse camino a través de el gentío
- Maldita sea ¿porque hay tanta gente en todas partes? Perdone ¿por donde queda el cuartel militar? - Dijo parando a un lancero que corría hacia un portón
- Eh para que quieres... Bueno no tengo tiempo para esto pregunta a otro
- Ya lo estoy haciendo... a ti - Dijo Alex con una sonrisa bastante tétrica
- Demonios no tengo tiempo para esto - Dijo suspirando con un poco de miedo - sigue todo recto y luego tuerce a a la derecha veras un gran edificio de piedra con el escudo del imperio, pero para que quieres...
Antes de que acabara la frase Alex ya había desaparecido rumbo al cuartel.
Ante el se imponía un majestuoso edificio de roca blanca que contrastaba con los edificios grises de la ciudad aunque había algo en común en ese momento, la cantidad de gente entrando y saliendo era similar al la del día anterior cuando todos escapaban de la ciudad solo que esta vez eran soldados los que entraban y salían
- Supongo que todos estarán muy nerviosos - Pensó sonriendo
Al entrar se dirigió al que parecía estar al cargo diciéndole :
-Buenas me gustaría unirme a la guardia de la ciudad
El hombre estaba incrédulo al ver a un chiquillo hacerle semejante propuesta
- Chaval no es momento para bromistas vete a molestar a otro - Le contestó notablemente enfadado.
- No se porque todo el mundo es tan maleducado hoy pero insisto en que me gustaría unirme a la guardia y si el problema es la edad debe saber que tengo 17 años.
- No sabes que un ejercito bárbaro se dirige a la capital llegaran esta misma noche ¿deseas morir chico?
- Algo he oído si y créame no esta dentro de mis planes morir tan pronto. ¿Entonces me permite unirme a la guardia? Por lo que he oído no van muy sobrados de efectivos ¿me equivoco?
Ante tal cantidad de argumentos lo único que pudo hacer el hombre fue suspirar y darle la razón
- Esta bien pero te advierto no será un espectáculo bonito
- Nunca esperé que lo fuera - respondió Alex sonriendo
- Bien por favor acompáñame por aquí para hacer el examen físico
Mientras tanto en el palacio real, en la sala del trono se daba lugar una conversación entre el rey y su hija la princesa Elisabeth. Elisabeth era una chica de unos 17 años de estatura media, piel blanca y pelo rubio, tenia unos preciosos ojos azules como el mar y una mirada decidida
- Padre soy capaz de cuidar de mi misma, soy la mejor maga de toda la academia real
- Hija puede que seas la mejor pero ¿en cuantas batallas has participado? Créeme es un mundo totalmente distinto
- No voy a esconderme como una niña asustada
-No esperaba menos, pero no saldrás de palacio, dejaras a los soldados que hagan su trabajo y tu te quedaras aquí conmigo lejos del peligro
Dicho esto el rey se marcho dejando atrás a la princesa
Ya por la tarde Alex salia del cuartel como un guardia de la ciudad con una única excepción él no llevaba el uniforme reglamentario seguía vistiendo una capa negra y su armadura parcial en el brazo
- Perdona recluta pero andamos un poco justos de uniformes - Se disculpó el chico a cargo de la vestimenta
- No te preocupes solo necesito esta espada para realizar mi trabajo - Explicó con una sonrisa de oreja a oreja levantando una espada
Dicho esto partió hacia su puesto de defensa en la muralla.
Eran cerca de las 10 de la noche cuando se dio la voz de alarma los bárbaros se acercaban a las puertas de la ciudad, cerca de 400 guardias se enfrentarían a los mas de 6000 bárbaros, casi todos los magos reales se encontraban en las murallas preparando sus hechizos de combate, en cuanto se dio la orden de ataque los magos lanzaron ráfagas de bolas de fuego hacia sus enemigos calcinandolos, esto lo repitieron otras 2 veces acabando con un gran numero de bárbaros
- No había de que preocuparse puede que sean muchos pero solo son eso unos bárbaros nosotros tenemos magos e ingenieros para hacerles frente estamos seguros aquí - Dijo con una risa nerviosa uno de los soldados en la muralla

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