CAPITULO 10: EL HOSPITAL

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Cada uno con su armamento, todos esperaban en la puerta, listos para luchar contra los demonios. A la orden de Blake, la puerta se abrió y todos salieron a la calle.

Nada más salir, tres demonios les hacían frente. El primero cayó a base de balazos de las armas de fuego y a distancia. El segundo fue derribado por los tres hermanos de cabellos dorados. Primero, sacudido por el agua de Will, luego congelado por el poder de Eve y rematado por la lanza de Eriol. Por último, el tercero fue derribado por el chico que cayó al rio congelado, Gabriel, que provocó un temblor bajo el demonio que lo derribó. Luego, Jeremy le cortó la cabeza con un espadón.

Tras la primera batalla, todos se dividieron en grupos como habían pactado y se repartieron por la ciudad.

Rowan, Dany, Aby y Finn se metieron en un callejón y se colaron en un edificio por una ventana rota. Sábanas desgarradas, camillas derribadas, maquinaria llena de polvo. Era un hospital. Uno de los objetivos más importantes para el aprovisionamiento de medicamentos.

Cuando Rowan se disponía a abrir la puerta al pasillo, Aby lo detuvo.

—Espera. Déjame a mí.

La doctora se ajustó las gafas y concentró su mirada sobre el muro.

—Solo hay un demonio al final del pasillo.

—¿Cómo lo sabes?

—Te dije que mi poder sería útil, ¿verdad? —dijo ella con orgullo—. Tengo el poder de la visión térmica. Veo el calor con claridad a través de cualquier obstáculo. Así que puedo ayudar a evitar pasos en falso.

—Pues sí, muy útil.

Abrieron finalmente la puerta y salieron al pasillo dispuestos a enfrentarse al demonio. Nada más verlos, comenzó a correr hacia ellos. Corría con las garras arañando la pared, provocando pequeñas fisuras en líneas paralelas.

Aby se echó hacia atrás colocándose junto a Finn, y Rowan tuvo que hacerle frente con su arma. La embestida del demonio parecía imparable y Rowan tuvo el sentimiento de que iba a morir ahí mismo, pero Finn chascó los dedos y lo que el demonio trituró con la garra fue una maceta. Rowan había intercambiado su posición con aquella maceta y ahora se encontraba tras el demonio, desorientado.

Rowan le clavó la espada por detrás al demonio y éste rugió. Danielle se acercó mientras el demonio se retorcía y le clavó un puñal en el cráneo.

Tardó un poco, pero el demonio se desplomó en el suelo con borbotones de sangre morada saliendo de su cabeza. Aby se acercó y se agachó para examinar el cadáver.

—Deberíamos llevárnoslo.

—¿Estás loca? —A Rowan le parecía la mayor locura que había escuchado hasta ahora.

—Puedo analizarlo y podríamos descubrir algo interesante sobre ellos.

—No podemos cargar con semejante cadáver de vuelta a la base. Además, tenemos que despejar el edificio.

—Está bien, pues dejadme aquí, le haré un rápido exámen básico.

—No podemos dejarte aquí.

—Estaré bien. Tengo visión térmica, ¿recuerdas? Si veo algún demonio alrededor me esconderé.

Sin estar demasiado de acuerdo con la idea, accedieron a dejarla sola y continuaron los tres su camino. Subieron unas escaleras hasta la segunda planta y en el pasillo de la derecha, en la sección de 'dermatología' había otro demonio comiéndose los restos de lo que parecía otro demonio más pequeño.

Aprovechando que estaba distraído, se acercaron sigilosamente por detrás y le clavaron todas las armas de las que disponían sin parar, hasta que se detuvo.

—Son duros, pero creo que podremos con esto —dijo Rowan secándose el sudor de la frente.

Dany agarró la camiseta de Rowan para avisar de la presencia de otro demonio. Al verlo, Finn corrió en dirección opuesta.

—¿Dónde vas? ¡No te separes! —exclamó Rowan.

—¡No os mováis de ahí! ¡Aunque os embista!

—¿Qué? —contestó Dany preocupada.

—Confiad en mí.

El demonio comenzó a correr hacia ellos y Rowan ocultó a Dany detrás suya. Confiando en el pequeño Finn, no se movió. Y cuando el demonio se lanzó hacia ellos, Finn chascó los dedos y en su lugar estaba él mismo, que perdia el equilibrio y era sujetado por Rowan. Mientras que el demonio tomó su posición y se estrelló contra un muro, el cual derribó con una fuerza descomunal.

—¡Funcionó! —exclamó Finn.

A través del hueco que había hecho el demonio, pudieron ver a otros dos que se colaban por ahí y, a cuatro patas, avanzaban velozmente hacia ellos.

La sonrisa se les borró inmediatamente y comenzaron a correr de ellos. Tomaron por el camino de la derecha y luego, en la siguiente bifurcación, se separaron sin quererlo. Rowan y Finn giraron a la derecha y Dany a la izquierda. Cuando ella se dio cuenta intentó volver con ellos, pero el demonio se acercaba y continuó por ese camino.

Los ExiliadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora