Capitulo 2 "El Ojo de Fuego" (parte 1)

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Después de lo sucedido nos sentíamos como en unas de esas historias de magia y criaturas maravillosas, por lo que entusiasmados comenzamos a buscar pistas y cerraduras por las que encajara la llave. Cómo era de esperarse no encontramos nada, pero obviamente no nos rendimos tan fácilmente.
Con mis hermanos decidimos no contarle a nuestra madre porque sabíamos que lo iba a encontrar estúpido, a demás que no lo interpretaría como un secreto ante las demás personas, así que continuamos con la búsqueda entre nosotros tres. Pasaron los días y aún no encontrábamos nada, por lo que comenzamos a perder las esperanzas. Meses después de lo sucedido, en febrero, ya nos habíamos olvidado de nuestra súper aventura y solo disfrutábamos lo que nos quedaba de vacaciones, así que decidimos armar nuestra piscina en el patio de nuestra casa.
Poco a poco desocupamos la explanada y pensamos en poner pasto para así facilitar la absorción del agua de la piscina, entre yo y Castiel estuvimos un día completo arando la tierra y arrojando semillas, hasta que...
- Castiel ayudame.
-¿Que sucede?.-Responde exhausto.
- justo aquí la tierra está muy dura, creo que debe haber una roca o pavimento por debajo.
- Ok.
Juntos decidimos cavar con una pala y una alcotana, pero no sirvió de mucho, así que tomé la escoba y comencé a barrer la tierra que cubría la zona.
- ¡¿pero que es eso?!.- exclamó Castiel.
- parece ser una cadena y una tabla de madera.
Extrañados seguimos barriendo y limpiando.
- hay algo brillante ahí.- le comenté.
- es una cerradura, pero, ¿sin agujero?.- me menciona sorprendido.
- ¡Mira! Tiene las mismas puntas que la llave que nos encontramos, pero, ¿como la usamos si no tiene orificio?.
- creo que hay que romperla.
- no creo que funcione.
(Castiel comienza a golpear la puerta y la cerradura con la pala)
- ¡clang!- Sonó la pala al partirse en dos.
- te lo dije.
- ¿entonces qué hacemos?.
- tratar de hacer algo similar a lo del libro, supongo.
Pusimos la llave sobre la puerta... Pero no ocurrio nada.
Pasaron dos horas en las que hicimos de todo para tratar de abrir esa cerradura.
- ¿y si revisamos en el libro?.- Interrogó Castiel
- es lo más inteligente que te he escuchado decir en todo este tiempo.
- ja,ja (sarcásticamente).
Cuando llegué con el libro puse la llave adentro, y cómo suponíamos el libro se prendió en llamas, pero estaba tan despistado que se me olvidó que aún lo tenía en mis manos, así que obviamente me quemé e instintivamente solté el libro y calló encima de la cerradura y cómo se imaginarán está también se encendió, luego sacamos el libro mientras se extinguía su llama. Por suerte la flama de la cerradura permanecía ardiente, pronto ilógicamente con mi hermano quedaríamos hipnotizados por tal cuerpo rojizo que poco a poco comenzaba a tomar una forma demasiado definida, lo suficiente para poder reconocerla. Era un ojo, un ojo de fuego en el cual se hallaba el encaje perfecto de la llave dentro del interior de la pupila.

Con mucho miedo a quemarme nuevamente, introduje despacio la llave con mucha paciencia pero con ansias de ver lo que pasaría, sentía como la llave terminaba de entrar y el roce entre los dientes y el mecanismo y

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Con mucho miedo a quemarme nuevamente, introduje despacio la llave con mucha paciencia pero con ansias de ver lo que pasaría, sentía como la llave terminaba de entrar y el roce entre los dientes y el mecanismo y...
- ¡clak!- sonó cuando ya había llegado hasta el fondo, calmado comencé a girar la llave, sentía que las manos me sudaban.
- ¿y si te apresuras?.- agrego Castiel.
- ¡Ay!, Déjame, yo lo estoy abriendo así que espera.

Granate Piropo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora