•Corazón abierto (2/3)

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La lluvia en la ciudad se ve más monótona a como solía verla en la villa, pero no deja de ser eso: lluvia, agua que empapa los sitios y a los habitantes, que alimenta la vida silvestre y permite que ese ciclo no se detenga...un ciclo, cómo aquél en el que el erizo se vio encerrado tras un repetir de descubrir y ganar; una y otra vez por años...lo recuerda sin dejar de ver la ventana siendo golpeada por las gotas.

El quinto piso le permite ver un poco hacia el horizonte, pero tambien ve un par de zotejuelas y balcones...acompañados, unos solos; cristales sin cortina que dejan ver familias dentro, jóvenes y hasta erizos ocupados...¿Qué se siente tener una vida más "normal" y en donde hay dos partes siendo felices? Ni si quiera llevar seis días en Metrópolis le hacen sentir que su vida ha dado el cambio esperado.

Se está volviendo viejo, no es tan joven pero su madurez ya ha llegado, y ello le empieza a pegar, ¿Por qué nunca Sonic tuvo interés en el amor? ¿Por qué no creyó que lograría mantener el ritmo de vida de siempre? Claro que el tiempo no se detiene...y el peliazul tampoco se detuvo en algún momento a pensar y brindarle importancia a asuntos de la vida típicos y repetitivos.

La puerta es tocada y ello le asusta en forma de éxtasis; siente que se trata de su amigo que ha regresado luego de cuatro días de ausencia, pero al abrir, ve a Sally de pie, con una sonrisa avergonzada.

—Hola, ¿Qué tal, Sonic? Espero no importunar.

—¡Pasa, Sally! No esperaba tu visita pero no está de más ver a amigos. —Guiña su ojo y con un ademán en la mano, abre completamente y se retira para dejarla entrar.

Pasan a esa sala de estar sin miramiento. Sonic busca ser cortés y revisando el refrigerador toma un juego y sirve algo para iniciar con plática que les llevará a que ese mal tiempo no se note.

—¿No te has mojado? Mira, el agua está descontrolada. —Bromea el erizo.

—Sí, casi me mojo pero no pasó —Bebe un poco del jugo y lo disfruta en su paladar—. ¿Ya diste una vuelta a la ciudad? Más al oeste está el sitio de trabajo de Julie, incluso hacia avenidas detrás de este edificio hay un restaurante muy bueno donde suelo comer con Amy cuando viene.

—Vaya, si que hay sitios. He explorado poco pero...posiblemente cuando Shadow regrese vuelva a mostrarme más sitios que conozca. —Golpea el vaso con sus dedos mirando la ventana a su costado. La lluvia se ve más intensa.

—Shadow...—musita—...oye, ¿Por qué decidiste venir a vivir con él? —Los orbes claros de la ardilla son curiosos. Bebe más jugo al punto de terminarlo—. Siento que te has vuelto muy unido a él.

—Tsk, ¿Se nota mucho? —Usa un tono de bromista para evitar que ese calor se apodere de su rostro—. No es que me lleve mal, somos similares.

—Sonic...¿Por qué no me lo quieres decir?

—¿Qué? —Aclara su garganta un poco acabando su jugo y, sirviéndole más a su amiga marrón con prisa—...¿decir qué... Sally?

—Que estás enamorado de Shadow...—Esta vez tose sintiendo el jugo irritar su garganta, cortando su aire y dando un par de exhaladas bastante tétricas. Sally tuerce la boca, intrigada, viendo que le ha pegado su afirmación—. Lo siento, yo...

—...¿Es muy obvio? —recobra el aliento para expresar eso con un tono melancólico, algo cabizbajo y dudoso. Limpia con un paño su boca el héroe y vuelva a relajar sus músculos sentado en aquella silla de la mesa de vidrio—...no quiero que esto se vaya a malinterpretar.

—Dejate de tonterías, Sonic, ¡Eres el más valiente que conozco! ¿Cómo puedes temerle a la persona que te importa? —Sally suelta un golpe pequeño a la mesa y mira con detenimiento a Sonic. Ella Tiene razón, demasiada. Tanta que el erizo baja la cabeza a sus piernas sintiendo vergüenza ante ese regaño—. No quiero...presionarte ni nada pero...tienes que...hablar.

—¿Por qué debería hacerlo tan rápido? Amy me...dio el consejo de ir a un paso no tan precipitado.

—Entiendo a lo que se refiere, pero...no veo que tú estés siquiera avanzando —La voz de la ardilla se ablanda, pero no deja de ser enérgica—. Invitarlo a salir, dile que se den un tiempo de convivencia, platicar de sus días y sus eventos...

—¿Cómo sabes o crees saber de esto? ¿Cómo puedes...explicármelo y decírmelo así de sencillo? —Esos ojos musgo parecen ingenuos, tanto como para causar compasión. Una faceta tan sentimental que en Sonic no había sido vista—. ¿Acaso sabes algo de él que yo no?

—Mira, eres mi amigo de hace años y jamás...no recuerdo haberte visto como ahora; tan perdido, tan pensativo cuando hablamos de un tema...de él —Hace una pausa sonriendo con melancolía—. Posiblemente hace un par de años atrás me sentiría celosa...pero no ahora, no si, ambos hemos vivido juntos lo que teníamos que vivir —Ahora Sonic es el que sonríe por esa reflexión, perdido en sus orbes—. Quiero que seas feliz en esta etapa de tu vida y como buen "Sonic" tienes que hablar y obtener lo que quieres, ¡Porque tú luchas hasta conseguirlo! ¿O me equivoco?

El cobalto sonríe divertido, acoplado y entendido en esa plática, ¿Por qué todavía le cuesta ablandar y abrir su corazón? El rechazo duele, y mucho, y no tiene ánimos de que le pase lo peor.

Una vez la lluvia pasa para las cuatro de la tarde, la ardilla se marcha y Sonic recobra la soledad característica. Una que le dura menos de 30 minutos.

Las llaves siendo agitadas y el seguro siendo retirado le hacen girar la cabeza sobre el respaldo del sofá. Shadow entra con prisa, cierra la puerta y camina hacia la recamara compartida. Sonic con su velocidad llega al marco de la puerta y cuestiona:

—¿Llevas prisa?

—Voy tarde a una cita... Tenía pensado llegar más temprano pero la correccional del maldito ese...¡ah! En fin, no tengo mucho tiempo. —Esos calcetines y guantes se van al canasto. Sonic mira asombrado que el azabache saca un aparente saco con camisa del mueble, junto con más prendas que evidentemente no usa diariamente, no puede guardar un monosílabo de asombro.

—¿Tendrás una cita o que? —cuestiona el ojo verde,«¿Con quién?» piensa algo tenso dentro suyo.

—Luego de nuestra charla de días... Opté por no dejarme llevar con lo racional así que...

—Entonces, ¿Por qué no ser tú mismo? Jaja, nunca usas esto —Sonic aparta esas prendas de la cama y metiendo mano en el mueble, encuentra un simple moño vino que toma sin permiso y lo comienza a amarrar en el cuello del azabache—. Esto es más que suficiente, Shad.

Mirando de arriba a abajo, Shadow examina las manos y la cara alegre de Sonic que no quita por estar embelesado en su cuello y mentón, sin dejar de acomodar ese moño. Un calor crece dentro suyo por tenerlo cerca y no es que se sienta incomodo pero...le sienta bien.

Muy bien antes de ir a tener un encuentro con alguien que realmente, le pone nervioso.

Área de Espinas (Shadonic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora